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MADRID. ¿Beneficia el nombramiento de Javier Marín como nuevo consejero delegado del Banco Santander a la posible sucesión de Emilio Botín por su hija Ana Patricia Botín? Es la pregunta del millón de euros que se hacen todos los analistas financieros desde que el pasado lunes el consejo de la entidad financiera decidió aceptar la renuncia de su hasta entonces máximo ejecutivo, Alfredo Sáenz, para no dañar la reputación del banco si finalmente era inhabilitado por el Banco de España, cosa que todas las fuentes daban por hecho.
Y la respuesta es sí. La mayor parte de fuentes creen que este movimiento corporativo del gran patrón Emilio Botín va encaminado a despejar el camino de su hija a la presidencia del banco cántabro cuando él decida jubilarse, lo que por mucho que pretenda retrasar no debería alargarse demasiado, uno o dos años, dados todos los protocolos de buen gobierno y responsabilidad corporativa que tiene suscritos la entidad. Aunque la verdad, es que nunca se sabe con exactitud el tiempo y menos si nos atenemos a la historia reciente del Santander. Su padre, Emilio Botín-Sanz de Sautuola y López estuvo 36 años como presidente de la entidad y no dio el relevo a su hijo hasta tener cumplidos los 83 años.
SÁENZ ERA EL ÚNICO RELEVO DE VERDAD
Pero Emilio Botín no suele dar puntadas sin hilo, aseguran las fuentes, y lo lógico es pensar que ha aprovechado la coyuntura de salida de Alfredo Saénz, el único ejecutivo por el que Botín se hubiera dejado sustituir, para enfocar su hoja de ruta hacia su hija.
Pero para no hacerlo directamente y de golpe, se ha tomado ahora una decisión transitoria con Marín, a la que seguirán otras en los próximos meses hasta la sustitución del gran patrón por su hija.
Hay también algunas fuentes que piensan que Javier Botín, hermano de Ana Patricia es el ‘tapado' de su padre para el banco. Es presidente y consejero delegado de la sociedad de valores JB Capital Markets y consejero del Santander desde 2004. Sin embargo, su edad, 13 años menos que Ana Patricia, así como su menor experiencia financiera jugarían en su contra.
ENCAJA CON EL PERFIL DE JAVIER MARÍN
Es evidente que el perfil de Javier Marín no es el de Alfredo Sáenz, que ya antes de entrar en el Santander a través de Banesto, atesoraba una larga carrera financiera en el BBV, Banca Catalana y el propio Banesto.
Marín, de 46 años de edad lleva 23 trabajando en el banco, donde ha desarrollado toda su vida profesional, por lo que no deja de ser un ‘canterano', algo que normalmente suele penalizar y mucho en este tipo de organizaciones, pese a su "proximidad con Botín", derivada de los años que estuvo en la secretaría del presidente.
Hasta su nombramiento como consejero delegado y ‘número dos' era director general y el responsable de la división global de seguros, gestión de activos y banca privada y salvando algunos ligeros percances que superó con nota, como las implicaciones del caso Madoff o de la quiebra de Lehman Brothers en los clientes del Santander, su carrera en la entidad ha sido impecable.
NO ACCEDIÓ A LA VICEPRESIDENCIA SEGUNDA
Sin embargo, aseguran las fuentes, no ha sido honrado con el otro cargo que atesoraba Sáenz, la vicepresidencia segunda de la entidad, que ha recaído en Matías Rodríguez Inciarte, en quién siempre se pensó como solución transitoria para relevar a Sáenz si sus problemas con la justicia terminaban por obligarle a salir del banco.
Es evidente que con el nombramiento de Marín, Botín también ha querido dar otro paso en el rejuvenecimiento del "staff" del Santander, donde ya existe un nutrido grupo de jóvenes ejecutivos con altas responsabilidades como Javier San Felix, Manuel Cendoya, José García Cantera, Jesús Zabalza o Juan Guitard, entre otros, que en los últimos años han ido relevando a muchos de los antiguos primeros ejecutivos como Joan David Grimá, Marcial Portela, Francisco Luzón, Adolfo Lagos, Gabriel Jaramillo o David Arce.
TRANSICIÓN MUY MEDITADA
De manera, añaden las fuentes, el nombramiento de Marín apunta a una transición meditada, cuya llave de tiempo obra en manos de Botín, hasta que la coyuntura sea propicia y su jubilación pueda coincidir con el ascenso de su hija a la presidencia.
Eso sí, añaden, probablemente apostando por un modelo de gestión mucho menos personalista que el que hasta ahora ha llevado la saga Botín en la entidad, pero es que ese es el signo de los tiempos y las normas internacionales de buen gobierno, que los inversores internacionales revisan con lupa antes de cada junta de accionistas.
LA FAMILIA APENAS MANTIENE CAPITAL
Y sobre todo si se tiene en cuenta que la familia Botín apenas cuenta ya con un 0,89% del capital del banco que dirigen con mano de hierro desde la saga familiar.
No en vano el Santander es el mayor banco de Europa y uno de los mayores del mundo, con numerosas franquicias internacionales y 187.000 empleados, así como la segunda mayor capitalización bursátil del Ibex 35, casi 60.000 millones, y sólo por detrás de Inditex.
MUY INFLUYENTE EN REINO UNIDO
Mientras todo esto sucede, Ana Patricia Botín dirige desde hace un par de años desde Londres el Santander UK, la franquicia británica del imperio Botín, en la que sustituyó a Antonio Hortá-Osorio cuando este se marchó a Lloyd´s. Allí, se ha situado en el tercer lugar de las cien mujeres más poderosas de Reino Unido, según un sondeo de la BBC, sólo por detrás de la Reina y la ministra de Interior, Theresa May.
El Santander UK es una de las filiales más importantes del grupo financiero español, ya casi un 13% de sus beneficios, y se supone, afirman las fuentes, que el último rodaje de Ana Patricia Botín antes de suceder a su padre en la imperial sede de Boadilla del Monte de Madrid.
UN AMPLIO CURRÍCULUM
Nacida en Santander en 1960, Ana Patricia Botín fue educada en la escuela católica St Mary´s Ascot de Reino Unido, para después trasladarse a Estados Unidos, donde se graduó en Economía en el Bryn Mawr College de Filadelfia. Posteriormente realizó estudios de postgrado en Harvard.
En 1981 empieza su carrera profesional en Madrid en el área de operaciones de JP Morgan, luego se traslada a Nueva York tras acceder a importantes puestos en tesorería y finalmente termina siendo vicepresidenta para Latinoamérica de la firma norteamericana. Regresa a España y entra a trabajar en el Santander en 1988 en el departamento de inversión internacional y poco después es nombrada consejera del banco.
AVENTURA PRIVADA
En 1999 abandona la entidad familiar para montar un fondo de capital riesgo así como otros proyectos empresariales que no llegaron a buen puerto y que terminó por abandonar, aunque siguió vinculada al consejo y a la comisión ejecutiva del entonces Santander Central Hispano.
En 2002 es nombrada presidenta de la filial Banesto, donde releva a Alfredo Sáenz y gestiona con brillantez la entidad durante varios años, de hecho duplicó los beneficios bajo su mandato, hasta que en 2010 es enviada a Londres para dirigir el Santander UK.
Muy discreta en su vida privada, está casada con Guillermo Morenés, hijo del segundo marqués de Borghetto y tiene tres hijos.
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