MADRID. Rafael Santamaría, presidente de Reyal Urbis, no cumplió todos los acuerdos con la banca acreedora de la última refinanciación acordada con algunas de las mayores entidades financieras españolas como el Santander, el Popular, el BBVA y el Sabadell, entre otros, que eran ir haciendo una liquidación ordenada del grupo a base de sus activos, según ha sabido este diario de fuentes financieras.
Esto es lo que ha provocado el rechazo de algunos de los principales banqueros españoles como Emilio Botín, Francisco González, Ángel Ron y Josep Oliu, entre otros, a seguir manteniendo con aplazamientos y nuevas líneas de crédito al grupo inmobiliario, y la decisión de éste de acogerse a un concurso de acreedores, la antigua suspensión de pagos. De hecho, ya estaba en situación de pre-concurso.
De hecho, Reyal Urbis ya ha presentado formalmente la solicitud de concurso voluntario de acreedores, un proceso que ha recaído en el Juzgado de lo Mercantil número 6 de Madrid, según informaron a Ep fuentes jurídicas. El juez titular del tribunal en el que ha recaído el concurso deberá ahora estudiar el expediente para declarar el auto de la suspensión de pagos y designar a los administradores concursales, que deberán redactar un informe y determinar con exactitud su pasivo y su activo, así como pronunciarse sobre la viabilidad de la inmobiliaria.
Una vez que se apruebe definitivamente este texto concluirá la fase común del proceso concursal y se iniciará la correspondiente a la de presentación y negociación con los acreedores de un eventual plan de pago de deuda con el que Reyal tratará de evitar su disolución.
Del procedimiento concursal se excluyen el complejo comercial y de oficinas que la compañía promueve junto con un grupo de bancos en el Paseo de la Castellana de Madrid y su cadena hotelera Rafael Hoteles.
MANTENER LA ACTIVIDAD
La empresa, con más de 400 personas de plantilla, quiere continuar con su actividad y confía en alcanzar acuerdos en el marco del concurso con las entidades acreedoras.
Santamaría, el último de los llamados ‘reyes del ladrillo' que manejaron el ‘boom' inmobiliario en la etapa de crecimiento económico hasta el pinchazo de la burbuja, se acoge a esta figura jurídica con una deuda total que el pasado mes de septiembre ascendía a 4.400 millones, de ellos 3.677 millones con los bancos.
Aparte de los grandes bancos españoles como el Santander al que la inmobiliaria adeuda 550 millones, el Popular 220, el BBVA 120 y el Sabadell 75, el Estado es el principal acreedor de la inmobiliaria de Santamaría con algo más de 1.300 millones que salen de varios sitios. La mayor parte del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria, la Sareb, el famoso ‘banco malo' que agrupa la deuda que mantenía el grupo promotor con Bankia, Novagalicia, Banco de Valencia, Liberbank y Caja Duero-Caja España por valor de 707 millones, a los que habría que añadir los 215 millones del Instituto de Crédito Oficial (ICO) y otros 400 que adeuda a Hacienda.
Otros importantes acreedores de Reyal Urbis, al margen de 350 millones que el propio Santamaría debe a algunos bancos desde su sociedad patrimonial Inveryal, son el fondo Appaloosa que adquirió la deuda de Barclays, el Royal Bank of Scotland y Unicaja.
UNA GRAN PARTE DE DEUDA PROVISIONADA
La banca española, después de los decretos financieros del ministro Guindos que la han obligado a provisionar todos sus créditos dudosos, lo que está hecho en su mayor parte, está mucho menos receptiva ahora que hace años para aceptar refinanciaciones o entradas en el capital de estos grupos inmobiliarios con problemas, que eran las fórmulas que antes se ponían en marcha para afrontar problemas de esta naturaleza. Además, el sector inmobiliario no parece que se esté reactivando, más bien lo contrario.
Como en el caso de Martinsa-Fadesa, el mayor concurso de la historia económica de España con más de 7.000 millones, en el que tuvo mucho que ver la adquisición de Fadesa por Martinsa, en este caso también Santamaría había comprado Urbis a Banesto y ACS por 3.300 millones, lo que la forzó a apalancarse mucho.
Como ya explicó este diario, el anuncio de este concurso de acreedores de Reyal Urbis recuerda la cadena de concursos en el sector del ‘ladrillo' tras el pinchazo de la burbuja, que afectó a la mayoría de las grandes inmobiliarias españolas y a muchos empresarios conocidos como los ‘reyes del ladrillo', que años antes habían protagonizado numerosas operaciones, muchos de los cuales subieron a la cima del mundo de los negocios tan deprisa como cayeron después.
Empresarios como Fernando Martín de Martinsa-Fadesa, Bruno Figueras de Habitat, Luis Portillo de Inmocaral, Roman Sanahuja, Joaquín Rivero de Metrovacesa, Luis Nozaleda de Nozar, Felix Abanades de Rayet, Francisco Hernando el famoso ‘pocero' de Seseña y otros con mejor suerte ya que salieron a tiempo del inmobiliario como Manuel Jové que vendió Fadesa a Martín, Mario Losantos de Riofisa que vendió a Portillo, y hasta Enrique Bañuelos, el inventor de Astroc, que ha reaparecido recientemente en Brasil.
Excepto Metrovacesa y Colonial, que pasaron a ser controladas por la banca, y Vallehermoso y Testa, que están integradas en Sacyr y además Testa gana dinero con sus alquileres, el resto de las grandes protagonizaron una cadena de insolvencias que en algún momento parecía que no tendría fin.
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