VALENCIA. Cataluña abrió este martes la que se presume será una guerra en toda regla entre las comunidades autónomas y el Gobierno central por el objetivo de déficit. Y més específicamente por la decisión adoptada por el Ministerio de Hacienda que dirige Cristobal Montoro de establecer un déficit diferenciado para las regiones cumplidoras y las que no.
Una decisión que parece no haber satisfecho a nadie: los que cumplieron el año pasado con el 1,5% critican abiertamente que se les de más margen a los que no cumplieron. Los que no pudieron cuadrar sus cuentas ni a martillazos querían más. Y ambos están dispuestos a llevar al Gobierno ante los tribunales.
Más allá de las amenazas, el caso de Cataluña es especialmente relevante, ya que coinciden en buena parte con las reivindicaciones de la Generalitat Valenciana. El Govern de Artur Mas había pedido a Hacienda al menos el 1,8% de objetivo de déficit para este año, pero solo recibió el 1,58%. La imposibilidad de cumplir con ese recorte sin afectar a los servicios esenciales ha llevado a gobierno catalán a prorrogar el presupuesto del año pasado.
En el fondo de la reclamación de la Generalitat de Catalunya está la decisión del Gobierno central de quedarse la mayor parte del incremento del déficit que le autorizó Bruselas para este ejercicio, mientras que a las comunidades autónomas se les aumentó seis décimas de media, del 0,7% al 1,3%.
Catalunya quería más, como también quería más la Comunitat Valenciana. De hecho, ambas aspiraban a estar más cerca del 2% del 1,5%, el objetivo que el año pasado no cumplieron ni de cerca en ambos casos. Pero la posición de las dos regiones en el Consejo de Política Fiscal y Financiera del la semana pasada fue distinta.
Los catalanes votaron en contra, como lo hicieron también Madrid o Asturias, aunque por motivos justamente opuestos. Las dos autonomías cumplieron de sobra con los objetivos de déficit el año pasado y se oponen a que haya diferencias entre las regiones. Asturias insistió este martes, de hecho, en que sigue buscando la vía para llevar a los tribunales el acuerdo del Gobierno de déficit asimétrico.
En esa guerra que se avecina se han creado al menos dos bandos. Sin embargo, la Comunitat Valenciana, pese a no conseguir el objetivo de al menos el 1,8% que reclamaba, y con la seguridad de que no va a poder cumplir con el 1,6% que se le ha adjudicado, prefirió entonces votar a favor del acuerdo que incluye que esta asimetría solo es para este año, y que para el próximo vuelve el café para todos, una situación que la Generalitat sabe es perjudicial para sus intereses.
Ante la batalla abierta, el conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, ha optado por quedarse en la trinchera. El viernes pasado aseguró que el voto a favor de la Generalitat Valenciana está condicionado a que se abra el proceso de reforma del sistema de financiación autonómica y que, cuando se apruebe, tenga carácter retroactivo a 2014. Sería, de conseguir un buen acuerdo, la única manera de cumplir con el déficit ese año.
Pero en la alineación de los ejércitos regionales que se va a conformar para esa negociación va a ser necesario posicionarse. Y las opciones son dos: o de partido o territoriales. Porque resulta muy llamativo que los principales problemas de déficit se estén dando en Cataluña, Comunidad Valenciana, Baleares, Murcia y Andalucía.
Moragues "aseguró que el voto a favor de la Generalitat Valenciana está condicionado a que se abra el proceso de reforma del sistema de financiación autonómica y que, cuando se apruebe, tenga carácter retroactivo a 2014". Poca retroactividad me parece. Pero... ¿tienes algo por escrito?... pues ale, olvídate Moragues, las promesas hoy por hoy no se contabilizan. Esto ya ha pasado antes y no aprendemos.
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