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MADRID. Iberia y los sindicatos representantes del 93% de la plantilla (UGT, CC.OO., CTA Vuelo, USO, Sitcpla y Asetma) firmaron ayer en el Ministerio de Fomento su aceptación a la propuesta de mediación del catedrático, Gregorio Tudela, relativa al plan de viabilidad de la aerolínea. Tudela acaba de marcarse un tanto importante, ya que su papel era más que difícil.

Esta firma supone la desconvocatoria inmediata de la huelga prevista para la próxima semana, del 18 al 22 de marzo, así como la retirada de la aplicación de un plan de despido colectivo propuesto por la empresa y reducir en 666 el número de personas que se verán afectadas por el recorte de plantilla, hasta las 3.141, siendo la salida del mayor número de ellas por prejubilaciones según un ERE vigente.

MÁS DE 200 MILLONES MÁS CARO EL AJUSTE

Para Iberia y su socia British Airways (BA) en International Airlines Group (IAG) el acuerdo forzado por el mediador de Ana Pastor es caro, ya que puede subir los costes del ajuste laboral en más de 200 millones de euros, hasta cerca de los 500 millones, pero creen es un buen punto de partida para que la aerolínea recupere la rentabilidad necesaria para ser viable, para lo que siguen necesitando más esfuerzo de productividad de los que incluye el papel del mediador.

Iberia ha preferido la senda de ‘paz social' que transitar por el camino de la aplicación de la reforma laboral pura y dura, pero ahora tendrá que convencer a sus socios de BA y al impaciente Willi Walsh, de que esta es la mejor ruta.

Para la mayoría de los sindicatos firmantes del acuerdo, ya que los pilotos del Sepla y también Stavla, CTA Tierra y CGT han preferido quedarse fuera del pacto por el momento, el acuerdo supone una rebaja de casi 700 despedidos y conseguir que la mayoría de los 3.100 que saldrán sean mayores de 58 años y se vayan prejubilados. Aunque han tensado la presión mucho no podrían permitirse ante sus bases renunciar a este acuerdo laboral, que por cierto, ya tuvieron al alcance de la mano a primeros del pasado mes de enero.

OTRO MES DE NEGOCIACIONES

Las centrales asumen hasta 2015 un 7% de recorte salarial para tierra y un 14% para vuelo, con un 4% añadido por el mediador, si en el plazo de un mes que se abre a partir de la firma no cierran medidas de productividad con la dirección de la aerolínea presidida por Antonio Vázquez.

Por ello, tienen ahora el reto de negociar esas medidas de productividad a cambio de garantías ciertas sobre el futuro de Iberia y eso significa una Iberia tal y como conocemos ahora, dividida en vuelo, ‘handling', material y sistemas, al margen de sus filiales como Iberia Express, Vueling y su franquiciada Air Nostrum.

Los planes de la dirección pasan por recortar una media del 15% de producción de la aerolínea hasta 2015, dejando de volar a rutas tan emblemáticas como eran La Habana, Santo Domingo, Montevideo, Atenas, El Cairo y Estambul, entre otras, lo que provocó chispas en el Gobierno español, sobre todo por las conexiones con Latinoamérica.

EL SEPLA QUIERE MÁS GARANTÍAS

Los pilotos no han firmado por esto, dice su líder, Justo Peral, por la falta de garantías de futuro que "queremos ver más claras" y por un ERE, que tal y como está reflejado en estos momentos, es "muy desigual para los pilotos con respecto al resto de colectivos". Peral ha insistido en que, por no haber alcanzado esos mínimos y una cierta premura de llegar a soluciones, "tenemos que seguir negociando" y viendo si es alcanzable un acuerdo alrededor del documento del mediador. Y añadió, informa Ep, que van a trabajar intensamente en ello y que asumirán todos los sacrificios que incluye el documento para el colectivo, y que, "en apoyo" al resto de los sindicatos que han desconvocado la huelga y para crear un ambiente propicio para poder resolver de una vez por todas el tema, "no vamos a realizar la huelga prevista para la semana que viene".

Hablando de huelgas, ayer los sindicatos minoritarios de la aerolínea como CNT y CESHA (Coordinadora Estatal de Handling) han convocado paros para los días 25, 26 y 27 de marzo, plena Semana Santa, rechazando el acuerdo con el mediador y piden un plan de viabilidad, que garantice a largo plazo el futuro de la compañía, con una política de renovación de flota y de expansión comercial.

¿HANDLING, MATERIAL, ACUERDOS DE FUSIÓN?
Esta misma demanda es la que se encontrará ahora Iberia en la mesa de sus negociaciones de un mes con los sindicatos firmantes del acuerdo, ya que éstos como el Sepla y los minoritarios, también temen que la empresa, presionada por desde IAG, pueda cerrar o reducir muchos de sus negocios como ‘handling' y material, por no hablar de poner a trabajar de verdad a Iberia Express y Vueling y cerrar muchas más rutas, lo que por supuesto niega la dirección.

Los sindicatos quieren garantías de futuro, que es lo mismo que de producción y trabajo, Y el Gobierno español, que ha estado en medio de este conflicto desde el minuto uno contra Iberia y sus socia British, no vería con malos ojos la revisión de algunos de los acuerdos de fusión Iberia-BA, aunque no lo reconozca públicamente.

Iberia dijo ayer que convocará inmediatamente a los sindicatos a negociar, tal y como indica el mediador, las medidas necesarias para incrementar la productividad, ya que la reducción de plantilla y la rebaja salarial incluidas en la propuesta son un paso en la dirección correcta, pero deben ser acompañadas de mejoras de productividad para conseguir que Iberia sea sostenible en el tiempo.

ANA PASTOR ESCENIFICA SU TRIUNFO

La dirección de la compañía aérea lamenta que se haya quedado fuera del acuerdo el Sepla, que una vez más demuestra un comportamiento insolidario e irresponsable en la búsqueda de soluciones a un conflicto. Iberia les anima a que recapaciten y se unan cuanto antes al acuerdo alcanzado con todos los demás sindicatos por el bien de la compañía y nuestros clientes.

Por su parte, la ministra Pastor, que escenificó ayer en la sede ministerial el acuerdo, agradeció al mediador y a todas las partes el esfuerzo que han hecho y pidió a los sindicatos que aún no están dentro del acuerdo que se unan, porque es lo que "deseamos todos, y creo que hablo en nombre de todos los españoles, y más especialmente teniendo a la vuelta de la esquina la Semana Santa".