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MADRID. La posibilidad de la apertura de un proceso de segregación de negocios en Iberia está tomando cuerpo, ya que además nunca se ha descartado del todo por los directivos del grupo aéreo, según ha sabido este diario. Y en este momento, hay más que pistas de que el citado proceso puede estar dando sus primeros pasos.

Así, hace muy poco que se ha constituido la nueva empresa IAG Cargo con los activos y el personal, más de 60 trabajadores, de esta actividad en Iberia y en British Airways (BA).
Asimismo, al menos dos sindicatos de mantenimiento como son CC.OO. y Asetma, están recogiendo firmas para segregarse del convenio general y poder acceder a un convenio propio, lo que está siendo muy cuestionado por el resto de centrales.

El resto de sindicatos desconocen el interés que puede tener para la plantilla de mantenimiento regirse ahora por su propio convenio, dados los problemas laborales que siguen abiertos en Iberia y que al menos en el corto plazo no parecen tener una solución a la vista.

Y por su fuera poco, la dirección de la aerolínea compañía sigue sin descubrir su estrategia de cara a los próximos concursos de "handling" (prestación de servicios de asistencia en tierra) de Aeropuertos Nacionales y Navegación Aérea (AENA), de los que dependen más de 7.000 empleos en Iberia.

RENTABILIDAD DEL HANDLING

Como ya avanzó este diario la dirección del grupo español fusionado con BA en la holding International Airlines Group (IAG), vinculó hace tiempo su participación en estos concursos a alcanzar una rentabilidad por encima del 10% con ese negocio y en algunos casos hasta del 20%, unos porcentajes imposibles de alcanzar ni con la mejor gestión del mundo, según reconocen los expertos en este negocio.

Si la compañía presidida por Antonio Vázquez no se presenta o gana determinados concursos, la plantilla de Iberia sufriría un nuevo ajuste, ya que muchos de los empleos de "handling" pasarían directamente a las concesionarias que resultasen adjudicatarias de las licitaciones de AENA.

IDEA RECURRENTE

La mayor parte de los últimos presidentes de Iberia han tenido alguna vez en su cabeza un plan para segregar negocios en la aerolínea, como una forma de gestión que puede reducir los riesgos, sortear dificultades de negociación laboral y también obtener ingresos por la llegada de nuevos socios o inversores.

Y siempre se ha hablado de tres grandes líneas además de la propia Iberia operadora o línea aérea, como son handling, material y sistemas, que pueden desde venderse hasta reducir la participación por medio de nuevos socios.

De hecho, aerolíneas como Iberia Express, sobre todo, o Vueling, aunque en menor medida, son ejemplos de esta política de filialización en Iberia con la que el grupo busca crecer a costes distintos de los que tiene pactados en sus convenios. Por eso el rechazo frontal del sindicato de pilotos Sepla a Iberia Express, que sigue en los tribunales.

ENCAJA CON LA POLÍTICA DE WALSH

Este modelo de segregación de negocios encaja además como un guante con la estrategia defendida ya desde hace tiempo por el consejero delegado de IAG, Willie Walsh, para saltarse las rigideces laborales y de todo tipo de Iberia. Y ha sido denunciada por los sindicatos al acusarle de estar provocando un proceso de filialización de Iberia sobre British.

Además, en estos momentos, tras el ajuste laboral de más de 3.000 trabajadores, prácticamente todos por prejubilaciones, pactado recientemente en la aerolínea y los sindicatos, se ha abierto un compás de espera con la llegada del nuevo consejero delegado, Luis Gallego, que ha ofrecido a las centrales renegociar una parte del acuerdo alcanzado gracias al mediador de Fomento que se refería al recorte salarial adicional del 4%.

Sin embargo, todavía no hay avances claros en estas negociaciones, que están en una primera fase, quizás por la proximidad de los recientes conflictos laborales que enfrentaron a la dirección de la aerolínea con los sindicatos y provocaron varias jornadas de huelga, antes de que la mediación auspiciada por el Ministerio de Fomento surtiese efecto.