VALENCIA. El Consell afronta la segunda parte del año con algunas dudas y también con algunas certezas sobre cómo podrá salvar su situación financiera. Asumida que la reforma de financiación tardará, en la Conselleria que dirige Juan Carlos Moragues, se echan cuentas con dos elementos clave: la flexibilización del déficit y el nuevo plan de pago a proveedores. El objetivo: lograr cerrar el año habiendo pagado al menos buena parte de sus deudas no financieras.
Precisamente este jueves se reúne el Consejo de Política Fiscal y Financiera para fijar una cifra clave para las necesidades de la Generalitat: el nuevo objetivo de déficit para las comunidades autónomas. De momento ya se sabe que la cifra se va a fijar en el 1,3%. Este dato, de partida, ya es positivo para la Generalitat, ya que cualquier incremento al alza sobre el 0,7% que estaba previsto inicialmente le permitirá aumentar su capacidad de endeudamiento autorizada. Así, si en el escenario inicial la Genearlitat podía pedir prestados 713 millones al FLA, con el nuevo objetivo se podrán añadir unos 630 millones adicionales.
Pero aún hay otro margen. De ponerse en práctica el déficit asimétrico, la Generalitat confía en que el Gobierno aún le permita un déficit algo mayor, sobre el 1,8% del PIB. Con ese incremento, la capacidad de endeudamiento se elevará en unos 500 millones más.
Con estos fondos adicionales, para los que el Consell tendrá que recurrir al FLA al no poder emitir deuda directamente (el conseller se siente cómodo con este sistema al ofrecer un interés menor de lo que le costaría el dinero en el mercado), Moragues, confía limitar el volumen de impagos en que incurre la Generalitat durante el ejercicio por no disponer de dinero suficiente para cubrir todos sus gastos.
Pero aún hay otro clavo al que se agarra el conseller de Hacienda: el nuevo Plan de Pago a Proveedores. Aunque las condiciones del mismo están aún por definir, con lo que hasta ahora se conoce se confía en poder atender la mayor parte de las deudas que no entraron en el plan del año pasado -subvenciones, y ayudas- y también las deudas comerciales que quedaron pendientes el año pasado.
Además, el el plan de pago de este año también se va a incluir la posibilidad de financiar las deudas que se generen en el ejercicio en curso. La razón es la norma dictada por el Gobierno para ajustar a 30 días el plazo máximo de pago a los proveedores. Para que las distintas adminitraciones puedan cumplir con esta exigencia será necesario que se habiliten líneas de crédito concretas a las que el Consell también espera acudir.
MENOS TENSIONES DE TESORERÍA EN EL PRIMER SEMESTRE
De momento, en lo que va de año, la Generalitat Valenciana ha registrado menos tensiones en su tesorería que el año pasado. De hecho, las cifras del déficit acumulado en lo que va de año es muy positiva, con superávit incluso. Esto no significa que la Generalitat esté, de repente, ingresando dinero imprevisto. Se trata de que el Consell están pidiendo los adelantos del sistema de financiación que el Gobierno facilita a cuenta.
Según fuentes de Hacienda, el plan de actuación que se ha marcado Moragues en esta primera parte del año ha consistido en elaborar un calendario de pagos asumible y se están abonando las cantidades pactadas con esos fondos adicionales que llegan del sistema. El problema llegará a final de año, cuando ya se hayan cobrado todos los adelantos. Para entonces el conseller espera que ya esté en funcionamiento el plan de proveedores, con lo que tendrá esa línea adicional para seguir pagando facturas pese a que haya agotado los fondos ordinarios.
Aún así, el Consell deberá seguir aplicando fuertes recortes del gasto para intentar acercarse al 1,8% de déficit, si es la cifra que finalmente se pacta para la Comunitat Valenciana, ya que ese límite sigue lejos de la desviación registrada el año pasado del 3,45%.
Eso implica que la Generalitat cerró el año con un exceso de gasto sobre ingresos de unos 3.500 millones, de los que menos de la mitad los pudo financiar, lo que se traduce en facturas y conciertos y subvenciones no pagadas (aunque parte se abonaron con un remanente del anterior plan de pagos).
Por lo que respecta a los vencimientos de deuda, los correspondientes a bancos extranjeros están todos cubiertos por el FLA, y ascienden a 1.679,26 millones. La deuda con entidades bancarias españolas se están renovando sin problemas.
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