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VALENCIA. Siete años de silencio. Cero responsables. 43 fallecidos y 47 heridos. Miles de personas se reunían este miércoles en la Plaza de la Virgen para conmemorar el séptimo aniversario del accidente de metro de la Línea 1 de Metrovalencia que tuvo lugar el 3 de julio de 2006. Pero este año la situación ha dado un vuelco social, que no gubernamental. El recuerdo del accidente ha vuelto a la mente de los valencianos para tocar de nuevo a la puerta de los políticos y decirles que aquí las injusticias no se olvidan. 

Una plaza abarrotada, con las calles de acceso colapsadas, reclamaron al grito de "Cotino dimisión", "sí se puede" y "justicia" un cambio en la forma de actuar de la Generalitat Valenciana, quien vuelve a sobrevolar la investigación del accidente aunque parece que aún les costará posarse para saber quiénes son realmente los responsables del trágico accidente.

La hermana de la presidenta de la Asociación de Víctimas del Metro, Rosa Garrote, leía con voz entrecortada un escrito mientras que mostraba una baliza para decir que fue la causa del accidente. Esa pieza que podría haber evitado 43 muertos y que desde el gobierno valenciano sigue sin reconocerse y se achaca a la alta velocidad del maquinista para continuar catalogándose como un suceso inevitable.

El presidente de la Generalitat Valenciana, Alberto Fabra, trasladaba el "cariño y afecto" de toda la Comunitat Valenciana a los familiares de las víctimas del accidente y ha asegurado que no dejarán de estar "al lado de ellos". Sin embargo, parecen no querer darse cuenta de que la única forma de cumplir sus voluntades es reabrir la investigación interna y esclarecer debidamente los motivos por los que se produjo el siniestro.

Sin ningún tipo de pudor, Fabra continúa reiterando que "lo único" que produjo el accidente fue el exceso de velocidad y que "como siempre", el Gobierno valenciano colaborará con la Justica. Como dice el presidente, "como siempre". No parece que nada vaya a cambiar ni se asoma el pensamiento de dar un giro de 360 grados para empezar a curar una herida que lleva más desiete años abiertas e infectada por la pasividad del expresidente de la Generalitat, Francisco Camps.

"Supimos hacer de forma rápida un proceso de investigación, no sólo a través de las Cortes, sino también a través de los tribunales, y quedó demostrado a través de los informes objetivos de la universidad, de la Policía Científica y de los peritos judiciales que lo único que produjo el accidente fue el exceso de velocidad, pues se iba a 80 kilómetros por hora cuando, como máximo, se tenía que haber ido a 40", sigue reiterando el presidente Fabra. Esa misma comisión en Les Corts que ahora informaciones periodísticas la califican como farsa.

Y a pesar de todo, muestra una actitud más colaborativa con la Asociación de Víctimas del Metro, a la que reconoce su intento de averiguar más cosas y apunta la tarea de la Generalitat de facilitar información a la Fiscalía. "Tenemos los informes a disposición de ellos para que se les facilite para cualquier cuestión sin ninguna demora" explicaba el presidente.

Fabra empezó bien. Reuniéndose con los familiares de las víctimas. Pero poco duró la esperanza. Ni promesa de reapertura interna sobre el funcionamiento de Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana y prometer que se asumirían responsabilidades políticas aunque fuera tarde.

Mientras, el diputado Joan Baldoví de Compromís-Equo llevaba al pleno del Congreso una camiseta negra en recuerdo de las víctimas y se mostraba "abochornado" por la actitud del PP valenciano y pidió al jefe del Ejecutivo, Mariano Rajoy, una investigación."Bochorno" es el sentimiento que provocan las reacciones del PP valenciano con los familiares del accidente decía Baldoví.

El diputado pedía a Rajoy que no permita que el PPCV "siga abochornando, ignorando e insultando a estas familias" y que como presidente de los populares haga lo posible para que "de una vez por todas" se lleve a cabo una investigación y los "responsables den la cara. Mientras, se ha conseguido que al menos la gente no se vaya indiferente de la plaza. Muchos hablan de la velocidad, de la baliza, de la necesidad de encontrar culpables y del dolor de los familiares.