VALENCIA. En las oficinas de la segunda planta del piso que ocupan en la calle Cirilo Amorós de Valencia, cara a cara con el Mercado de Colón, no suena ninguna música ni hay playlists de Spotify encendidas. Sin embargo, de paredes para adentro, trabajan las dos principales compañías operadoras de conciertos en la Comunidad Valenciana.
Posiblemente cualquiera de las citas musicales señaladas en los últimos años han sido gestadas desde aquí por Mundosenti2 y Tranquilo Música. Dos empresas diferenciadas -la primera orientada a los grandes conciertos y la segunda al segmento 'indie'- que comparten inmueble tras su alianza física en 2007.
Lorenzo Pérez: un broker en la industria del espectáculo
En el despacho principal del CEO (eso pone en Linkedin) de Mundosenti2, la vista se pierde hacia un cuadro imponente de Antonio de Felipe que eclipsa el resto del espacio. Se trata de un vaquero de sombrero alado y cigarrillo, mirando al horizonte como quien ha hecho bien su trabajo. Delante se sienta Lorenzo Pérez. Es canario pero llegó a Valencia en 1985 para estudiar Económicas, y no volvió a las islas. De acento matizado, dialoga con la pausa del que ha erigido una empresa con alrededor de 1.200 eventos organizados y un reguero de 750.000 entradas cortadas.
Antes de traer a los Rolling Stones y a James Brown, era broker en la Bolsa de Valencia. En el año 1995 lideró la puesta en marcha de un proyecto de mercado de derivados basado en la naranja que no llegaría a ver la luz. Poco después se subió al parqué de la organización de eventos hasta fundar, en 2002, Mundosenti2: "Empezamos a ver que en la Comunidad Valenciana los conciertos internacionales no tenían espacio y nadie los estaba liderando; no había nada", explica.
La gran demostración de la capacidad de Lorenzo Pérez tuvo lugar en julio de ese mismo año con el concierto de Jamiroquai en El Campello, cuyo campo de fútbol acabó convertido en una pista de baile gigante (y los accesos en una maraña de automovilistas).
La amenaza de la burbuja musical
Para este fan de Leonard Cohen y Nick Cave ("últimamente me gusta Manel") la principal amenaza llegó pocos años después, trago mediante de un cocktail de ayuntamientos y promotores musicales de nuevo cuño. "Nuestra música -rememora- también ha vivido una burbuja, alimentada por ayuntamientos que daban cheques en blanco para traer a un artista".
Hasta el punto de que eran los ayuntamientos los principales competidores de empresas como Mundosenti2: "Daban mucho dinero a pseudopromotores sin experiencia. Lo hemos visto en casos como el de El Ejido, donde una empresa recién llegada fue capaz de negociar y contratar a los Rolling antes de que la empresa se hundiera y el concierto acabara siendo un fracaso".
Precisamente fueron los Rolling Stones los que protagonizaron el concierto más difícil de organizar para Lorenzo Pérez. La noche anterior suspendieron su actuación en Benidorm por una satánica laringitis de Mick Jagger. Volverían tres meses más tarde.
Una vez apuñalada la burbuja musical ("la crisis ha servido de filtro"), los movimientos tácticos pasan por envolver al máximo el acto musical. "Ahora lo que intentamos es que el artista sea parte de un concepto", refrenda el protagonista. Conceptos como el del Festival Urbano de Valencia, el MTV Winter o, este año, el Día de la Música, junto a la institución educativa Berklee (algunos de sus alumnos hacen prácticas en Mundosenti2), que tiene como pretensión a medio plazo llenar Valencia de conciertos durante una jornada.
Valencia, necesidades y oportunidades
Sobre el futuro de la ciudad, ve necesaria la adecuación de un escenario indoor de entre 10.000 y 15.000 espectadores: "De haberlo tenido hubiéramos traído el triple de eventos", comenta. "Tenemos buenos espacios outdoor, pero apenas indoor".
Lejos de cuestionar, sobre Valencia desliza continuas reivindicaciones en positivo: "Valencia es un sitio fantástico para emprender, a mí me lo ha demostrado", "yo he encontrado aquí el ecosistema". A alimentarlo se dedica en otra de sus facetas: financia gérmenes empresariales a través de proyectos como Valencian Global y enciende programas de inversión en innovación tecnológica dedicada al entretenimiento. En torno al proyecto de ciudad, deja un mensaje: "Los grandes eventos no hay que abandonarlos; hay que controlarlos".
Neus Aulló: el reino del indie empezó en una cafetería
A pocos metros, al otro lado del breve pasillo, está el despacho de Neus Aulló, economista valenciana que estudiaba un postgrado en el departamento de estructura económica cuando se encontró en la cafetería con Juan Enrique León, uno de los tótems en la organización de conciertos a pequeña escala.
Alimentando la leyenda de que las cosas más interesantes de la vida acaban ocurriéndole a uno en los bares, León y Aulló terminaron trabando el proyecto Tranquilo Música, fundado en 2005 en la casa del primero, en la calle Adressadors, y oficializándose como operadora de referencia desde el 2007.
Neus Aulló, socia directora, conduce parte de esta productora musical, pionera en la organización de conciertos de música independiente, "indie" ("lo podemos llamar así...") y que desde su fundación apenas ha tenido competencia. "Nos especializamos en este segmento porque es realmente lo que nos gusta. Y a veces hacemos apuestas arriesgadas pero porque son las que nos apasionan", confiesa.
Organizan entre 70 y 80 eventos musicales anuales, con apariciones como la de Rufus Wainwright ("fue el concierto más complicado"), Eli 'Paperboy' Reed, Antony & The Johnsons o el grupo Yo La Tengo ("fue uno de los conciertos más placenteros, incluida la previa, en la que visitaron la mascletà y dijeron que era música", cuenta Aulló).
El proceso de la promotora de conciertos
Desde la inexistencia del concierto hasta su consumación, el proceso de Tranquilo Música comprende las siguientes fases: primero contactan con las agencias de los artistas (o viceversa, "porque con el paso del tiempo las agencias han acabado contactando con nosotros", explica); contratan al artista; eligen el escenario; ponen en marcha la promoción y, finalmente, la logística.
Como Lorenzo Pérez, echa en falta un escenario mayor también para el circuito alternativo a los grandes conciertos: "La sala más grande es Noise, con aforo para mil espectadores. Que no exista una sala con una capacidad algo mayor nos limita".
La importancia de los calcetines
Neus Aulló era consumidora y amante irredenta de The Smiths y The Cure desde antes de tener cualquier atisbo de contacto con el negocio musical. Quizá por ello sea transparente mostrando su pasión cuando habla del contacto cercano con los artistas y algunas de sus costumbres: como la habitual inclusión de calcetines en la "hospitality rider", la lista de peticiones previas. O la exigencia del manager de Riders on The Storm, que pidió un disfraz de oso panda poco antes de la actuación.
Respecto al ciclo de la industria de los conciertos en Valencia, detecta un periodo de subida, con irrupción de nuevas promotoras e incremento en la oferta. Cuestión diferente es la rentabilidad, mutilada en parte por la subida del IVA y que incita a asumir menos riesgos.
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