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MADRID. Un ingeniero informático moreno y menudo tiene en jaque a los mayores defraudadores fiscales y al mayor banco del mundo en Suiza, el HSBC. Huyó con una base de datos tras alertar al propio banco y a las autoridades helvéticas de que había una falta de transparencia y control en el programa bancario, pero sólo un fiscal francés aceptó su colaboración. Acusado de intentar vender estos datos a un banco en Beirut, Suiza pide su extradición tras una demanda del banco mientras Falciani y su lista -más de 130.000 cuentas y más de 2.000 sociedades off shore- se esconden en España bajo la protección de la Fiscalía Anticorrupción.

"Estamos hablando de un fraude global equivalente a un 2,5% del PIB de la Unión Europea, una situación que ha podido contribuir a la crisis y que es un delito contra los ciudadanos porque se han sustraído fondos destinados al interés general". Estas palabras corresponden a la fiscal que, en nombre del Gobierno de España, se negaba ayer ante el tribunal de la Audiencia Nacional a que se conceda la extradición solicitada por Suiza de Hervé Falciani, el informático del HSBC que huyó hace cuatro años con la mayor lista de defraudadores fiscales.

Desde entonces, ha colaborado con la Justicia francesa, italiana, norteamericana y española.

"MILLENIUM"

La historia parecería sacada de la trilogía de Stieg Larsson, "Millenium, si no fuera porque las dimensiones del fraude son mucho mayores y las consecuencias palpables: la crisis financiera mundial. También parecería folletinesco ver entrar al protagonista a la Sala de la Audiencia Nacional con una peluca comprada en El Corte Inglés, gafas con montura de pasta y barba de tres días, si no fuera porque salió de Francia cuando comenzó a recibir amenazas de muerte.

A Hervé Falciani le protege la Justicia española. No en balde su contribución ha sido "histórica", como calificó la fiscal, al descubrir los nombres de 659 supuestos defraudadores españoles. "Fue la regularización más importante en toda la historia", insistió durante la vista el que fuera Secretario de Estado del Ministerio de Economía y Hacienda, Carlos Ocaña.

No obstante, tan sólo se recaudaron 250 millones de euros, de los más de 6.000 de que hablaba la prensa, y de ellos 200 procedía sólo de una familia, al parecer, de Emilio Botín. En este punto, el presidente del tribunal pidió al abogado defensor de Falciani, Joan Garcés, que no incidiera en el tema. Quedó en evidencia el por qué no se pidió responsabilidad al HSBC en Suiza ni si se comunicó a la Fiscalía para que investigara.

También quedó en evidencia el testimonio de Luis Pedroche, hoy consejero de la CNMV y con responsabilidades en la Agencia Tributaria entre 2004 y 2009. Según fuentes de la defensa, cuando llegó la información de las autoridades francesas y pidió el CD-Rom, fue cesado. 

LA LISTA FALCIANI

La lista de Falciani era famosa en Europa. Al parecer, había ministros griegos, imputados del caso Gürtel y grandes fortunas francesas, por eso el Gobierno de Sarkozy también intentó detener la investigación. Así lo declaró ayer el fiscal de Niza, Eric de Montgolfier, quien detuvo a Falciani en el domicilio de su padre, tras huir de Suiza al no conseguir la colaboración de las autoridades helvéticas para destapar el millonario fraude.

Montgolfier fue quien ordenó la detención, el interrogatorio y el registro del domicilio de Falciani en Francia. Cuando vio el ordenador y descubrió que había cuentas francesas y contactos con los servicios fiscales, no dudó en ofrecer protección a Hervé Falciani, quien colaboró con la Justicia francesa hasta que se sintió desprotegido y huyó a España.

EUROJUST

El mismo fiscal había solicitado al gobierno francés que se realizara la investigación a través de Eurojust, la agencia de cooperación judicial para la Unión Europea, con el fin de ofrecer la lista a todos los Estados miembros y compartir la información. "El ministro de Justicia no lo permitió", declaró ante el tribunal.

Contrariamente, la Fiscalía del Bureau du Parquet de Paris se arrogó la investigación, dejándole al fiscal de Niza una pequeña parte y ralentizando el proceso. Sólo la Fiscalía de Turín pidió la parte italiana y la Fiscalía de Nueva York, que fue la que hasta ahora ha conseguido mayor rédito: casi 3.000 millones de dólares de sanción al HSBC, tras llegar a un acuerdo. Ha sido la mayor victoria sobre este banco que, per se, es un paraíso fiscal, como señaló ayer la fiscal española.

El fiscal Montgolfier fue otro gran defensor de Falciani al hablar de las cuentas ‘off shore'. "En papel, se habría llenado un tren de mercancías si se hubieran imprimido todos los datos". Falciani facilitó las claves de los soportes y su traducción, ya que estaba encriptado, nunca pidió ser remunerado, pese a que la Justicia suiza así lo prevé. En palabras del fiscal francés, cuando Falciani decidió alertar sobre la falta de control y transparencia del banco, "tenía la seguridad de que un gran número de bancos tenían la responsabilidad de la gran crisis mundial que estamos padeciendo".

LAS DELICIAS DE WIKILEAKS

Tuvo miedo y se vino a España, donde fue detenido en Barcelona el verano pasado. En diciembre quedó en libertad. Su abogado, Joan Garcés -quien en su día pidió la extradición de Pinochet-, explicó que a Falciani no le persigue el Estado Helvético, sino un banco. "Tenía información en su disco duro que habría hecho las delicias de wikileaks y de cualquier ciudadano del mundo, pero nadie con quien él no colaborara habría tenido acceso, ya que estaba encriptada", explicó el defensor.

Una información tan sensible que, cuando el New York Times protestó porque la Fiscalía norteamericana pactó con el HSBC en lugar de haberlo llevado a la cárcel, la respuesta de las autoridades fue que "podría poner en peligro el sistema financiero mundial".

En su última palabra ante el tribunal de la Audiencia Nacional, que debe decidir su extradición a Suiza, Hervé Falciani apeló a la transparencia bancaria y a la "lucha contra la opacidad financiera en interés de todas las democracias y contra el clasismo bancario". A su lado tiene a la Fiscalía española y a la francesa.