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VALENCIA. Tal y como ocurrió el año pasado, y como se esperaba, la junta de Bankia fue un carrusel de quejas, reproches y lamentos protagonizados por unos accionistas que nunca quisieron serlo. Del centenar de socios que tomaron la palabra en una asamblea que se prolongó durante cinco horas y 45 minutos, solo un par de ellos reconocieron haber comprado acciones en la salida a bolsa pensando que iba a ser una inversión razonablemente rentable, no tanto por la mejora del precio de la acción sino por los dividendos que prometía repartir. 

El resto, la inmensa mayoría de los que alzaron la voz, eran, y son accionistas involuntarios. Un término este último que hizo fortuna a lo largo de los distintos discursos, casi todos ellos encendidos, que se fueron sucediendo en un Palacio de Congresos de Valencia tomado por 80 agentes de seguridad privada en el interior y decenas de policías en el exterior que trataron de contener los ánimos, exaltados en algún momento.  

No hubo preguntas sobre la evolución del banco o sobre el plan estratégico. Los accionistas sobrevenidos de Bankia, provinentes del canje de preferentes por acciones que realizó la entidad, solo pedían una cosa: que les devolvieran su dinero. Todo su dinero. La reclamación solía llegar precedida de historias personales en no pocas ocasiones dramáticas. Hubo lágrimas, rabia y hasta un accionistas que quiso mostrar el expolio sufrido quedándose en paños menores ante el mundo: "Así me han dejado".

Todo ese desfile de dramas personales y ahorros desaparecidos estuvo trufado regularmetne de las intervenciones de varios abogados, representantes de bufetes o asociaciones de usuarios de banca que deslizaban otro mensaje: uno comercial en busca de clientes a los que representar en la avalancha de reclamaciones judiciales que se están registrando en los juzgados españoles por lo que un exempleado de Bankia calificó de "la mayor estafa cometida en España".

En este escenario de emociones y mensajes subliminales fue donde cobró sentido una declaración que hizo casi al final de la junta el presidente de Bankia, José Ignacio Goirigolzarri. "Quiero pedir a las asociaciones y despachos de abogados que expliquen a sus socios y clientes las condiciones del arbitraje", reclamó casi como un ruego el banquero.

ABOGADOS REPARTIENDO TARJETAS

La petición, que pasó casi desapercibida por lo tarde que era cuando se pronunció, tras casi seis horas de reunión, y por el desbarajuste que reinó durante toda la junta, vino a colación del rechazo que produce en esos dos sectores de la representación de la masa social el proceso de arbittraje abierto por Bankia para tratar de buscar una salida negociada para aquellos que fueron engañados en la comercialización de los productos híbridos.

Goirigolzarri tuvo que recordar las condicones del arbitraje en dos ocasiones, a saber: es voluntaria, se puede acoger tanto el preferentista como el accionsita al que se canjearon sus productos, no implica la renuncia a la vía judicial en la primera fase, cuando el experto independiente, KPMG, dictamina si el cliente fue engañado o no, y es gratuito. Y puso los datos de los resultados que ya se van produciendo sobre la mesa.  

El presidente de Bankia, que recomendó también en varias ocasiones a los accionistas que se acojan a esta vía para tratar de recuperar el dinero invertido si consideran que fueron engañados durante su comercialización, explicó que hasta el momento se han recibido 144.000 solicitudes de las 250.000 posibles. De estas, 45.000 ya han sido sometidas al dictamen de KPMG.

"Hasta ahora de esos 45.000, el experto independiente ha dado una opinión favorable a la devolución del importe íntegro del dinero a 38.698 solicitantes, el 80%, por encima del 75% de casos resueltos en contra de la entidad por la vía civil", desveló Goirigolzarri.

El presidente de Bankia añadió que hasta ahora el 100% de los casos que se han sometido a arbitraje con informe favorable de KPMG se han resuelto a favor de los afectados y, por tanto, han recuperado toda su inversión. En el caso de que el experto considere que el cliente suscribió estos productos con conocimiento del riesto, éste puede renunciar a acudir al arbitraje y seguir por la vía judicial. Aunque cabe la posibilidad de que, con informe favorable, el árbitro considere que no se debe devolver el dinero, el mensaje que se da desde el banco es que esta situación no va a darse.

Sin embargo, con todas estas cartas sobre la mesa, las reticencias siguen existiendo. Fuentes de Bankia explicaron a ValenciaPlaza.com que hay casos en que, con el informe favorable de KPMG, los clientes se niegan a firmar el contrato de arbitraje a pesar de que, de no haber problemas, supone casi de facto la recuperación de la inversión.

"Los abogados de despachos y asociaciones están introduciendo dudas a los clientes sobre un proceso que es gratuito y que deja en el aire sus dietas y cuotas", explicaron fuentes financieras a este periódico. No en vano durante la junta de este martes no era difícil localizar a representantes de bufetes repartiendo tarjetas a los accionistas tanto dentro de la sala como a las puertas de la misma.

Escarmentados por su confianza, los afectados por la crisis financiera española han adoptado una posición defensiva tras verse volatilizados sus ahorros que pensaban a salvo en depósitos a plazo fijo. Buscan culpables pero sobre todo soluciones. Y la que en un principio se antoja más viable, la del arbitraje, cuenta con el problema de que llega desde el seno de la entidad que les engañó.

Por eso Goirigolzarri centró su discurso a ese grupo de accionistas involuntarios en ese proceso. "Les ruego encarecidamente que recomienden a sus asociados y clientes que acudan al arbitraje", dijo el presidente de Bankia, que aprovechó para anunciar que la entidad ampliará hasta el 15 de julio el plazo para acogerse al proceso de arbitraje para los poseedores de preferentes y deuda subordinada de la entidad. El plazo acababa el 30 de junio y Bankia ha decidido ampliarlo por el alto nivel de solicitudes que está recibiendo en la recta final.