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MADRID. Los prin
cipales bancos y aseguradoras españolas presentes en el capital de la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), están cada día más perplejos por las reiteradas declaraciones de representantes del Gobierno, del Ministerio de Economía y del Fondo de Reestructuración Bancaria (Frob), sobre la necesidad de que se siga produciendo a mayor velocidad un ajuste en los precios inmobiliarios.
Estas entidades y empresas, propietarias del 55% del capital del llamado ‘banco malo', el restante 45% es del Frob, han entrado en el accionariado de la Sareb un poco a la fuerza, ante las reiteradas peticiones del Gobierno, para que la operación no compute como déficit público. Pero además les gustaría hacer negocio si fuera posible, que es a lo que se dedican, aseguran las fuentes consultadas.
UN TIRO EN EL PIE
La Sareb ya ha iniciado el proceso de desinversión de sus activos, un procedimiento cuyo objetivo, según sus estatutos, es obtener la máxima rentabilidad para sus accionistas, para el que dispone de un plazo de 15 años. Pero añaden las fuentes, si la propia empresa que tiene que vender, o en este caso sus accionistas públicos o representantes como es el Frob, creen que el precio al que se vende sigue siendo caro y no dejan de decirlo públicamente cada vez que tiene una oportunidad, pues al final, se estarán dando un tiro en el pie y estropearán cualquier posibilidad de negocio.
TAMBIÉN AFECTA A SU PROPIO NEGOCIO
Así, que según ha sabido este diario, estos accionistas privados empiezan a estar muy preocupados por los mensajes gubernamentales sobre el sector inmobiliario. Mensajes que además inciden tanto en su negocio dentro de la Sareb como fuera, ya que la mayor parte de estas entidades financieras tienen sus propias inmobiliarias como Servihabitat, de Caixabank o Altamira del Banco Santander, entre otras, para dar salida a sus ‘stocks' de viviendas. Y hemos pagado por las acciones de la Sareb, destacan algunas de las fuentes, el Gobierno no las ha regalado.
Recordemos que excepto en BBVA, cuyo presidente Francisco González, nunca vio como negocio la Sareb y rechazó todas las presiones del Gobierno para que entrase, el resto de grandes bancos españoles si atendió la llamada y las peticiones del Ejecutivo de Rajoy para que participasen en el capital del banco malo.
La caída de precios en el sector inmobiliario español en los últimos cinco años de crisis estaría cerca del 40%, haciendo una media de distintos estudios. Hay quienes creen que se ha tocado fondo, ya que además la banca tiene ya casi todas sus perdidas en el sector provisionadas, pero otros muchos expertos piensan que el ajuste a la baja continuará.
LENTA CAÍDA DE PRECIOS
La última andanada en este sentido ha sido la lanzada el pasado miércoles en Forinvest en Valencia por el director general del Frob, Antonio Carrascosa, en la que se posicionó a favor de que se siga produciendo a mayor velocidad un ajuste en los precios inmobiliarios.
Carrascosa, igual que la presidenta de la Sareb, Belén Romana, muy próximo al ministro de Economía, Luis de Guindos, realizó en su intervención un resumen del proceso de reestructuración bancaria señalando que todavía queda terreno por avanzar, ya que la reducción de la deuda se ve dificultada por la evolución del mercado inmobiliario, donde la caída de precios es más lenta que en otras economías, y a los bajos tipos de interés.
Por ello, defendió que hay que hacer crecer el crédito, para lo que es fundamental "empezar a crecer" a lo que cree que ayudarán las reformas estructurales. Pero el mensaje de Carrascosa a la banca fue claro y duro, al asegurar que todas las entidades financieras son conscientes de que la reestructuración debe afectar "a todo el sector bancario" y de que ésta es "una obligación que deben aceptar todas". Más claro que el agua.
HASTA 16 BANCOS, 10 ASEGURADORAS E IBERDROLA
La Sareb cuenta con activos inmobiliarios y financieros procedentes de las entidades nacionalizadas y de las del llamado grupo dos (BMN, Liberbank, Caja3 y CEISS) por valor de 50.781 millones de euros. Su estructura de recursos propios que asciende a 4.800 millones, conformados en un 25% por capital y en un 75% por deuda subordinada, han sido aportados por un total de 28 inversores (27 entidades privadas nacionales y extranjeras y el Frob).
Se trata de catorce bancos españoles (Santander, Caixabank, Banco Sabadell, Banco Popular, Kutxabank, Ibercaja, Bankinter, Unicaja, Cajamar, Caja Laboral, Banca March, Cecabank, Banco Cooperativo Español y Banco Caminos); 2 bancos extranjeros (Deutsche Bank y Barclays Bank); 10 aseguradoras, entre ellas cuatro extranjeras (Mapfre, Mutua Madrileña, Catalana Occidente, Axa, Generali, Zurich, Reale, Pelayo, Asisa y Santa Lucía), y la filial inmobiliaria de la Iberdrola, son los actuales accionistas.
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