MADRID (EP/VP). La respuesta ante la pregunta de quien ha ganado el 'debate del estado de la nación', que siempre se suscita después de cada debate de política general, es muy clara para algunos diputados socialistas que consideran que ha sido Mariano Rajoy quien se ha llevado el gato al agua en esta ocasión y argumentan que el problema que está teniendo su partido y su líder es de "credibilidad".
Los consultados coinciden en que el debate era "difícil" para el secretario general de los socialistas, pero también creen que ha sido una "oportunidad desaprovechada" porque va a ser difícil que el PP vuelva a estar en una situación de debilidad extrema como lo está ahora, con muchos sectores protestando en la calle -desde los sanitarios hasta los jueces, pasando por los afectados por los recortes en educación o los desahuciados- y un "escándalo de primera magnitud" como es la presunta financiación irregular del partido.
Según algunas de las fuentes socialistas consultadas, los populares han salido reforzados del debate. Incluso señalan que no hace falta ser psicólogo para ver las caras que tenían en la bancada popular después del rifi-rafe entre Rajoy y Rubalcaba, a pesar, aseguran, de que muchas de las cosas que dijo el presidente no son como las dibujó él. Pero sí admiten que hizo un discurso bien construído y que demostró en el debate que es un "tipo duro" que "no deja pasar ni una" y que en algunos momentos estuvo hasta faltón.
En cuanto al discurso del secretario general de los socialistas, consideran que fue incisivo en su intervención y creen que trasladó adecuadamente al Parlamento los problemas que sufren cotidianamente los ciudadanos, es decir, las quejas de la calle. Recalcan que su intervención estuvo muy pegada a la realidad e incluso admiten el acierto de reconocer que hubo cosas en las que se equivocó, como cuando dijo que se había arrepentido de no haber dado antes una solución al problema de los desahucios.
Sin embargo, estas fuentes señalan que a pesar de haber hecho el discurso que tenía que hacer, el problema que tienen es que no suscita credibilidad y que Rajoy tenía muy fácil el contraataque recordándole su "historia", como así hizo, de cuando formaba parte de los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero.
"Ese es el problema, de credibilidad", "es una losa muy importante", exclaman los consultados, quienes recalcan que por muy bueno que sea el discurso, es difícil que llegue si quien lo está diciendo es quien formó parte del gobierno socialista, que los ciudadanos identifican como el que generó el problema. De hecho, creen que ese mismo discurso, que califican de bueno, dicho por otra persona que no tuviera tanto "pasado" habría trascendido y calado más.
Además, agregan que el secretario general de los socialistas tuvo un problema añadido, que consistió en "quemar la pólvora" días antes del debate de la nación, cuando pidió la dimisión de Rajoy. De hecho, señalan que cuando ha repetido la petición en el debate de política general, ni siquiera ha sido un titular periodístico, porque la idea era ya vieja y estaba gastada. Incluso señalan que tampoco resulta creíble que pida la dimisión del presidente durante el debate y al mismo tiempo le proponga acuerdos.
Sin embargo, ninguno de los consultados creen que esto vaya a suponer movimientos internos dentro del PSOE, al menos no por el momento. Lo que sí creen es que el resultado de este debate se incorporará a la memoria y pesará de cara al futuro, pero no ahora.
En cualquier caso, quieren dejar claro que no se puede estar discutiendo todos los días sobre quién debe ser el líder del partido y precisan que se votó, salió elegido Rubalcaba y ahora él hace su papel con dignidad y fortaleza y ya se verá qué ocurre más adelante.
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