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MADRID. "Está en construcción y ya es un mito", reza el cartel que presenta las obras de la que iba a ser la zona residencial de lujo más cara de Madrid. Pero ni éste resiste a la crisis del ladrillo y la Inmobiliaria Juan Bravo 3 S.L., en la que estaba embarcardo el constructor Rafael Ortiz, ha presentado el concurso voluntario de acreedores ante el Juzgado Mercantil número 11 de Madrid.
A principio de mes, se declaraba en concurso Eurosazor, también propiedad de Ortiz, quien mantiene el 50% del capital de la inmobiliaria creada para gestionar el proyecto. Desde hace más de un año, las obras, ubicadas en el pleno Barrio de Salamanca y en un solar privilegiado, se encontraban paralizadas, a pesar de que tenían que estar terminadas a finales de año.
Grúas, casetas y montones de arena siguen en la superficie del solar pero, desde la constructora, ya explicaron que no tenían la intención de retomarlas. No era la primera vez que paralizaban las obras, ya que se dejaron en stand by en plena crisis del ladrilllo y aunque la intención de realizar el complejo fue retomada, parácticamente ni levantaron sus cimientos.
LOS 60 EDIFICIOS MÁS CAROS DE MADRID
Esta construcción de vivienda residencial pretendía levantar los 60 edificios más caros de Madrid, de más de 2,5 millones de euros por vivienda. El proyecto inicial contaba con 19.400 metros cuadrados de superficie construida, distribuida en pisos de dos, tres y cuatro dormitorios. La intención era gestionarlo por el sistema de condominio, un concepto americano de copropiedad mediante el que se establece que pertenece de manera colectiva e indivisible al conjunto de los propietarios.
En el año 2007, la inmobiliaria Eurosazor, compró por 131 millones de euros los dos edificios que estaban situados donde, en este momento, debería encontrarse el complejo. Éstos eran conocidos como Juan Bravo 3B y Juan Bravo 3C. En primer lugar compró el 3B, perteneciente a Repsol, por 65 millones. Poco después adquirió su gemelo a Mutua Madrileña, por 66 millones de euros.
Esto edificios, construcciones de oficinas y apartamentos constituidos en bloque que ocupaban gran parte de la manzana, fueron derribados para dejar paso al proyecto dirigido por el estudio del arquitecto español Rafael de la Hoz, artífice de proyectos como la sede de Telefónica en Las Tablas (Madrid). Este complejo residencial estaba inspirado en el rascacielos británico One Hyde Park, situado en Londres.
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