MADRID (EP). La primera hamburguesa 'probeta' del mundo se ha servido en Londres este mismo lunes en directo, a través de una conferencia de prensa que se ha retransmitido por Internet, un producto que podrá comercializarse en unos 10 o 20 años, según ha calculado el autor principal del 'invento', el profesor de la Universidad de Maastricht, Mark Post. Ha sido finaciada por Sergey Brin, co-fundador de Google.
Así lo ha avanzado durante la retransmisión en directo desde Londres donde dos voluntarios, la experta alimentaria Hanni Rutzler, y un escritor de Estados Unidos, Josh Schonwald, han sido los 'pinches' que han probado por primera vez este alimento de laboratorio, aparte del chef Richard McGeown, encargado de cocinarlas.
Este 'manjar', cuyo sabor es similar al de la carne de vaca, según han asegurado, está hecha de carne fabricada en laboratorio, por científicos de la Universidad de Maastricht (Holanda), a partir de células madre de vaca.
La investigación ha sido financiada por el Gobierno Holandés y 300.000 euros de un empresario anónimo que finalmente ha resultado ser Sergey Brin, confundador de Google. Los expertos han explicado que, en crudo, es una carne gris con una textura resbaladiza similar a la del calamar o a la de la vieira.
CINCO AÑOS DE INVESTIGACIÓN
El autor principal del trabajo, Mark Post, ha indicado que, actualmente, se está utilizando un 70 por ciento de toda la capacidad agrícola para cultivar carne a través de la ganadería. "Si esto sigue así es necesario crear alternativas, porque sino la carne se convertirá en un alimento de lujo y acabará siendo muy caro", añade.
Post ha explicado en la retransmión en directo que ha trabajado en conseguir esta hamburguesa durante cinco años, al mismo tiempo que ha asegurado que la creación de la hamburguesa que hoy han consumido se ha 'fabricado' en cerca de tres meses en el laboratorio. "Más rápido que una vaca", ha bromeado.
"Tiene una consistencia perfecta aunque le falta sal y pimienta y su sabor es más suave que la hamburguesa normal", ha señalado la experta alimentaria, al mismo tiempo que el escritor norteamericano, ha subrayado que le falta grasa a la hamburguesa. "El siguiente paso en la investigación", según ha adelantado Post.
PROCESO DE CREACIÓN
En su página web, 'www.culturedbeef.net', se reseña que uno de los principales objetivos de la misma es ayudar a erradicar el hambre en el mundo y la consiguiente demanda de carne, que creen que va a aumentar hasta en dos tercios, según datos de la propia FAO. "Esta hamburguesa representa el primer paso crucial para buscar una alternativa sostebible a la producción de carne", subraya.
El proceso de creación de esta carne comienza con la obtención de células madre a partir de los músculos de la vaca. A continuación, se incuban en un caldo nutriente hasta que se multiplican muchas veces. De ahí nace un tejido pegajoso con la consistencia de un huevo cocido.
En este caso, se han fabricado 3.000 tiras de carne de laboratorio que, junto a unas 200 piezas de grasa animal --también realizada en el laboratorio-- forman la hamburguesa.
El proceso de creación es todavía muy largo y caro pero, según Post, este proceso podría realizarse en seis semanas, contando desde la obtención de las células madre, hasta que la carne esté en el estante del supermercado. Para le científico, la prueba más difícil es la de una sociedad que le gusta pensar que los alimentos que ingieren "son naturales y no provienen de un tubo de ensayo".
El primer intento de una hamburguesa de este tipo involucró a ratones y luego se trató de cultivar carne de cerdo antes de colocar la carne de vacuno.
Port ha explicado al diario 'The Independent' que ahora se dedicarán a mejorar esta fórmula. A su juicio, es posible añadir más tejido graso a las fibras para hacerlas más agradables, así como otros nutrientes para hacer la carne sintética más nutritiva e, incluso, más saludable por la reducción de grasas saturadas. Del mismo modo, ha señalado que la carne picada o de relleno para salchichas deberían ser más fáciles de fabricar que un filete.
Según recoge la BBC inglesa, los investigadores dicen que la tecnología podría ser una forma sostenible de cumplir lo que dicen es una creciente demanda de carne, al mismo tiempo que advierte de que los críticos dicen que comer menos carne sería una manera más fácil para hacer frente a la escasez de alimentos previstos.
Eso sí, por el momento, los científicos sólo pueden hacer pequeños trozos de carne, los más grandes requerirían sistemas circulatorios artificiales para distribuir los nutrientes y el oxígeno.
Además, en un comunicado, la organización en defensa de los animales PETA ha celebrado que la puesta en marcha de esta carne cultivada en un laboratorio supondrá el fin de los camiones repletos de vacas y pollos, de los mataderos y de la ganadería intensiva, aparte de que se reducirán las emisiones de carbono, y se producirá, a su juicio, un suministro de productos "más seguro".
Sobre la seguridad, el investigador señala que es tan seguro su consumo como el de una hamburguesa normal, o incluso su ingesta podría ser "más segura" que la de una hamburguesa corriente.
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