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VALENCIA. No valen medias tintas. La Generalitat valenciana está dispuesta a hacer todo lo que esté en su mano por evitar la liquidación de la Sociedad de Garantía Recíproca de la Comunitat Valenciana (SGR). Tanto es así que las consellerias que dirigen Juan Carlos Moragues (Hacienda) como Máximo Buch (Economía) han llevado su esfuerzo hasta el límite legal de endeudamiento para no dejarla caer.
Tras la pérdida de Bancaja, CAM, Banco de Valencia, Ruralcaja y Caja Campo, por citar sólo las más grandes; el sistema financiero valenciano únicamente conserva como propias la SGR y Caixa Ontinyent, además de una reducida nómina de cooperativas de crédito que luchan por sobrevivir.
En el caso de la sociedad avalista que desde hace un año preside la empresaria castellonense Dolores Font, el efecto de su caída profundizaría el daño que sus predecesoras han hecho a la economía valenciana en una doble vertiente. Por una parte, se perdería aún más relevancia financiera y, por otra, se daría un fuerte golpe a centenares de pymes, base del sistema económico valenciano.
OPERACIÓN DE SALVAMENTO
Además de los 80 millones de euros en depósitos que perderían las empresas pequeñas y medianas que integran la SGR, la repercusión que su quiebra tendría en las operaciones avaladas para centenares de ellas sería demoledora, según fuentes conocedoras de los entresijos de la entidad.
La fundamental es que muchas empresas y autónomos tendrían aún más complicado acceder a líneas que les facilitaran liquidez, a pesar de que buena parte de las operaciones avaladas sí se están saldando con éxito, según insisten fuentes de la Generalitat.
Por estas causas, el equipo de Moragues y Buch ha preferido no quedarse a medias, sino llevar al límite su capacidad de intervención. "Que no se diga que desde el Consell se ahorraron esfuerzos para evitar su desplome", insisten destacados implicados en el proceso, teniendo en cuenta la capacidad económica de la Administración autonómica y los límites impuestos por Bruselas y Madrid a estos rescates.
UN AVALISTA DE 500 MILLONES DE EUROS
A día de hoy, la Generalitat es avalista de 300 millones de euros de la SGR, teniendo en cuenta su participación como socio protector de la entidad con un 41% del accionariado. Con el crédito que ahora está pendiente de recibir el visto bueno desde Bruselas, a esta cantidad se sumarías otros 200 millones, asumiendo un riesgo vivo de 500 millones de euros.
El Consell no puede dar más, si no quiere que salvar la SGR signifique un revolcón en sus aspiraciones y esfuerzos para aproximarse al cumplimiento de los límites de déficit públicos establecidos por la Unión Europea y el Gobierno central. De hecho, la confianza en que la Comisaría de la Competencia, que preside Joaquín Almunia, dé el plácet a esta operación se basa en que, con las condiciones actuales, no se supera el 50% del riesgo vivo de la SGR.
Si la Generalitat asumiera más de la mitad del riesgo total, cifrado entre los 1.050 y los 1.100 millones de euros, éste entraría a formar parte del computado al sector público, engrosando la deuda y elevando el déficit del Consell.
APURAR LOS PLAZOS
El problema en el que actualmente se encuentra la entidad, que solicitó el pasado jueves la declaración de concurso de acreedores, está en que el Gobierno central ha tardado demasiado en dar su visto bueno. De este modo, no ha dado tiempo a Bruselas a emitir su decisión antes de que expiraran los cuatro meses del preconcurso de acreedores solicitado el 9 de enero.
Con la solicitud de concurso de acreedores presentada, el juez tiene un mes para admitirla, aunque habitualmente se tarda entre una semana y 10 días. Desde la Generalitat y el equipo gestor de la SGR se ha pedido al magistrado que tenga en cuenta las excepcionales condiciones de esta operación y apure los plazos para dar tiempo a que llegue la autorización desde Bruselas.
La realidad es que el acuerdo fue idea de SGR sencillamente porque ya no pueden pagar la morosidad a los bancos. Éstos aceptaron al final porque era tener el problema ahora o mas tarde. Vamos que la sinvergonzoneria parte de SGR y KPMG que le prepara los informes para el asunto.
Por fin alguien que se atreve (joni) a explicar la realidad de la SGR, aunque sea en los comentarios!!! Señores de VLCPlaza, deberían dejar de contar las verdades a medias!!! Efectivamente, el PROBLEMA lo tendrán los bancos implicados, porque además son socios de la entidad. Si se liquida la SGR, únicamente se podrán cubrir las pérdidas con el capital social, ya que el administrador no aceptaría ejecutar determinados avales, y otros no. Los bancos quieren el aval de la Generalitat para poder "prestar" el dinero que la SGR necesita para ejecutar los avales a los socios. Que lleve mucho cuidado el Consejo de la SGR, porque las querellas por administración culposa les van a llover si aceptan esta sinvergonzonería propuesta por los bancos!!! Si los bancos dieron créditos inmobiliarios, y ahora no los pueden recuperar, pues ajo y agua!!! Se liquida la SGR, se cobran los 160 millones (80 de los socios y 80 de la Generalitat), y el resto a contabilizarlo como pérdidas incobrables. Y, lo de ejecutar los avales... o todos o ninguno.
Con pena por los empleados, los realmente perjudicados por la quiebra de la SGR son los bancos, Bankia y Sabadell, cuyos créditos avalados perderían la cobertura.Lo de los depósitos no es un perjuicio muy grande para las pymes, pues son pequeños porcentaje de cuotas por aval exigidos, son muchos con poco dinero. Los bancos son los que estarán presionando para la salvación.La Generalitat todo lo que ponga lo perderá, más vale perder que más perder.
Pues todo lo que se ponga se perdera. Porque el agujero ni se sabe
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