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VALENCIA (L. MASERES). De la necesidad y la convicción de que se podían hacer las cosas mejor nació su empresa. Iker Marcaide creó en junio de 2009 la mejor start-up del mundo, según el certamen internacional HIT Barcelona World Innovatio Summit, que le concedió el galardón el pasado mes de junio. Peer Transfer, su plataforma online, centra su trabajo en realizar transferencias internaciones de dinero a menor coste que la banca tradicional.

Con un pie en Valencia y el otro entre Europa y EEUU, Marcaide (1982, Boston) creó hace poco más de uño una spin-off en el Massachussets Institute of Technology. Americano de nacimiento, pero formado en la Universidad Politécnica de Valencia, combinó su trabajo como consultor en The Boston Consulting Group con buscar una solución a uno de sus problemas, el farragoso y costoso sistema de las transferencias bancarias.

Con sede en Boston, esta plataforma online busca facilitar y abaratar a los usuarios las operaciones monetarias. La forma de trabajar de Peer Transfer está basada en la innovación y en la tecnología. Los motivos por los cuales los ciudadanos se ahorran dinero a través de esta web son dos.

Por una parte, y como no es un banco, la plataforma no cuenta con los gastos de oficina que puede tener cualquier entidad. Y por otra, aprovecha los flujos monetarios internacionales para ahorrar costes. Un cliente español quiere hacer una transferencia a EEUU, y a su vez, uno americano quiere hacer otra a España. El dinero del español se queda en una cuenta española de la empresa, y viceversa. De este modo, las cantidades monetarias no traspasan fronteras.

"Aprovechamos los movimientos opuestos y se queda a nivel doméstico", explica a Valenciaplaza.com el joven empresario. Según sus cálculos, en una transferencia de 10.000 euros, el usuario se ahorraría 300. Las transacciones están controladas por el Banco de España, ya que están regulados como institución de pago.

OFICINA EN VALENCIA

La infraestructura de Peer Transfer está en crecimiento. Actualmente la sede central se encuentra en un fondo de inversión americano con cinco trabajadores, pero en poco tiempo -ya tiene la oficina, está en busca de profesionales- la empresa abrirá otra en Valencia para expandir su negocio en Europa. En cuanto a la inversión, Marcaide prefiere no hablar de cifras. "Montar una web requiere muy poco capital", asegura. Hasta no hace mucho cinco inversores particulares apoyaron el proyecto, ahora cuentan con el respaldo de inversores internacionales.

Tras casi un año de investigación y pruebas, la web se comenzó a funcionar hace unos meses, cuando Marcaide recibió el premio internacional. Por el momento, para poder acceder a la plataforma se necesita una invitación privada de uno de los usuarios, pero quedará abierta a partir del año que viene. Según el creador, da más confianza y cercanía a los clientes.

Las diferencias del tejido empresarial norteamericano y valenciano no se le escapan a Marcaide, aunque la elección de Valencia no ha sido trivial. "Es una ciudad interesante para nuestro negocio, ya que tiene grandes centros educativos con los que quiero colaborar y el sector de las pymes es muy importante. Además, quiero devolver algo a la sociedad en la que he crecido", dice. Asimismo, afirma que estar en esta ciudad no es una limitación ni una mala ubicación comparado con Madrid o Barcelona, ya que al ser una web las dificultades desaparecen. "Al final entrarán clientes de Singapur, y da igual donde esté situado".

A pesar de que Valencia ha sido la ciudad elegida, Marcaide reconoce que el tejido empresarial debería dar un giro hacia la innovación y las nuevas tecnologías. Peer Transfer nació en EEUU porque él se encontraba allí estudiando, pero asegura que el tópico sueño americano existe, que emprender al otro lado del charco es distinto. "Hay más tolerancia al riesgo y la mayoría de los graduados no aspira a ser funcionario. Si algo no te sale bien no es un fracaso y no te lo echan en cara. En España es diferente". Además, cuenta que, como en Norteamérica todo es más caro, la gente intenta buscarse la vida para seguir adelante.

"Hace falta más emprendedores que asuman riesgos. No es necesario tener tu propia idea, puedes unirte a otros", cuenta horas antes de dar una conferencia en la Universidad Politécnica sobre su experiencia. A su parecer, éste es u periodo complicado para apostar por algo, pero no por ello los jóvenes con buenas ideas tienen que esperar a que la Administración les subvencione para hacer realidad su proyecto. Él apuesta por buscarse la vida, "ese es el arte del emprendedurismo".