La universidad, una pieza esencial en cualquier sociedad avanzada y elemento clave para la salida de la crisis, vive un momento especialmente convulso, con críticas a la Generalitat por el retraso en los pagos mientras sus gastos han crecido un 118% en diez años
VALENCIA. Las universidades valencianas atraviesan un momento convulso. Los graves problemas económicos de la Generalitat Valenciana están provocando retrasos en los pagos comprometidos por Conselleria de Educación, la que financia el coste ordinario de las cinco universidades públicas de la Comunitat Valenciana, que ha puesto en pie de guerra a los rectores en varias ocasiones.
Pero en el fondo de este a menudo agrio debate han empezado a levantarse voces desde los dos lados del conflicto: los que reclaman una mayor financiación para la universidad pública y los que exigen una revisión integral del sistema educativo superior. A partir de ahí, acusaciones cruzadas. De falta de transparencia y de inmovilidad pese al cambio de los tiempos hacia la comunidad universitaria. De voluntad de minar a la universidad pública y a su atonomía hacia la actual Administración autonómica.
Un debate, en ocasiones, nada racional y que en muchas ocasiones solo pone sobre la mesa datos que benefician o que perjudican a la otra parte. Pero más allá de esas posturas, ¿cuál es la sitación actual real de las universidades valencianas? ValenciaPlaza.com ha decidido hacer una foto fija al sistema universitario valenciano: ¿Cuánto cuesta? ¿Es un coste adecuado? ¿Y es asumible por la Generalitat Valenciana? ¿Está sobredimensionada su plantilla? ¿Hay un exceso de profesorado? ¿Qué retorno tiene el tiempo dedicado a la investigación del cuerpo docente? ¿Es racional la actual ofeta de grados y postgrados? ¿Tienen demanda?
A todas estas preguntas trata de dar respuesta la serie de reportajes sobre la universidad valenciana que hoy inicia este periódico con la voluntad no tanto de dar la solución sino de aportar datos contrastados de coste y beneficios, en todos los sentidos, de la oferta de educación superior pública en la Comunitat Valenciana.
¿CUÁNTO CUESTA Y QUIÉN PAGA LA UNIVERSIDAD PÚBLICA VALENCIANA?
Las competencias de la enseñanza universitaria están transferiadas a la Comunitat Valenciana y es por tanto la Generalitat la que se encarga de financiar la totalidad del coste de las cinco unversidades públicas valencianas: Universitat de València, Universitat Politècnica de València, Universitat d'Alacant, Universitat Jaume I de Castelló y la Universidad Miguel Hernández, de Elche.
El Consell, en sus presupuestos anuales, destina una cantidad concreta para financiar, por un lado, la actividad ordinaria, y por otra las inversiones en inmovilizado que realizan. Es la parte del gasto ordinario la más relevante, ya que con ella se paga a todo el personal, tanto el docente como el administrativo y de servicios, así como los gastos de funcionamiento.
Esa cifra, sin la distorsión que produce, por ejemplo, la construcción de nuevos aularios, es la que da una idea del coste de la educación superior en la Comunitat Valenciana. Según los datos recogidos en el anuario de los consejos sociales de las universidades públicas valencianas, esa cifra ha caído ligeramente por debajo de los 815 millones de euros, tras alcanzar en 2010 el récord de 808 millones de euros.
La crisis económica y los recortes a los que se ha visto obligada la Generalitat por sus problemas financieros han afectado a la aportación directa, aunque en parte esa disminución ha sido compensanda con el incremento en las tasas aprobada por el Gobierno central y aplicada por el Consell en su margen más alto.
Del histórico sobre la evolución de esa partida, lo primero que llama la atención es que en los últimos diez años la inversión de la Generalitat en el funcionamiento ordinario de las universidades valencianas se ha multiplicado casi por 2,4. Una senda ascendente que solo se trunca con el inicio de la crisis.
Es necesario puntualizar que en este apartado de gastos corrientes, el 75% se destina al pago de nóminas, tanto del personal docente como del administrativo. Es decir, tres cuartas partes del dinero que pone la Conselleria de Educación forma parte de los capítulos I de las cinco universidades. Eso implica, de hecho, que el incremento de la financiación ha ido en paralelo al de personal, tanto de profesores como de servicios auxiliares.
Es necesario matizar que los incrementos en la dotación anual incluyen el aumento de la inflación de cada año, es decir. No todo el dinero de más que se ha inyectado a la universidad ha supuesto nuevas contrataciones o más gasto ordinario. Hay una parte que hay que atribuir al aumento del IPC en salarios y en el precio de los servicos ya prestados. Aplicando el IPC de cada ejercicio a la cifra de ese año se puede estimar que unos 180 millones de euros del total de crecimiento en 10 años hay que atribuirlos a la inflación.
