Vicente Andreu, Antonia Magdaleno, Leopoldo Pons e Ignacio Varona
VALENCIA. La declaración del concurso de acreedores de algunas de las grandes empresas valencianas de los últimos años ha puesto al frente de ellas a un reducido número de abogados y economistas que están teniendo que ordenar la situación de empresas muy conocidas en los tiempos de bonanza.
Uno de los más mediáticos es Vicente Andreu, que actualmente ocupa la presidencia en funciones del Valencia Club de Fútbol, y que se encargó de la administración del Levante Unión Deportiva entre una larga lista. Censor jurado de cuentas, ha sido presidente del colegio que agrupa a este colectivo.
En esta nómina de relevantes también se cuenta su hijo José Andreu, socio en el despacho familiar Andreu Economistas y Abogados. Actualmente, es él quien administra el concurso de las empresas del Grupo Onofre Miguel, además de la histórica firma de iluminación Mariner. Como su padre, también ha estado relacionado con el deporte, a través de la gestión de la suspensión de pagos del Alicante Club de Fútbol.
Aunque José Andreu llevó el concurso de Automóviles Nemesio, quien ha sido impuesto por el juez a los dueños de algunas de las principales concesionarias en Valencia ha sido Leopoldo Pons, decano del Colegio de Economistas de Valencia hasta el pasado año, y relacionado con la actividad automovilística tiempo atrás. Hoy gestiona la situación concursal de Cano Turia, Velo Turia o Goce Automoción, por citar algunas de las más conocidas.
EL CASO DE MAGDALENO
Especialmente destacado es el caso de Antonia Magdaleno, que dejó el departamento de concursal del despacho Broseta Abogados para seguir ejerciendo como administradora, pero por su cuenta. Considerada como una de las mayores gestoras de concursos, es quien desde la pasada semana ejerce de administración de Urbanas de Levante, la empresa del expresidente de Valencia Club de Fútbol, Juan Bautista Soler, además de una larga nómina de muchas otras menos conocidas.
Por la relevancia de las empresas que están llevando hay también que añadir a Fernando Ribes, a Juan José Estruch y a Francisco Blasco. El primero es el actual responsable de Edificiación Calpe y todas las empresas concursadas de la familia Ballester. En el caso de Estruch, está llevando el caso de Ferrobús y ya hace unos años hizo lo propio con otras constructora de referencia como Franjuan. Por su parte, Blasco es el administrador concursal de Cleop.
Actualmente, diversas empresas gestionas también concursos en solitario o de forma coordinada con otras. Éste es el caso de Siliken, la empresa de energía solar respaldada por Pablo Serratosa, y que obtuvo BDO, una consultora donde Jesús Gil ha asumido la puesta en orden de la compañía.
La designación y posterior dimisión de Federico Varona como presidente de la Fundación del Valencia Club de Fútbol hizo que distintos medios le señalaran como administrador concursal, pero fuentes conocedoras de la situación señalan que es su despacho el que está llevando concursos como el de Calma Balneario Urbano, pero es su hermano Ignacio Varona el que lleva principalmente estos asunto.
CÓMO COBRA UN ADMINISTRADOR
Los administradores cobran de la masa concursal, que es el valor de todo el patrimonio de la empresa, en función de un arancel que recoge el Real Decreto 1860/2004 y que tiene en cuenta tanto el activo como el pasivo. A esto hay que añadir la complejidad que se estima a la gestión del concurso, en opinión del juez, que es el que al final fija la cantidad.
El administrador concursal cobra en dos fases una cantidad fija, pero a plazos. Una mitad se percibe al principio de la fase común (antes de aprobarse el convenio de acreedores) y la otra mitad, al final. Sin embargo, esta segunda cantidad es habitual no cobrarla, especialmente en las empresas que acaban en liquidación.
En todo caso, distintos conocedores de la actividad concursal advierten que la alegría va por barrios. Mientras que determinadas administraciones resultan muy lucrativas para sus responsables, otras quedan muy por debajo de las expectativas que puedan despertar por la carga de trabajo que comportan.
También la duración del proceso, exigen una dedicación que no siempre tiene una contraprestación adecuada para el administrador. "No sería cierto decir que algunos son una ruina, pero la verdad es que los hay que no son ningún chollo", se asegura desde un conocido despacho que se dedica a estas actividades.
QUIÉN PUEDE SER ELEGIDO
Elegido por el juez de lo Mercantil que reciba el concurso de la empresa, el administrador concursal se encarga de comprobar la legalidad de las actuaciones realizadas por la empresa y hacer el inventario de los activos y de los créditos que mantiene con sus acreedores. Con el informe que elabora es con lo que se decido negociar un convenio con los acreedores o la liquidación.
Desde el reciente cambio de la ley, la mayoría de los concursos se adjudican a un sólo administrador o empresa (como BDO con el concurso de Siliken), pero puede haber hasta tres administradores, en función del tamaño de la compañía.
En el caso de las personas físicas, es necesario ser abogado o economista con una experiencia profesional de 5 años y formación en Derecho Concursal, salvo en el caso de representar a los acreedores, como ocurre con Gintech Energy Corporation en el concurso de Siliken.
Además de no estar inhabilitado para administrar empresas, el designado no puede haber estado relacionado con la mercantil concursada en los últimos tres años, tanto como cliente como proveedor de servicios.
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