MADRID. Renfe mantendrá con su posicionamiento dominante a pesar de la liberalización. Así lo deduce la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) tras analizar un Proyecto de orden ministerial de transporte turístico ferroviario, para la 'liberalización' de esta pequeña parte del sector.
Conforme va a apareciendo parte de la normativa, parece evidente que Renfe no va a estar en igualdad de posición que el resto de competidores, puesto que a la compañía ya se la considera dentro del servicio y no se le aplican las mismas restricciones y los mismos cumplimientos que al resto de competidoras.
Respecto a la norma, la CNC muestra su oposición a las condiciones de la apertura de la explotación de los trenes turísticos y apunta a que "resulta más preocupante a la luz de la prevista liberalización general del transporte de viajeros, en la medida en que pueda condicionarla o dilartarla". Evidentemente, Competencia teme que éste sea el modelo para el resto de liberalizaciones y no lo considera una buena prueba piloto.
PRECIOS UN 30% POR ENCIMA DE RENFE
Según esta orden del Ministerio de Fomento, para considerarse tren turístico tiene que concurrir, al menos, dos de los tres elementos siguientes: alojamiento, al menos durante una noche, que se de manutención alimenticia y contar con otros servicios turísticos que no sean meramente accesorios, sino que formen parte significativa del trayecto. Para competencia, esto resulta extremandamente rígido, y cree que sería suficiente con que se diera una de las condiciones.
Pero no sólo eso. La condición que más critica el supervisor es la que establece que si el nuevo operador coincide con servicios ferroviarios para los que sea necesario autorización, su precio de contratación tendrá que ser, al menos, un 30% superior a la tarifa del transporte del servicio de Renfe. Esto lo equipara con el transporte de mercancías, quien ya le concede otros privilegios injustificables para el supervisor.
Además, la combinación del viaje para el pasajero deberá ser vendida u ofrecida en venta por una agencia de viajes, por lo tanto se restringe la libertad comercial del prestador, mientras que Renfe no se encuentra en esta situación. Por lo tanto, Competencia cataloga estas restricciones como absolutamente innecesarias y desproporcionadas en atención al objetivo que pretende.
UNA LIBERALIZACIÓN DEMASIADO LENTA
La CNC también considera que la liberalización completa del transporte ferroviario convencional de pasajeros resultaría la solución más favorable para la competencia y la alternativa que ofrece mayores posibilidades de impulsar el desarrollo y la innovación en estos mercados. Además, según su perspectiva, también mejoraría las condiciones de precio y calidad de las empresas y, en último término, beneficiaría a los usuarios del servicio.
Para Competencia este proceso va muy lento. Hace prácticamente un año que el Ministerio de Fomento anunciaba la liberalización del transporte de viajeros. Sin embargo, la fecha ha llegado y el avance en esta materia ha sido mínimo. Evidentemente, esta orden ministerial no era lo que se esperaba como proceso liberalizador. Teniendo en cuenta las fechas y como puede observarse, tampoco es lo que tenía en mente la CNC.
No obstante, a pesar de que el presidente de Renfe, Julio Gómez-Pomar, apuntó a que la liberalización era buena, "caiga quien caiga", parece evidente que lo que espera sufrir la compañía en cuanto a competencia es mucho menor del que se esperaba. La liberalización del transporte turístico ferroviario debería darse a partir del 31 de julio, mientras que la de pasajeros tiene hasta 2019 para completarse.
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