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VALENCIA. Percival Manglano ofrecerá, desde su perfil liberal y la libertad que da no necesitar vivir de un cargo público, las claves para regenerar la política española en la presentación de su libro "Pisando Charcos" el próximo miércoles, 15 de mayo, a las 19:30 horas en el hotel Hospes Palau de la Mar en la avenida Navarro Reverter, 14 de Valencia.

A la cita acudirá lo más representativo de la vida social, económica y política de Valencia porque Manglano, aunque vive en Madrid y es miembro destacado del PP del distrito de Salamanca, tiene a toda su familia en esta ciudad y es hijo único del barón de Terrateig, lo que le da un network difícil de superar por muchos destacados políticos locales. Es acto será presentado por Juan Valero de Palma, secretario general de la Acequia Real del Júcar y de USUJ y primo hermano del autor.

Habrá que ver cuántos destacados dirigentes del PP valenciano acuden valientes a escuchar que las reformas iniciadas hasta ahora en España no han llegado al corazón de nuestros problemas al evitar cambiar las grandes reglas de juego políticas o, en concreto, las reformas que defiende en su libro, como son la introducción de listas abiertas, renovación de las circunscripciones electorales, elección de los cargos y candidatos de los partidos a través de primarias, financiación privada de estos, separación radical partido-Estado y, en general, fin del inmenso poder que han acumulado las cúpulas de los partidos.

No es de extrañar que en Madrid, algunos acuñan a Percival Manglano como el líder de los "indignados del PP" pero es que el haber nacido en Londres y estudiado y trabajado en Oxford, París, Washington o Yakarta, le dan una visión anglosajona y liberal de la política además de la libertad de explicar las claves de su ensayo al afirmar que «Deben cambiar, entre otras cosas, algunas reglas de juego, en particular, las que afectan a la labor política. Este libro critica las normas que llevan a los políticos a actuar como actúan. No es un problema de personas; es un problema de normas. Los políticos, aunque a veces no lo parezca, son seres racionales.