VALENCIA. Libre de cargas y cargos, el ya expresidente de la Federación Valenciana de la Construcción (Fevec), Juan Eloy Durá, se ha despedido poniendo los puntos sobre las íes respecto a los cabos que quedan sueltos en su trayectoria de 17 años en el meollo de la vida patronal valenciana.
"Me hubiera gustado llegar a presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), pero no pudo ser", reconoce Durá sin asomo de rencor. A pesar de los rumores que señalaron en su día un acuerdo entre él y el actual presidente de la autonómica Cierval, José Vicente González, Durá niega que nunca pactara relevarle al frente de la CEV.
"Yo no actúo a base de 'hoy, por ti; mañana, por mi', por eso no esperaba nada a cambio de mi apoyo", aunque no niega que en su día confiara en poder heredar el cargo de González tras su salto de la patronal valenciana a la interprovincial. En todo caso, sus relaciones se han enfriado y advierte que el comportamiento de su antiguo aliado ya no le satisface.
"Al principio trabajó bien como interlocutor ante Madrid (Estado y CEOE), pero luego se ha ido desactivando". Además, no cree que se esté aplicando el recorte que ahora necesita Cierval a causa de los impagos públicos y de la rebaja de un 25% de las cuotas de las provinciales anunciadas para le próximo presupuestos que se aprobará en junio.
"Lo que le sobra es ese edificio", en referencia al inmueble que la autonómica ocupa en la calle Hernán Cortés de Valencia. Durá entiende que con el que ocupa la CEV en la plaza Conde de Carlet (también cedido por CEOE), sobraría para las dos, pudiéndose alquilar o vender el más céntrico para contar con una nueva fuente de ingresos.
REESTRUCTURACIÓN VÍA QUIEBRA
Respecto al proceso de reestructuración de las organizaciones patronales, el expresidente de la construcción está totalmente de acuerdo con que sobran, y además muchas. "Aquí siempre hemos preferido ser cabeza de razón que cola de león. Por ejemplo, sólo en Gandia hay entre 50 y 60 asociaciones".
Sin embargo, son muy pocos los procesos de fusión que han prosperado, como pasó con el intento de unir Fevec y la metalúrgica Femeval durante la presidencia de Antonio Almerich, que ambos intentaron, pero que no resultó posible. Más que los propios patronos, los culpables son, en su opinión, los secretarios generales, que defienden la pervivencia de las organizaciones que les retribuyen.
La alternativa hasta ahora era integrar las nuevas en organizaciones superiores, como es el caso de Fevec, para así "poderlas controlar". Sin embargo, Durá asegura que será la crisis la que termine por resolver esta dispersión. Como ejemplo pone el caso de Fevec, donde tres de sus organizaciones miembro ya han desaparecido por inanición.
LA SORPRESA DE SALVADOR NAVARRO
Ante los nuevos líderes, Durá no disimula las reservas que tiene sobre su sucesor, Francisco Zamora (ya que su candidato era Alfredo Cámara), pero confía en que a largo plazo pueda cambiar y alcanzar el nivel que él veía en su delfín. Algo parecido es lo que le ha pasado con Salvador Navarro, actual presidente de CEV y contra el que promovió una candidatura alternativa.
"Me ha sorprendido de Navarro su voluntad de trabajo y cómo lo está haciendo al frente de la organización", aunque discrepe con él en la fusión de CEV y Cepymev, consumada en las últimas semanas. Respecto a los impagos que la patronal de la construcción mantiene con CEV, Durá niega la mayor e insiste en que no han faltado ni al pago "de un céntimo" de la cuota, aunque sí es cierto que no están al día del alquiler de la sede desde hace más de un año por discrepancias en el precio.
En rigor, el pago lo tendrían que hacer a la fundación Ivage, que es la que gestiona el inmueble de la calle Músico Peydró que ocupan, y con la que arrastran un impago de unos 42.000 euros. Aunque el arrendamiento se acordó el año 2000 y se fijó en unos 3.000 euros, este precio se estableció para "ayudar en los problemas económicos que entonces tenía la CEV, pero ahora no tiene sentido" ni responde a la realidad del mercado. Además, como Durá reconoce que hay distintos proyectos para el edificio que obligarían a Fevec a mudarse, la deuda puede suplir los costes que les significaría la mudanza.
ALBERTO FABRA Y LA FALTA DE LIDERAZGO
Tampoco Durá ha evitado manifestar sus impresiones sobre la situación política valenciana, en la que echa en falta el liderazgo que demostraron otros presidentes como Joan Lerma o Eduardo Zaplana. "Los dos tenían buena relación con Madrid y eran respetados. Ahora nos tienen miedo, susto y pocas ganas de vernos".
"Hace falta un líder en la Comunitat Valenciana, sea presidente o no", sentencia. De ese modo se podría coger el toro por los cuernos e iniciar un proceso de reformas contundentes que permitieran reducir el gasto corriente de la Administración, recortar el número de empleados públicos y el de municipios. "Esto no es tan difícil, basta un decreto. Sólo hace falta voluntad.
Reconoce que para conseguirlo es necesario tomar conciencia y actuar con valentía. "Si eres político, juégatela". Como ejemplo se pone a él mismo, aunque la última vez que se la ha jugado lamenta que le ha salido mal, perdiendo la presidencia y la posibilidad de elegir a su sucesor.
LA CONSTRUCCIÓN Y LA SGR
Para el negocio de la construcción, le pronostica todavía una larga travesía por el desierto. La esperanza está en el alquiler, ya que rechaza que la rehabilitación tenga un efecto significativo en el negocio, al significa sólo un 10% de la facturación de las empresas del sector.
En su opinión, se ha de volver a las 200.000 viviendas anuales (20.000 o 25.000 en la Comunitat) destinadas a extranjeros, especialmente de tercera edad, y procedentes de los países nórdicos, Rusia o China. En todo caso, estima que hace falta que el Estado se comprometa y se superen las limitaciones generadas por las comunidades autónomas.
Respecto a la Sociedad de Garantía Recíproca (SGR), que abandona ahora sin poner ser relevado como consejero por Juan Manuel Real (su candidato a la presidencia de CEV frente a Navarro), lamenta que haya tenido que solicitar el concurso de acreedores. Sin embargo, hasta que no se resuelva su futuro, no prevé que se cubra ni su puesto ni el de ninguno de los consejeros dimitidos, que son ya más de la mitad.
En su despedida ha revelado que el pasado 9 de enero, cuando se presentó el preconcurso de acreedores, propuso que todos los consejeros presentaran su dimisión en pleno, pero no prosperó. En todo caso, lamenta que se tenga que pedir autorización a Bruselas para que la Generalitat pueda avalar a la entidad, pero al ser éste el escenario, no queda más remedido que aceptarlo.
Actualmente no hay comentarios para esta noticia.
Si quieres dejarnos un comentario rellena el siguiente formulario con tu nombre, tu dirección de correo electrónico y tu comentario.
Tu email nunca será publicado o compartido. Los campos con * son obligatorios. Los comentarios deben ser aprobados por el administrador antes de ser publicados.