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PRESIDENTE DE ÉTNOR

Francisco Pons,
el regreso del empresario que sí es sociedad civil

JOAQUIM CLEMENTE . 23/10/2013 El empresario toma el relevo de Emili Tortosa en la Fundación de Ética en los Negocios



VALENCIA. La definición de sociedad civil es compleja, y más cuando se mezclan elementos políticos como ha ocurrido en los últimos días en la Comunitat Valenciana a raíz del acto impulsado por Presidencia de la Generalitat. Pero si de algún empresario se puede decir sin temor a equivocarse que forma parte de la sociedad civil valenciana ese es Francisco Pons, el hombre que tomó este lunes el relevo de Emili Tortosa como presidente de la Fundación para la Ética en los Negocios Étnor. 

Aunque Pons pasó a ser un rostro popular para el público en general cuando ocupó la presidencia del influyente lobby empresarial AVE y saltó incluso a las páginas de los periódicos de toda España al ser nombrado vicepresidente de Bankia casi como mediador de la crisis que entonces enfrentaba a Caja Madrid y Bancaja, lo cierto es que la trayectoria del propietario de Importaco se inició varias décadas antes.

El perfil empresarial de Pons es peculiar. Aunque heredó y mantiene la compañía de frutos secos que fundó su padre, el empresario valenciano desarrolló una intensa actividad en los albores de la democracia, con la puesta en marcha de una serie de negocios que, en consonancia con sus creencias y concepción de la sociedad, implicaba a la base de una sociedad ansiosa por superar los años de dictadura. 

El movimiento cooperativo en el que participó generó desde una entidad financiera, Caixa Popular, a cooperativas de viviendas o la segunda cadena de supermercados valenciana: Consum. Todo bajo un prisma de una economía popular que hoy algunos reclaman.

Amable en las formas pero decidido en sus actuaciones, cuando le llegó el momento de asumir la presidencia de la Asociación Valenciana de Empresarios (AVE), con el auspicio de Juan Roig, Pons supo trascender a la fuerte personalidad de su antecesor, el no pocas veces histriónico Federico Félix, imponiendo un nuevo talante en una organización que arrastraba un lastre político.

Pasado su tiempo en el lobby, Pons inició una discreta retirada de la primera fila de la actividad pública. Dejaba tras si una AVE con mayor credibilidad de lo que la cogió y volvió a concentrarse en su negocio.

Así hubiera seguido de no ser porque la crisis de Bankia se cruzó en su camino. A finales de 2011 la crisis del banco común formado por Caja Madrid y Bancaja vivía uno de sus peores momentos hasta entonces. Rodrigo Rato, entonces presidente de la entidad financiera, había forzado la marcha de José Luis Olivas de la vicepresidencia. 

Se puso en marcha entonces una búsqueda intensiva en Valencia de un hombre que fuera capaz de ocupar el puesto que, por los pactos de fusión, correspondía a Bancaja y que no pudiese ser objeto de ningún pero por parte de Rato. El elegido fue Pons.  

Sin embargo, el paso de Pons por Bankia y por Iberdrola, entidad de la que fue consejero en nombre del banco, fue efímero. La intervención formal del banco y la llegada de José Ignacio Goirgolzarri provocó un cambio total en los órganos de gobierno.

Tal y como es su costumbre, Pons salió de los cargos sin hacer el menor ruido. Y volvió al retiro. Y lo hizo como le marcan sus convicciónes: renunciando a cualquier tipo de indemnización o prebenda a la que tuviera derecho. Sin embargo esa etapa tendrá unas consecuencias en el currículo de Pons, puesto que está imputado, como el resto de miembros del consejo de administración de Bankia, en la investigación que tiene abierta la Audiencia Nacional por la crisis de Bankia.

Desde entonces este empresario de talante conciliador pero de convicciones muy firmes había regresado a un segundo plano. Hasta el lunes, cuando la Fundación Étnor, de la que ya era vicepresidente, le nombró presidente. Esta organización, que ha estado presidida por Emili Tortosa -otro homenot de la sociedad civil valenciana vinculado a las finanzas- se dedica a promover la ética e los negocios, algo que, visto lo visto, se antoja ensencial.

No es la Fundación Étnor una entidad que tenga una fuerte presencia pública, pese a lo relevante de sus objetivos. Sin embargo, Pons se caracteriza por no ocupar ningún cargo porque sí. Y cabe esperar que con su llegada de un empujón a su actividad. Porque Pons se cree lo de la sociedad civil. Y predica con el ejemplo. 

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