40 proyectos de jóvenes emprendedores fueron premiados ayer por la Fundación Bancaja. Un programa que reconoce la labor y el trabajo de estos osados en tiempos de crisis
VALENCIA. 40 buenas ideas, con sus 40 emprendedores, se reunieron ayer por la tarde en el salón de actos de la Fundación Bancaja. Todo caras jóvenes y cabezas llenas de proyectos, algunos tan dispares como teléfonos móviles para tratar enfermedades a distancia, rifas de productos y servicios online o aceite de oliva hecho exclusivamente para niños. Estas propuestas no sólo se presentaron ayer porque fueron premiadas con 425.000 euros, también porque necesitan un empuje para colarse en el mundo empresarial.
"Esto es como un campo de margaritas, algunas crecen, pero la mayoría no. El Gobierno tiene que invertir en I+D, pero sobre todo en lo que sigue después de la ‘D'. Somos empresas jóvenes sin colchón, y necesitamos que confíen en nosotros".
Estas palabras, que podrían haber sido de cualquiera de los presentes en la entrega de los XV Premios Bancaja Jóvenes Emprendedores, son de Serafín Arroyo, portavoz de Tecnologías para la Salud y el Bienestar (TSB), empresa valenciana de base tecnológica remunerada con 7.000 euros.
Con 35 miembros -empezó en 2008 con 13, de ellos el 90% son ingenieros-, y con una media de edad que no supera los 30 años, TSB ha tenido un crecimiento anual de un 25% aproximadamente. Los 35 jóvenes han conseguido alcanzar en un año, una facturación que roza el millón de euros. Su actividad se centra en la salud y en mecanismos tecnológicos para hospitales.
Los tres productos que presentaron los miembros de TSB buscan aumentar la eficiencia en los hospitales y centros de salud: atender a más pacientes, pero con el mismo número de médicos. Por ello, han creado un teléfono móvil, especial para estos centros, con el cual el médico podrá tratar al enfermo con dolencias dermatológicas en la distancia. El mecanismo es simple. El paciente se lleva a su casa el móvil que el centro le facilitará, se hace una foto a la zona afectada y rellena un cuestionario, y le da a enviar. En pocos segundos, el médico especialista recibirá en su ordenador toda la información necesaria para hacer el diagnóstico y mandará un mensaje de vuelta con las indicaciones y consejos pertinentes. "Estamos haciendo un proyecto piloto en el Hospital La Fe y en el Clínico". Si funciona, y la idea se vende, este mismo procedimiento se podría utilizar también para tratar problemas oftalmológicos.
La segunda idea que TSB presentó en público, también relacionada con la salud, pretende rentabilizar al máximo los servicios médicos. ¿En qué consiste? Según explicó Arroyo a VP, muchos pacientes , como los enfermos crónicos, no tienen porqué estar hospitalizados aunque sí necesitan que se les controle. TSB propone trasladar el hospital a casa, es decir, monitorizar a los pacientes en sus viviendas y que sean los médicos quienes se desplacen. Una vez en la residencia del enfermo, los datos se pueden mandar a través de un ordenador al centro. Sin papeleo. "Con este sistema e monitorización a distancia el centro reducirá de una manera drástica los gastos pudiendo llegar a unos costes entorno a los 120 euros al mes, en caso de algunos pacientes", declaró Arroyo. Según TSB, la media que se paga al día , y por cama, en un centro hospitalario es de 500 euros.
Y por último, una pulsera ZigBee (conjunto de protocolos de alto nivel de comunicación inalámbrica) para localizar a quienes la lleven en ambientes cerrados, tanto a niños que estén de excursión, como personas mayores que vivan en residencias u hospitales. Mediante un ordenador o una PDA, este sistema tecnológico permite controlar en cada momento dónde están las personas.
RIFALIA, UNA ALTERNATIVA A LAS INMOBILIARIAS
De los asuntos del bienestar a los boletos en Internet. Rifalia, otra empresa valenciana creada por cuatro jóvenes, también estuvo en los premios. A ellos les dieron 5.000 euros en concepto de Proyecto de Empresa.
La idea surgió de una manera tonta. Un allegado de Juan Ramón Vidal, cabeza pensante del proyecto, tenía que vender una casa pero no sabía cómo, así que se le ocurrió que tal vez poniéndola a la venta en Internet a través de boletos, el problema se solucionaría. Es como una rifa de toda la vida", afirmó Vidal. "Y es legal, aunque tenemos que pagar muchos impuestos", añadió.
Rifalia, cuyo web site se pondrá en funcionamiento en un par de días, no sólo venderá casas, también servicios. Y no son ellos quienes adquieren los productos, su labor consiste en gestionar los trámites, poner a la venta las papeletas y hacer el sorteo ante notario. Según afirman, por un Iphone el precio del boleto sería de 1 euro, y por una vivienda aproximadamente 3, aunque variaría según la tasación que tuviera. "Hemos invertido más tiempo que dinero", declaró Vidal.
Como estas, 38 ideas más fueron expuestas, una junto a la otra, en la entrega de premios de Bancaja. Todos esperan que sus creaciones prosperen a pesar de la coyuntura económica. A cada uno de ellos, el premio les ha supuesto un pequeño respiro para sus cuentas bancarias.
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