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Las Añadas de España, Gargallo o Vicente Castillo recurren a sus ventajas competitivas o cambian de modelo de negocio para sobrevivir como empresas a la tempestad económica

VALENCIA. La situación no está para muchos lujos, ni siquiera en la mesa. A la crisis del comercio tradicional se ha sumado, en el caso de los establecimientos de productos gastronómico de alta gama, la contención de consumo y la entrada en los lineales de las grandes superficies de productos de calidad, agrupados en marcas y áreas gourmet.

Ante estos frentes abiertos, las empresas más destacadas del negocio en Valencia han tenido que sacar partido a sus ventajas competitivas para evitar males mayores, cuando no remodelar de forma contundente su modelo de negocio para aligerar costes y poder mantener la actividad, adaptándose a los nuevos modos de consumo.

Al margen de la propia calidad del surtido de productos, en el caso de Las Añadas de España, su fuerza ha residido tradicionalmente en el control de la cadena de distribución y, desde un punto de vista comercial, en la ubicación estratégica de su tienda en la conocida como ‘Finca de hierro' con un local diseñado tanto en su exterior como en su interior para transmitir el concepto lujo.

EL CONTROL DE LA DISTRIBUCIÓN

Su fundador, José Bacete Cardos, fue uno de los impulsor del negocio de la gran distribución de la Comunitat Valenciana con las cadenas Jobac y Superette en los años setenta y ochenta. Una vez vendió la primera a la cooperativa Consum y la segunda a Mercadona, reorientó su negocio.

Manteniendo la comercialización en exclusiva de determinadas marcas, puso en marcha este comercio de productos de alimentación y bebidas de alta gama. Esta situación le ha permitido a sus herederos mantener esta ventaja competitiva frente a los rivales, reforzada por la reputación alcanza por el local en las últimas décadas.

Fue una de las primeras en desarrollar al venta on line, que actualmente siguen la práctica totalidad de sus competidores; y en generar actividades complementarias como cursos de cata, degustaciones y eventos gastronómicos para la captación de prescriptores y nuevos consumidores.

AHORRO DE INTERMEDIARIOS

También ha podido trabajar los márgenes la cadena Jamones Gargallo. En el caso de la empresa fundada por Juan Gargallo, la clave ha pasado por la especialización en los derivados por porcino. Contar con un secadero propio en la localidad turolense de Albentosa le ha permitido ahorrar intermediarios y con ello el coste añadido con el que sí cargan otros competidores.

Además de los establecimientos de venta de producto al corte, la firma también cuenta con una red hostelera, bajo la enseña La bodega, que dispone de tres locales en la ciudad de Valencia, repartidos entre los barrios de l'Eixample y la Ciudad de la Justicia, además de Nuevo Centro; y un cuarto en el municipio de l'Eliana.

Este formato de tienda y restaurante ha sido aplicado también por otras referencias históricas en la alta gastronomía valenciana. Ese fue el caso de Mantequerías Castillo, que ofreció este servicio en su local de la Gran Vía Marqués del Turia, cerrado hace unos meses.

NUEVO MODELO DE NEGOCIO

Tras casi un siglo de actividad, el actual gestor del negocio familia, Vicente Castillo, tomó la decisión de poner fin a la venta directa al público para centrarse en la distribución para hostelería y otros comercios por medio de Vicente Castillo Distribución.

Igualmente, y destinado al público en general, Castillo ha desarrollado una línea de venta on line, por medio de Vicente Castillo Selección, que la pasada campaña de Navidad también optó por la desvirtualización, con la apertura de un showroom en la Galería Jorge Juan durante los meses de noviembre, diciembre y principios de enero.

En otros casos, los comercios han optado por la concentración. Además de la amplia oferta del Mercado Central, que se ha beneficiado de la importante promoción con la que ha contado el conjunto, también en el Mercado de Colón, convertido en complejo principalmente hostelero, se ha mantenido la actividad relacionada con la alimentación.

En su sótano, se mantienen pared con pared tanto Manglano, fundada en 1955 y dedicada a la charcutería de alta calidad con un centro propio de elaboración; la pescadería Martin y Mary, que dispone de un corner para la degustación de ostras; o la verdulería y frutería Frutas Fina. La opción de ofrecer productos para llevar como para degustar en el momento sigue siendo una opción desarrollada en otros casos, manteniendo locales de dimensiones pequeñas o medianas, como son el caso de Marina Alta 5 o Casa Vela.

En otros casos, como Coloniales Huerta, la tienda se ha convertido definitivamente en un restaurante, aplicando el conocimiento que sobre la materia tiene la familia propietaria, vinculada también con el restaurante La Sucursal.