MADRID. Dos conflictos empresariales en el sector turístico, sobre todo el de Iberia pero también el retraso surgido en la compra de Orizonia por Globalia que puede dar al traste con la operación, amenazan en estos momentos al normal desarrollo de la mayor industria nacional, que representa cerca del 12% del PIB y emplea a 2,2 millones de personas.
Y lo hacen en unos momentos muy difíciles para el sector, ya que aunque el mercado internacional se está comportando muy bien, el nacional se resiente por la crisis económica, y todo esto sucede además, cuando se están cerrando todavía las contrataciones de última hora.
Si en líneas generales en economía la incertidumbre cotiza a la baja, en turismo, todavía mucho más. La industria del ocio por excelencia es siempre muy sensible a cualquiera acontecimiento que pueda perturbarla. A nadie le gusta jugarse sus días libres o sus vacaciones por un conflicto laboral, sanitario, político o hasta por algún desastre natural.
FUERTE COMPETENCIA
Además, en el turismo hay una fuerte competencia. Aunque España es líder mundial, hay muchas industrias emergentes a nuestro alrededor capaces de reforzar su promoción y hasta sus precios para robarnos clientes. Nosotros hacemos lo mismo. Es público y notorio que España se ha beneficiado durante los últimos años de la llamada "Primavera Árabe" y los conflictos políticos de esos países como Egipto o Túnez.
El primer nubarrón para el sector son los planes de ajuste de Iberia y su socia British Airways (BA) sobre la aerolínea española que supondrán el despido de 3.807 trabajadores, así como el cierre de numerosas rutas aéreas, que de momento se están saldando con un calendario de 15 días de huelga en la antigua línea de bandera española, que podrían ampliarse. Esos paros y la apertura del conflicto pueden hacer caer las reservas y son la peor imagen posible de cara al exterior en estos momentos.
De momento Iberia ha cancelado un total de 415 vuelos entre el 18 y 22 de febrero por las primeras cinco jornadas de huelga. Los sindicatos de los trabajadores de tierra y de los tripulantes de cabina (TCPs) han convocado quince jornadas de paros de 24 horas en Iberia, las primeras cinco la próxima semana y el resto entre el 4 y el 8 de marzo y el 18 al 22 de marzo. El sindicato de pilotos Sepla ya ha anunciado que se sumará a estos paros que pueden tener un coste para compañía de cerca de 50 millones de euros, según las fuentes consultadas.
EL GOBIERNO PUEDE IMPONER UN LAUDO ARBITRAL
Nadie descarta a estas alturas que el Gobierno intervenga y vuelva a forzar un laudo arbitral, como ya hizo el pasado año con la huelga de pilotos, dado que además el Ejecutivo ha dado numerosas pruebas de que no le gustan los ajustes que IAG, el holding que integra la fusión de Iberia y BA, quieren poner en marcha en la aerolínea española.
Tanto la ministra de Fomento, Ana Pastor, como el ministro de Industria, Energía y Turismo, José Manuel Soria, han realizado duras declaraciones contra los planes de IAG para Iberia, tanto sobre los recortes laborales como sobre los de producción, que supondrán que Iberia deje de volar a algunos de sus destinos tradicionales como La Habana o Santo Domingo, entre otros.
Y las competencias sobre transporte aéreo recaen en el Ministerio de Fomento, que ha seguido muy de cerca esta crisis reuniéndose con la empresa, los sindicatos y hasta con los consejeros de Iberia en IAG. Los ministerios de Fomento, por la regulación del transporte aéreo, de Economía y Competitividad, por el comercio, y de Industria, Energía y Turismo, precisamente por el turismo, están siguiendo de cerca de la crisis de Iberia, para lo que han creado una especie de comisión de seguimiento del conflicto, dada su importancia para la economía nacional.
No obstante, el Gobierno es consciente de su escaso margen de actuación en este conflicto y menos en la línea que le están sugiriendo desde el mundo sindical que sería que actuase contra los protocolos de fusión entre Iberia y BA que terminan en 2016. Parte de la estrategia sindical ha sido convertir este conflicto en un asunto de Estado entre Madrid y Londres.
LA COMPRA DE ORIZONIA PUEDE MALOGRARSE
La otra operación en ciernes que afecta de lleno a todos los sectores del turismo es la compra de Orizonia por Globalia, presidida por Juan José Hidalgo. La decisión de la Comisión Nacional de Competencia (CNC) de retrasarla al menos dos meses para abrir un periodo de alegaciones puede malograrla, según las fuentes consultadas por este diario.
Orizonia, con una plantilla de más de 5.000 personas, factura de más de 2.500 millones y uno de los grandes grupos turísticos del mercado europeo con marcas tan conocidas como Viajes Iberia, Rumbo e Iberojet, en las que cada año confían más de 8 millones de personas. Pero está agobiada por las deudas y en manos de sus acreedores financieros, y la salvación más al alcance de mano y española era su compra por parte de Hidalgo.
Competencia ha pedido tiempo al tratarse de las principales operadoras del sector turístico español con presencia en los mercados verticalmente integrados de agencias de viaje mayoristas (turoperadores) y minoristas, gestión de establecimientos hoteleros y servicios de transporte aéreo de pasajeros. Por eso, el pasado 6 de febrero el consejo de la CNC, a propuesta de su dirección de Investigación, decidió abrir la segunda fase del procedimiento de control de concentraciones previsto en la ley de Defensa de la Competencia, por considerar que es preciso un análisis en profundidad de la operación de concentración, a la vista de los posibles obstáculos para el mantenimiento de la competencia efectiva en distintos mercados relacionados con el sector turístico.
