En la tradicional rueda de prensa tras la reunión del Consejo de Gobierno del BCE, el banquero galo se mostró confiado en que la recuperación de la economía mantenga un ritmo "moderado" en la segunda mitad del año.
Respecto a los precios, el presidente del BCE prevé que las expectativas de inflación continúen ancladas a medio plazo de acuerdo con la definición de estabilidad de precios, a pesar de que espera un cierto repunte de los precios en los próximos meses, que se moderará el próximo año.
No obstante, el banquero galo advirtió sobre los riesgos al alza para estas previsiones derivados por el aumento de los precios de las materias primas y, especialmente, por el impacto de las subidas de impuestos indirectos y tasas por parte de los países inmersos en procesos de consolidación presupuestaria.
"Los incrementos de impuestos indirectos y tasas administrativas pueden ser mayores de lo previsto ante las necesidades de consolidación fiscal en los próximos años", dijo.
En este sentido, el presidente del BCE recordó que varios países deben enfrentarse a grandes desafíos por lo que es necesario que adopten de manera inmediata medidas correctivas ambiciosas.
"Son necesarios planes de consolidación multianuales creíbles para fortalecer la confianza en las finanzas públicas (...) Todos los países de la zona euro necesitan reflejar en sus presupuestos de 2011 su compromiso con una ambiciosa consolidación fiscal", añadió.
Así, el banquero galo advirtió de que "cualquier evolución fiscal positiva que pudiera producirse, como reflejo de factores más favorables de lo esperado, debería aprovecharse para obtener progresos más rápidos en la consolidación fiscal".
ADVIERTE SOBRE UNA 'GUERRA DE DIVISAS'
Por otro lado, el presidente del BCE ha advertido sobre las "implicaciones negativas" para la estabilidad económica y financiera mundial de una 'guerra de divisas'.
"Creo que el tipo de cambio debería reflejar los fundamentales económicos", dijo el banquero francés. "La excesiva volatilidad y los movimientos desordenados conllevan implicaciones negativas para la estabilidad económica y financiera", añadió.
En este sentido, el presidente del BCE expresó su confianza en la postura expresada en numerosas ocasiones por las autoridades estadounidenses respecto a que "un dólar fuerte va en interés de EEUU".
No obstante, el máximo responsable de la política monetaria de la zona euro declinó hacer comentarios sobre la posibilidad de que el BCE y la Reserva Federal hayan valorado ejecutar acciones conjuntas coordinadas sobre esta cuestión.
Por otro lado, Trichet reconoció que "a largo plazo" habrá divisas actualmente no totalmente convertibles que lo serán, lo que supondrá un cambio estructural en la constelación de divisas.
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