VALENCIA (VP). A nadie se le escapa el desmoronamiento de la 'City' valenciana, que se ha plasmado en la desaparición de Bancaja, Caja de Ahorros del Mediterráneo (CAM) y Ruralcaja, mientras Banco de Valencia sigue siendo absorbida por CaixaBank. Una situación que ha derivado en el cierre de un buen número de sucursales y más todavía echando la vista atrás hasta el origen de la crisis (2007).
Sin embargo, hete ahí la sorpresa que en términos porcentuales el cierre de oficinas bancarias es el mismo en Valencia que en el conjunto nacional -concretamente el 17%- a lo largo de los seis años que dura ya la crisis. Así lo delatan los datos que maneja el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), el brazo ejecutor de la política financiera del Consell.
A 31 de diciembre de 2007, según dichas cifras, en Valencia había 2.572 sucursales frente a las 2.119 que quedaban al cierre del primer trimestre de este año. En España, por su parte, eran 45.086 las oficinas que se repartían por todo el territorio nacional hasta descender a las 37.265.
Cierto es que en el conjunto de la Comunitat Valenciana el cierre de sucursales ha sido del 19,7%, dado que Castellón ha visto desaparecer el 22,9% de la red y Alicante el 21,5%.
INFERIOR A LA PREVISTA
La reestructuración en Valencia acometida por las dos entidades nacionalizadas (Bankia y Banco de Valencia), además de la llevada a cabo por el Sabadell sobre la CAM y Cajamar en Ruralcaja, ha sido inferior a la que se preveía inicialmente a decir de los expertos consultados por este diario.
"Sinceramente creo que todavía no ha terminado el proceso y en los próximos meses seguiremos viendo cierres y más cierres", apuntan desde el departamento de banca privada de una firma ubicada en Valencia.
Pero no solo son las 'valencianas' las que se han visto afectadas por ello aquí sino también las otras dos nacionalizadas como Catalunya Caixa y NovaGalicia, por citar un par de ejemplos más, que han tenido que bajar la persiana en un buen número de las que tenían repartidas en territorio local. "El estallido de la crisis del ladrillo se llevó por delante el modelo de abrir oficinas con dos o tres personas al calor de una promoción inmobiliaria", añaden.
AL CALOR DEL BOOM INMOBILIARIO
Y no les faltan razón porque bastaba darse una vuelta por cualquier avenida de la ciudad para ver como se apiñaban las oficinas de diferentes entidades y, lo más curioso, algunas con su sede central a más de mil kilómetros de distancia. Muy pocos eran los que no querían dejar pasar la oportunidad de subirse al boom inmobiliario que se vivía hace un lustro por estos pagos.
Por otro lado, no hay que olvidar la racionalización obligada de las estructuras de algunas de ellas -las nacionalizadas-, que deben seguir ajustándose a los requerimientos de Bruselas para cumplir con los requisitos firmados a cambio de las multimillonarias ayudas.
BRUSELAS Y FUSIONES
Conviene recordar que a finales del pasado año, la Comisión Europea impuso una drástica reducción del número de sucursales de hasta un 60% para las cuatro entidades nacionalizadas.
Las obligaciones contraídas con Bruselas y los procesos de fusión han sido los factores más relevantes a la hora de acometer la reducción del número de sucursales bancarias para adaptarse a la nueva realidad de una economía española que continúa desapalancándose. De ahí que los registros históricos a 31 de diciembre de 2008 -con 45.662 oficinas en España y 5.061 en la Comunitat Valenciana, según los datos del IVF- hayan pasado a la historia.
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