UN CRECIMIENTO DIVERGENTE CON EL DE ESTUDIANTES
En todo caso, este incremento del 118% en el coste de la actividad ordinaria de la universidad pública valenciana en los últimos 10 años seguramente ha venido a paliar deficiencias históricas del sistema, al tiempo que se habrá avanzado en aspectos que estarían pendientes. Este es un dato que no pone en duda la Conselleria de Educación que ha venido aprobado los presupuestos diseñados por las cinco universidades.
Sin embargo, ese aumento del coste no ha corrido en paralelo al de de estudiantes atendidos por el servicio público universitario. De hecho, son cifras casi divergentes. Resulta llamativo que el número de estudiantes que cursan una carrera en las universidades valencianas se ha mantenido prácticamente estable durante los últimos años. Solo un ligero retroceso, vinculado a unos años de menor natalidad, alteran una línea casi recta. La irrupción de una nueva universidad privada, la Católica de Valencia (activa desde desde 2004/05), que ya roza los 10.000 alumnos, tiene un impacto limitado.
Las seis universidades públicas acumulan algo menos de 130.000 alumnos de media en el periodo estudiado. Apenas hay un margen de unas 4.000 matrículas menos entre el curso 2000/01 y el 2011/12. La Miguel Hernández ha ido aumentando sus alumnos dada su reciente creación, pero ya se ha estabilizado en los 11.000. La de Alicante está en 27.000, la UJI en 13.000 y las dos grandes universidades valencianas, la de València - Estudi General y la Politècnica, en 45.000 y 30.000 respectivamente.
Estas dos últimas instituciones son las que más han decrecido respecto a hace doce años, unas 4.000 matriculas al año menos.
Estos datos, en una lectura fría, implica que la universidad valenciana gasta hoy casi dos veces y media más en formar a los mismos alumnos que hace diez años. La financiación por alumno con dinero público ha pasado de 3.129 euros en el curso 2000/01 a 7.155 euros en el 2010/11.
La cuestión ahora es discernir si ese incremento en el gasto ha representado una mejora visible en la calidad de enseñanza, un índice que debería traducirse tanto en una mejor capacitación para los estudiantes así como mejores condiciones para el personal docente para desarrollar tanto su labor formativa como investigadora.
Este aspecto, el de las plantillas de las seis universidades públicas valencianas, centrará la segunda parte de esta radiografía.
XImo, veo ahora por encima el artículo y si tengo tiempo lo leeré con más detalle (estoy entre papers y con exámenes intentando no tener baja productividad); pero la gráfica que muestras del crecimiento de la financiación de la GV es tramposa, porque porcentualmente respecto del PIB el crecimiento es del 1% si no recuerdo mal. Y en el caso de la UV se construyeron campus porque aquí, en Blasco Ibáñez, los estudiantes no cabían. Por otro lado, me gustaría tener más claras las fuentes de los datos que usas, para ver si los alumnos de Escuelas Universitarias han estado siempre contabilizadas en esas cifras y qué pasa con la VIU. De todas formas, encantado con que se abra el debate.
Tenemos una Burbuja Universitaria y de Institutos Tecnológicos que Fabra no se atreve a pinchar.
Por favor, que alguien destape el pufo de profesores de menos de 60 años jubilados; de "asociados" a tutiplén para librarse de impartir clases; de endogamia integral para colocar a los súbditos del departamento, de viajes, años sabáticos y demás mamandurrias que explican el silencio de los corderos durante tantos y tantos años de estropicio social, económico y político. En resumen: unos vendidos y defensores de su status de universitarios "de poble".
El informe del IVIE al que se refiere FJVO es el que hicieron catedráticos de la universidad para valorar la universidad en la que trabajan y de la que cobran, ¿no? Les salió todo estupendo, sí.
Le recomendaría al redactor que antes de escribir se documentara. El Instituto valenciano de Investigaciones Económicas hizo hace dos meses una investigación exhaustiva sobre el impacto de la universidades públicas valencianas. La docencia no es la única actividad de la universidad. La investigación (la que realmente cuenta en los rankings) y las transferencia de los resultados de investigación son los otros indicadores. seamos rigurosos en la información y hagamos periodismo de calidad. La lectura de este texto sólo conduce a concluir que las universidades públicas valencianas han tenido mucho dinero y lo han malgastado. Cuando es justamente lo contrario.
La docencia es sólo una parte de la actividad que desarrolla la Universidad pública. Si limitamos el análisis precisamente a la fracción que menos ha crecido, o incluso que ha decrecido, los resultados sugieren un enorme descenso de productividad. Sin embargo, en el resto de funciones que están encomendadas a la Universidad, se había crecido y mejorado mucho (y empleo el pluscuamperfecto con propiedad y conscientemente): Investigación, transferencia de conocimiento, asesoramiento y formación de los agentes económicos, productivos y sociales, divulgación del saber científico, artístico y humanístico... En cualquier caso, los equipos de personas formadas durante años para realizar todas estas funciones básicas en una sociedad avanzada ya están en una etapa de absoluta desintegración y con toda probabilidad en poco tiempo se habrán perdido.
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