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VALENCIA. Daños colaterales. El grupo metalúrgico alemán ThyssenKrupp perdió hasta el primer trimestre del año 822 millones de euros, su facturación ha bajado un 14% hasta los 19.952 millones y sus pedidos han caído un 7%. Para salir de este atolladero la compañía ha anunciado el recorte de 2.000 empleos en la división de acero de Europa para ahorrar 500 millones.

Hasta aquí se repite el escenario de tantas otras compañías en apuros a causa del desplome de la demanda, pero la diferencia llega cuando se observa el reparto que esta multinacional va a hacer del ajuste. Aunque Alemania va a concentrar el 50% de los despidos, también está previsto que se condene al cierre a la filial ThyssenKrupp Galmed, productora de bobina de chapa galvanizada situada en Sagunto.

Aunque no será hasta el viernes 7 de junio cuando la dirección de la compañía anuncie oficialmente las medidas de choque, el riesgo para la planta valenciana es muy alto, lo que ha llevado a la movilización de la plantilla y de la Generalitat para intentar una salida que evite el despido de sus 167 trabajadores.

CONSERVAR EMPLEOS EN ALEMANIA

Entre los argumentos que exponen los trabajadores, directivos o el conseller de Economía, Máximo Buch, a la dirección mundial de la firma están la carga de trabajo que mantiene (150.000 toneladas, las mismas que en 2012) y los beneficios continuados desde su apertura en 1993 y que alcanzaron los 6,4 millones de euros en 2011, una cifra similar a 2010 y un 396% superior a la de 2009.

"Las causas de la medida no son económicas ni productivas, sino políticas", asegura Ramón García, representante de Galmed en el comité de empresa europeo de ThyssenKrupp. "La idea es cerrar aquí y trasladar los pedidos a las fábricas alemanas para que allí no se pierda tanto empleo", señala.

Entre gritos contra Angela Merkel y por la continuidad de la planta, la práctica totalidad de los trabajadores marcharon la mañana de este lunes desde la conselleria de Economía en la calle Colón de Valencia hasta el consulado de Alemania, del mismo modo que piensan hacerlo el próximo lunes en Madrid entre el Ministerio de Industria y la embajada del país germano, coincidiendo con las dos jornadas de huelga de 24 horas que han convocado.

OBSTÁCULOS A LA VENTA

Aunque se ha propuesto que ThyssenKrupp venda Galmed a otra metalúrgica, como Arcelormittal (proveedora también de la firma alemana desde su planta relaminadora también de Sagunto), esto le significaría a ThyssenKrupp renunciar a carga de trabajo. La situación actual de la demanda de chapa galvanizada, centrada en la industria de la automoción, no está como para ir dando negocio a la competencia, aseguran fuentes del sector que ven este problema como el principal obstáculos a la venta.

Además, el tipo de producción de Galmed se basa en una fabricación programada. Esto significa que son pedidos que se solicitan con mucho tiempo de antelación y no dependen de decisiones de última hora de los clientes o para obedecer a una urgencia. Esta situación hace que la distancia entre el punto de producción y el cliente no sea especialmente importante. Basta tener en cuenta el tiempo necesario para el transporte y programar en consecuencia.