La CNC piensa que la compra de Orizonia convertiría a Globalia en el principal turoperador en España, así como en el principal oferente de los servicios necesarios para formar paquetes turísticos a determinados destinos. La concentración podría incidir sobre la competencia en el mercado de turoperadores, en los de transporte aéreo, agencias minoristas y sector hotelero.
COMPETENCIAS MIRA CON LUPA A LOS DOS GIGANTES
Se trata de dos gigantes que operan en todos los subsectores, ya que Globalia integra a la aerolínea Air Europa, la red minorita Halcón Viajes y Ecuador, el turoperador Travelplan, la compañía hotelera Belive y la empresa de handling Groundforce. Por su parte, el Grupo Orizonia posee la red de agencias de viajes Vibo (unas 950 oficinas), además de siete turoperadores -Iberojet, Solplan, Viva Tours, Condor, Kirunna y Orizonia Life-, la aerolínea Orbest, el receptivo Smilo y la cadena hotelera Luabay, aparte del negocio de cajas de regalo Kaleidoscopio.
Hidalgo ofreció para hacer la compra a los bancos acreedores de Orizonia una aceptación de deuda no especificada del entorno de unos 80 millones y una inyección de capital de hasta 60 millones de euros, una parte de la misma para desembolsar de forma inmediata, y esas condiciones están ahora en el aire por los retrasos.
La compra de Orizonia por Globalia de llevar a buen puerto, crearía el mayor grupo turístico de capital español y el tercero europeo y posiblemente mundial, un auténtico gigante del sector con ventas anuales por encima de los 6.000 millones de euros y capaz de tutearse con las mayores multinacionales como TUI y Thomas Cook.
La oferta de Hidalgo por el mayorista de viajes dejó varada otra del grupo hotelero Barceló, que ahora podría hacer alegaciones si lo estima conveniente, ya que él mismo podría sentirse afectado por la integración en ciernes.
QUIEBRAS DE MARSANS Y SPANAIR
Habría que recordar también que todo esto está sucediendo cuando el sector turístico español no se ha repuesto aún de la quiebra de Marsans, que controlaban Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz Ferrán, y que afectó a cientos de empresas mayoristas y minoristas del sector y de la aerolínea Spanair. Y que la coyuntura económica tampoco es la mejor en estos momentos y ya hay cifras y opiniones que lo indican.
Si bien es cierto que España, cerró 2012 con un incremento en el número de turistas extranjeros del 2,7% hasta 57,7 millones, y que esos turistas gastaron 55.594 millones de euros, un 5,7% más que en 2011, el turismo nacional no está respondiendo igual de bien por la crisis económica. Sobre todo en lo referente a sus gastos, que continúan la senda negativa iniciada a comienzos de 2009, aunque con mayor intensidad en el descenso, con un máximo de retroceso cercano al 8% interanual en marzo, abril y mayo de 2012. En el último trimestre, noviembre de 2012, la variación interanual se situaba en una caída del 5,6%.
La propia administración turística dice en uno de sus recientes informes que "el contexto socioeconómico actual de España, caracterizado por un elevado nivel de desempleo y consumo e inversión en tasas negativas, debido a las tensiones de la economía interna y al ajuste fiscal para poder cumplir con el techo de déficit público impuesto por la Unión Europea, incide de forma negativa en el turismo de los residentes, dejándose notar en el gasto realizado y en la demanda de servicios turísticos en hoteles y transporte aéreo".
MALOS DATOS DEL SECTOR SERVICIOS
Ya hay datos que apuntan a esta mala dirección. La cifra de negocio de las agencias de viajes y turoperadores cayó un 8,2% en 2012, un descenso superior al registrado en la hostelería, situado en el 4,4%, con un retroceso de la tasa de empleo del 4,2% en el primer caso y del 2,8% en el segundo, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).
En el conjunto del sector servicios español, la cifra de negocios se contrajo un 5,3%, encadenando así su segundo año consecutivo en negativo tras el descenso del 1,3% experimentado en 2011. Durante todo 2012, en hostelería el volumen de negocio cayó un 5,8% en los servicios de comidas y bebidas, mientras que en alojamiento la facturación descendió un 1,4%. En el caso del transporte aéreo, la cifra de negocio se recortó un 1,9% en 2012, frente a la caída del 8,8% en el transporte por ferrocarril.
En cuanto al empleo, según el INE, el sector servicios registró el pasado año una tasa negativa del 2,8%, frente al -0,6% de 2011. En las actividades vinculadas al sector turístico se registraron tasas negativas del 4,2% para las agencias de viajes y touroperadores y del 2,8% para el sector hostelero (-3,7% para los servicios de alojamiento y -2,5% para restauración).
Pero no son sólo cifras estadísticas. Algunos expertos piensan algo parecido. Así, la Alianza para la Excelencia Turística, Exceltur, ha dicho que la actividad turística cayó el pasado año un 1,6 %, tras el notable crecimiento registrado en 2011, y que se perdieron 23.279 puestos de trabajo vinculados al sector, lo que a juicio de este lobby significa que el turismo ha dejado de ser sostén de empleo en España.
El vicepresidente ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda aseguró recientemente que su organización ha revisado a la baja el descenso del PIB turístico del 1,2 al 2,6 %, debido a las significativas caídas en el número de pasajeros aéreos. Para Zoreda, la bajada de la demanda del transporte aéreo refleja el impacto que ha tenido para el turismo español, en un escenario de debilidad de consumo, la superposición de subidas de costes energéticos, la fuerte subida de las tasas aéreas y la entrada en vigor de un mayor IVA.
Así, Exceltur cree que 2012 finalizó con la caída del PIB turístico a pesar del aumento en la llegada de turistas extranjeros y en los ingresos turísticos del exterior, que no pudieron compensar la disminución en la actividad y derrama turística nacional que Exceltur cifra en un 3,1 %.
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