El ministro de Educación, Cultura y Deportes, José Ignacio Wert, posa para los fotógrafos momentos antes de la reunión que mantuvo ayer con los responsables autonómicos de política universitaria para tratar, entre otros temas, el nuevo sistema de becas que fijba en un 6,5 en la nota de acceso a la universidad. EFE/Juan Carlos Hidalgo
VALENCIA. Las universidades valencianas formaron a 146.600 estudiantes en el curso 2011-2012, de los que un tercio pudieron cursar sus estudios gracias a las becas públicas. Sin embargo, estos alumnos tienen que esperar casi un año para saber si la Administración les pagará sus estudios y parte de los que cumplen los requisitos se quedan fuera por la falta de presupuesto.
La polémica generada por las declaraciones del ministro José Ignacio Wert en las que planteaba elevar la nota mínima de acceso a las becas a un 6,5 (lo que permitiría reducir el número de beneficiarios y el gasto público correspondiente, según advierten sus críticos) no enfrenta estos problemas, sino que confronta dos formas de concebir este tipo de ayudas al estudio.
A diferencia de las que pueda proponer la iniciativa privada, las becas públicas se plantean para igualar el acceso a la Universidad a todos los estudiantes, sea cual sea su capacidad económica, entendiendo la formación como un derecho universal.
Aunque todo estudiante debe cumplir con un rendimiento mínimo para poder empezar a cursar determinadas carreras (en función de la nota de corte que se establezca tras la Selectividad según la demanda), en el caso de los becados ésta es superior de forma habitual, al tener que disputarse con otros alumnos admitidos la ayuda pública. Además, para continuar disponiendo de ella año tras año han de conseguir una determinada proporción de créditos en relación con los que están matriculados cada curso.
ESTADO, GENERALITAT O 'COCHE ESCOBA'
"Actualmente, los alumnos tienen tres vías para solicitar sus becas. Por una parte están las del Ministerio de Educación; por otra, las de la conselleria y, en el caso de los becados que pierden estas ayudas a mitad de carrera por las dificultades presupuestarias de la Administración, cada universidad dispone de becas propias", señalan a ValenciaPlaza.com fuentes de la Universitat de València.
Esta última modalidad, que funciona a modo de 'coche escoba', tiene como beneficiarios a estudiantes que, cumpliendo los requisitos fijados tanto por su renta familiar como por sus requisitos académicos, tendrían que dejar sus carreras a mitad por no poder pagársela por su cuenta.
Aunque para el curso 2012-2013 había presupuestados 16,5 millones de euros para becas en la Comunitat, el desplome de la renta familiar ha hecho que el número de potenciales beneficiarios se haya incrementado hasta dejar fuera buena parte de quienes podrían acogerse a ellas.
Pese a que desde la Generalitat se asegura que el número de becados no ha bajado significativamente en los últimos años, también señalan que el presupuesto se ha multiplicado por ocho para poder dar abasto. Del mismo modo, sólo la Universitat de València ha cuadruplicado el dinero para las suyas propias, pese a haber reducido su gasto en el resto de sus partidas, según aseguran fuentes de la institución.
UN CURSO DE INCERTIDUMBRE
Por otra parte, la lentitud del trámite para la adjudicación de estas ayudas hace que los estudiantes no sepan si podrán ser beneficiados por ellas durante casi un año. Esto es lo que ha ocurrido en 2012-2013, cuando el Ministerio no ha resuelto las solicitudes del curso que empezó en octubre hasta hace un mes y la Generalitat no ha comunicado las propias.
Aunque durante este tiempo los estudiantes no tienen que pagar, ya que el trámite de cobro se paraliza hasta que llegue la resolución administrativa; si no son aceptados, han de abonar el curso o recurrir a otras vías, como las que ofrecen las universidad como alternativa.
En todo caso, se trata de estudiantes que, como máximo, disponen de 43.846 euros anuales de renta total si forman parte de una familia de cuatro miembros, en el caso de las becas de la conselleria; frente a los 39.400 que exige el ministerio. Respecto a la nota, el propio ministro ha reconocido que su propuesta de elevar el corte a un 6,5 mínimo se va a reconsiderar.
"Nos hemos comprometido a recalcular todo lo que tengamos que recalcular para tratar de acomodar esta petición de las comunidades autónomas, con la voluntad de alcanzar el mejor acuerdo posible", ha afirmado Wert.
LA INSISTENCIA DE WERT
De todas formas, ha advertido de que "los criterios de valor en los que se inspira el nuevo Decreto de Becas y Ayudas al Estudio que prepara el Gobierno para el próximo curso son incompatibles con la idea de rebajar aún más los criterios de exigencia académica" y, ante las peticiones de algunas comunidades de situar la nota de corte en los 5 puntos, el ministro ha sentenciado que "el 5,5 que se estableció el año pasado no se va a rebajar".
En todo caso, el ministro sigue defendiendo su propuesta original y ha asegurado tras la reunión de la Conferencia General de Política Universitaria, celebrada este martes en el Ministerio de Educación, que las diferencias existentes entre los universitarios que acceden a la universidad con una nota de entre 5 y 5,5 y los que acceden con una superior al 6,5 "son de un orden de magnitud inimaginable".
Así, ha apuntado que en "el primer año abandonan más de un 20% de quienes tenían menos de 5,5 puntos" y concluye que, en lo que se refiere a completar la carrera en el plazo natural, "las diferencias entre quienes acceden con un 5,5 y quienes lo hacen con más del 6,5 llegan a ser de más de 3 a 1".
El problema no es solo de cuándo y cómo se cobran las becas sino el recorte y las nuevas condiciones de la nueva ley. Recomiendo el post "Políticos de 6,4; parados de 8,6" http://bit.ly/11ZNRZr
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