VALENCIA. Si no puedes con tu enemigo, únete a él. Lejos de ser una forma de escaquearse del trabajo, las redes sociales ofrecen a las empresas una herramienta útil para incentivar el intercambio de información útil y mejorar la propia organización.
"Las empresas más avanzadas están en primera línea en el uso de la comunicación interna 2.0, pero es especialmente importante para las que se están internacionalizando, ya que es una buena forma de integrar a un equipo disperso geográficamente", señala Asun Soriano, vicepresidenta de la agencia de comunicación Inforpress.
Según el estudio Social media, redes sociales y entorno digital en comunicación interna, elaborado por el Observatorio de comunicación interna e identidad corporativa, el 40% de las empresas no se ha adaptado a la era digital en su organización ni cuentan con planes estratégicos en el área de comunicación interna.
Sin embargo, más de la mitad de las compañías encuestadas considera importante adaptar su actividad al entorno digital. "Son conscientes de que estamos viviendo una revolución, pero no se han atrevido todavía a lanzarse", advierte Soriano.
LOS OBSTÁCULOS AL SALTO DIGITAL
Los principales motivos de esta falta de iniciativa están en la actitud de la alta dirección (55%) y la falta de recursos y conocimientos (47%). "Principalmente, las razones por las que los responsables de las firmas tiene reservas en esta transformación son generacionales, por lo que hay que hacerles entender lo que aportan a los objetivos del negocio", señala.
Otro de los problemas es el desconocimiento sobre quién debe responsabilizarse de ella, cuando se trata de una estructura transversal que, con los debidos protocolos de comportamiento preestablecidos necesita una dinamización por parte de un community manager interno que anime al intercambio de propuestas, advierte Soriano.
A partir de ahí se ha de aprovechar la información vertida por los trabajadores para sacarle partido. Todos los participantes tiene nombre y apellidos, por lo que no son habituales los ataques virulentos, normalmente protegidos por el anonimato.
ACTUAR CON PLANIFICACIÓN
Las empresas que ya desarrollan acciones de comunicación interna basadas en estos entornos reconocen su contribución a la rapidez en la difusión de la información (70,1%), la creación de comunidades de interés que mejoran la interrelación de los empleados (54,5%), la innovación y la creatividad (40,3%), la identificación de oportunidades de mejora (32,5%) y la optimización de recursos (27,3%), entre otros beneficios.
En todo caso, las redes sociales destinadas a la comunicación interna deben tener un intenso trabajo de planificación. El objetivo es recoger las inquietudes, detectar liderazgos y prevenir crisis, tres aspectos de sumo interés para la actividad de la empresa, recuerda Soriano.
Según el estudio, los trabajadores que participan se autorregulan y utilizan la red interna para fines útiles y no lúdicos, de este modo de potencian aspectos que repercuten en la productividad y la implicación en la propia compañía.
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