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La tecnología verde de Laser Food arranca hasta duplicar su facturación

11/10/2010 Jaume Sanfélix, gerente de la empresa valenciana, plantea la creación de un gestor como nexo entre la universidad y la empresa

VALENCIA (L. MASERES). Pagar por naranjas que no sean de Valencia, pero que han sido vendidas como tal, es un fraude para el consumidor. Puede que sean de Brasil, o de Murcia, pero si el adhesivo que llevan indica que son de la Comunitat, el comprador se lo cree. Laser Food se creó en 2006 con el objetivo de desarrollar una tecnología que evitara este tipo de engaño a través del marcado de la fruta por láser. La compañía, ubicada en el Parc Científic de la Universitat de Valencia a pesar de no ser una spin off, ha duplicado en 2010 su facturación respecto al ejercicio anterior.

"Funcionamos como podemos" firma Jaume Sanfélix, gerente y fundador de la empresa. El mundo de las tecnologías va cogiendo forma en la Comunitat, pero al menos han de pasar unos años desde que estas empresas arrancan para que se asienten en el mercado y empiecen a ganar beneficios. Por el momento, la compañía valenciana ha pasado de facturar 90.000 euros en 2009 a los 200.000 con los que espera cerrar el año.

La tecnología de Laser Food se creó para acabar con la confusión en el mercado agrícola y dar valor a los productos. Su técnica consiste en sustituir las tradicionales pegatinas que lleva la fruta por sellos estampados en láser sobre la piel del producto, en los que se incluye la información relativa al control de la trazabilidad (calidad alimentaría exigida por los mercados), el logo o distintivos que diferencien dicho alimento. Esta práctica supone un ahorro de un 40% con respecto al etiquetado normal.

INNOVACIÓN E INVERSIÓN

Tener la patente mundial de esta tecnología supone riesgos y beneficios. Según Sanfélix, y dada la coyuntura económica, es más complicado llegar a los clientes con un producto totalmente novedoso que con uno mejorado. Sin embargo, y tras "un comienzo duro", junto con las inversiones de los socios -actualmente son 10- llegaron las de la Administración. Además, cuentan con una subvención de 1,2 millones de euros para investigación por parte de la Comisión Europea. El ahorro de CO2 que supone esta maquinaria les convirtió en una de las pocas empresas europeas seleccionadas dentro de la línea eco-innovación.

"La innovación requiere inversión, y aunque está claro que los interesados somos nosotros, la Generalitat nos está ayudando", declara Sanfélix. Hasta el momento, la inversión personal ha sido de 120.000 euros y a través de la conselleria de Agricultura están promocionando su producto en ferias internacionales. Sus clientes son Carrefour o Anecoop entre otros.

"No somos una empresa al uso, no sabemos cuáles son nuestras perspectivas de futuro porque dependemos de la penetración en el mercado, pero nuestra filosofía es a trabajar a largo plazo", declara el fundador de Laser Food.

SILICON VALLEY EUROPEO

El motivo por el cual la empresa está ubicada en el Parc Ciéntific, sin ser una start-up de la Universitat, es por el entorno académico que se respira. Los socios podían encontrar soluciones a los problemas que surgieran.

"Valencia podría ser el Silicon Valley europeo, pero como aquí cada uno va a la suya, no lo somos", declara el gerente. Su decisión de trasladarse, como empresario, al centro del conocimiento no fue trivial, pero reconoce que hace queda mucho trabajo por hacer para sacar adelante las grandes ideas que, a su parecer, se quedan en los cajones de las facultades. Falta acercamiento entre las empresas, las universidades y los científicos.

"El sector tecnológico podría ser fuerte para economía valenciana. Tenemos buenas vías de comunicación, una personalidad amable, un clima inestimable, un tejido importante, somos emprendedores y contamos con profesionales con gran capacidad", asegura Sanfélix. Sin embargo, algo falla. Muchas empresas se quedan en el intento y en su opinión, las universidades están más preocupadas por sus publicaciones y por los créditos que por el desarrollo empresarial. "Hay muchas cosas vendibles, y la universidad debería abrir más su abanico".

La solución que plantea el gerente de Laser Food para dar un empujón a las tecnológicas desde la universidad es a través de la creación de la figura del gestor. Un intermediario entre los científicos y los empresarios capaz de vender los productos que se investigan en los laboratorios. Según Sanfélix, los universitarios no tienen esos conocimientos ni la experiencia necesaria, pero sus ideas son buenas.

"Los dos primeros años la universidad debería tutelar los pasos de los investigadores, ya que la conexión que existe entre los centros y el mundo real existe, pero como no tengas contactos previos, es muy difícil alcanzar la meta".

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