¿'Ir al trabajo' o ‘ir a trabajar'? Las nuevas tecnologías difuminan las barreras entre conseguir unos objetivos y sentarse todos los días en el mismo sitio
MADRID. Visualice su mesa de trabajo. Seguramente, si está acostumbrado a sentarse todos los días en el mismo sitio, tendrá una mesa propia, con un ordenador en el que guardará todos sus archivos, al lado del cual tendrá una pila de papeles que habrá acumulado durante días pensando que podría revisarlos durante el resto de la semana, aunque luego no lo hará.
Ahora imagínese llegar a su trabajo. No tener un lugar propio donde ubicarse. Poder sentarse donde más le apetezca. En un lugar privado, al lado de una ventana, con un grupo de gente. No tiene un sitio fijo, tan solo unos cajones de su departamento y una nube en la red para guardar todos sus archivos. Puede trabajar desde donde quiera, en cualquier parte de la oficina o incluso en su casa.
Las News Ways of Working (NWoW) recogen un nueva manera de trabajar, aprovechando al máximo las tecnologías, y aunque cada empresa debe de acoplar este sistema a sus funciones, implica una nueva forma de no estar atado a una misma mesa o a una oficina. El trabajo no es un lugar, sino una tarea. Por lo tanto habría que replantearse, ¿'ir al trabajo' o ‘ir a trabajar'?
CONCENTRACIÓN DE TRABAJADORES, UNA HERENCIA DE LA SOCIEDAD INDUSTRIAL
En algunos casos, el hecho de que para trabajar haya que ir a un sitio concreto no es estrictamente necesario. Sin embargo, se sigue manteniendo en muchos aspectos de la herencia de la sociedad industrial, que requería la concentración masiva de trabajadores en las fábricas, según explica el director nacional de Building Consultancy de CBRE España, Javier Martínez. Pero ahora, se puede estar trabajando prácticamente a cualquier hora y desde cualquier parte.
Contestar correos, llamadas,... pueden suponer un aumento de horas no retribuido ni reconocido de las horas laborales, al no considerarse oficialmente como trabajo. Y si no hace falta llegar a una hora precisa y a un lugar concreto para trabajar, tener que hacerlo exclusivamente desde una silla y una mesa determinadas que llevan tu nombre, definitivamente no parece que tenga mucho sentido.
Pero en muchas ocasiones da la sensación de que, por obtener un remuneración, es obligado esforzarse por estar todos los días en un determinado lugar durante un determinando tiempo, para una vez allí poder empezar a trabajar. Pero evidentemente, esta mentalidad ya no tiene mucha coherencia, parece mucho más sensato que se valore los resultados, y no el tiempo que uno pueda pasar en la oficina.
Por esta razón, hace años que en Holanda y en los Países Bajos Escandinavos empezaron a difundirse con éxito las nuevas formas de trabajo, también incorporadas en empresas como Microsoft y Philips, catalogadas como las mejores para trabajar. No parece muy sostenible estar contaminando en un atasco interminable por la mañana para llegar todo el mundo a la misma hora para repasar la prensa diaria, programar las actividades de la agenda o contestar correos pendientes, cuando podrías hacerlo sin problema en Internet, delante de una taza de café o en tu propia casa.
BASADAS EN LA ACTIVIDAD, NO EN LA JERARQUÍA
"Las NWoW están basadas en la actividad y no la jerarquía" apunta Martínez. Por ello, los jefes no tienen preferencia para sentarse en un sitio u otro, ni tienen asignado un lugar. Si en cualquier momento un empleado necesita un espacio con mayor privacidad, hacer un llamada telefónica o acabar de redactar una propuesta puede acceder a un espacio privado o disponer de una sala de reuniones, sea del rango que sea.
El uso de cada tipo de espacio se hace en función de la actividad a desarrollar en ese momento y no de un nivel preestablecido dentro de la empresa. Esto también contribuye a derribar muchas barreras físicas y psicológicas, y a que la comunicación sea más ágil y fluida. Pero las NWoW también implican un cambio en las relaciones entre las persona, un nuevo pacto entre empleado y empleados en que la confianza se permite implantar y desarrollar nuevas formas de trabajo.
Los jefes nunca saben, de forma concreta, donde se encuentra el trabajador, por lo que tiene que confiar en que está realizando su actividad. Lo que importa no es el tiempo que pasa en una mesa, o dentro de las propias instalaciones de la empresa. Al final, lo verdaderamente sustancial es que los resultados sean los esperados. Dichas nuevas formas buscan lograr un sistema de gestión regido por la confianza y el respeto al empleado.
En España, la consultora inmobiliaria CB Richard Ellis ha adaptado sus oficinas con este sistema. Han creado unas oficinas movidas por la tecnología, donde nadie tiene su propio ordenador ni una ubicación determinada. Además, disponen de múltiples espacios para diversas actividades. Zonas para reuniones más prácticas, ordenadores de sobre mesa, salas privadas, salas de reuniones y ámbitos de reunión común. Al fin y al cabo, la comodidad del empleado es lo que verdaderamente importa.
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