VALENCIA (JOAQUIM CLEMENTE). Lejos de recuperar la confianza de los inversores, la Comunitat Valenciana despierta cada vez más dudas sobre su solvencia. La agencia de calificación Standard & Poor's rebajó este miércoles el rating de las emisiones de deuda de la Generalitat Valenciana, profundizando en el nivel de bono basura que ya arrastra. El pésimo dato del déficit regional hecho público la semana pasada han llevado a la calificadora a revisar su opinión sobre la capacidad de la Comunitat Valenciana de hacer frente a sus compromisos.
El análisis de la situación de las cuentas de la Generalitat que hizo público S&P dibuja un escenario extremadamente complejo para el Consell que preside Alberto Fabra. "Nuestro escenario negativo para Valencia preveía un déficit presupuestario de alrededor de 2.500 millones de euros para 2012, es decir, alrededor del 2,5% del PIB regional", señaló S&P en su comunicado.
"Consideramos que un déficit del 3,45% en términos de contabilidad nacional, que representa aproximadamente 3.400 millones de euros, indica una desviación que va más allá de los límites de nuestro escenario negativo", añadió.
La agencia apunta a que la Comunitat Valenciana se está encontrando "con mayores dificultades de las previstas" a la hora de reducir su descuadre entre ingresos y gastos, "debido a menores ingresos de los presupuestados y a las medidas de control del gasto que están demostrando ser insuficientes para compensar esa caída".
Pero la principal preocupación que expresa S&P es por la pésima situación de liquidez de la Generalitat. Según desvela la agencia, el Gobierno valenciano ha agotado prácticamente todas las líneas de crédito que tenía concedidas. A 31 de octubre, los últimos datos disponibles, el Consell tenía 151 millones de euros en líneas de crédito no desembolsados y 144 millones en la caja. Estas dos cantidades "solo cubrirían el 5% de los vencimientos financieros a los que la Comunitat Valenciana tiene que hacer frente en 2013 y que estimamos en 6.500 millones de euros", afirma la agencia.
Esta volumen de vencimientos excede con mucho de las cifras que la Generalitat suele manejar de forma pública, ya que normalmente solo se hace referencia a las emisiones de deuda en los mercados de capitales. Pero lo que desveló este miércoles S&P en su nota es que el Consell tiene que devolver o refinanciar este año 4.800 millones de euros en préstamos a corto plazo contraídos con bancos españoles, al margen de los 1.700 millones que suman las emisiones y los créditos con bancos extranjeros. Estos últimos son los que cubre el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA).
De hecho, S&P desvela en su informe que de esos 4.800 millones de euros, 3.200 millones vencen este mismo mes de marzo. Se trata de préstamos a corto plazo, es decir, firmados o renovados hace menos de un año, que la Generalitat tiene con bancos españoles. Fuentes oficiales de la Conselleria de Hacienda aseguraron a ValenciaPlaza.com que esos créditos, que no están amparados por el FLA y, por tanto hay que renegociarlos o devolverlos, fueron renovados "a finales de febrero".
El departamento que dirige Juan Carlos Moragues no dio más detalles sobre el plazo al que se ha aplazado esta deuda o los motivos por los que se ha contraído, aunque todo apunta a que se trate de créditos para paliar las necesidades de liquidez. Aunque la banca española suele renovar estas deudas a las administraciones públicas, la mera existencia de esos créditos y por un volumen tan elevado (equivale a un tercio del presupuesto de ingresos anual de la Generalitat) y a corto plazo evidencia las dificultades de liquidez que arrastra de forma permanente la Generalitat.
A LA ESPERA DE LA REACCIÓN DEL GOBIERNO
El diagnóstico que hace S&P aboca a la Generalitat a tomar medidas drásticas para controlar su descuadre presupuestario. Aunque valora el apoyo del Gobierno central a través del FLA y del plan de pago a proveedores ("nuestros análisis de liquidez en Valencia tienen en cuenta los efectos positivos del apoyo de liquidez") la agencia de calificación mantiene su perspectiva negativa para la Comunitat Valenciana.
"En los próximos tres meses esperamos que tanto la Comunidad Valenciana como España definan las medidas a tomar en relación con la senda de consolidación presupuestaria de Valencia. Esperamos llegar a una conclusión sobre la disposición del gobierno de Valencia para aprobar nuevas medidas presupuestarias para corregir su desviación fiscal. Esperamos que el gobierno central aclare cómo va a utilizar los medios de los que dispone en el marco de la Ley de Estabilidad Presupuestaria para obligar a adoptar nuevas medidas de ajuste a Valencia", dice literalmente S&P.
Y la amenaza final: "Dependiendo de nuestras conclusiones sobre la adecuación de las respuestas políticas de los gestores públicos valencianos, podríamos rebajar el rating de Valencia en un máximo de tres escalones, hasta B-".
UN GOLPE A LA ESTRATEGIA DE MORAGUES
El duro diagnóstico de S&P echa por tierra la estrategia que tenía planteada el conseller de Hacienda, Juan Carlos Moragues, de buscar una mejora a medio plazo del rating de la Comunitat Valenciana para recuperar parte de su capacidad de emitir deuda de forma autónoma. La Generalitat había iniciado contactos con tres agencias de calificación para sondear la posibilidad de abandonar el 'bono basura' a medio plazo. El dato de déficit, que pone de manifiesto la grave situación financiera de la Comuntiat Valenciana, ha abortado cualquier intento en este sentido.
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