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VALENCIA. Las últimas semanas han reactivado la polémica en torno a dos de los barones provinciales del PP de los últimos años: Carlos Fabra (Castellón) y José Joaquín Ripoll (Alicante). Si bien otros imputados dentro del partido gozan entre buena parte de sus compañeros de cierta comprensión, la corriente dominante actual en ambas provincias no defienden la protección que el presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, ha dispensado hasta el momento hacia ellos.

Carlos Fabra, tras la resolución conocida recientemente del Tribunal Supremo, está muy cerca de sentarse en el banquillo: la apertura de juicio oral, con varios delitos a cuestas -cohecho incluido-, parece inminente. El exlíder del PP de Castellón continúa ostentando la presidencia de Aerocas y, es más, ha llevado la voz cantante en lo referido a la oferta de un grupo libio por el Aeropuerto de Castellón.

Fuentes 'populares' de Castellón próximas al actual líder provincial, Javier Moliner, coinciden en señalar que Alberto Fabra debe buscar "una salida" para el histórico dirigente del PP. A juicio de las citadas fuentes, la presencia del presidente de Aerocas "condiciona considerablemente la acción política" dado que, fiel a su costumbre, Carlos Fabra sabe como nadie acaparar titulares de la prensa en cada una de sus declaraciones.

De confirmarse la apertura de juicio oral, será más difícil mantener en alto la bandera por la transparencia que ondea Alberto Fabra desde su llegada al poder si Carlos Fabra sigue al frente de Aerocas. La única ventaja para el jefe del Consell es que el presidente de Aerocas, con 66 años de edad, podría dar por buena una salida digna que se culminara con la venta del Aeropuerto de Castellón.

RIPOLL: ESTRATEGIA DEL SILENCIO PARA CONTINUAR EN SU PUESTO

Por otro lado, el expresidente provincial del PP de Alicante, José Joaquín Ripoll, imputado por cinco delitos en el caso Brugal, también continúa al frente de la Autoridad Portuaria después de que su nombramiento fuera aprobado por el pleno del Consell en septiembre de 2011.

Ripoll ha seguido una línea de actuación muy diferente a la de Carlos Fabra. La discreción ha sido el punto fuerte del presidente del Puerto de Alicante, quien ha abandonado la primera línea política y se mantiene en segundo plano sin cobrar ningún protagonismo en el entramado orgánico del PP.

No obstante, Ripoll continúa manteniendo buenas relaciones con dirigentes del partido repescados o reafirmados por Alberto Fabra en esta nueva etapa. A ello hay que unirle que el presidente de la Generalitat mantiene buena sintonía con Eduardo Zaplana, a quien Ripoll mantuvo fidelidad en los años de crudos enfrentamientos con el 'campismo'.

Precisamente los exponentes del partido en Alicante que plantaron cara a Ripoll en el pasado así como parte de la dirección provincial actual, no comparte la cómoda posición que mantiene el exlíder del PP alicantino. Más aún cuando los escándalos de presunta corrupción están asolando Madrid y muchos ven la ocasión en el PPCV para que Fabra dé un paso adelante. "No es justo que a algunos compañeros imputados se les tenga apartados en Les Corts y a otros se les haya premiado con un cargo", comenta un parlamentario 'popular' alicantino.

No obstante, al margen de que un nuevo impulso al caso Brugal podría precipitar la salida de Ripoll de la Autoridad Portuaria, su caso tiene las semejanzas suficientes con el de Carlos Fabra como para que se pudiera propiciar su salida, como demandan en privado varios dirigentes del PP provincial, si se produjera la marcha del presidente de Aerocas. El principal problema es que Ripoll, con más años en activo por delante que Carlos Fabra, no podría tener recolocación inmediata.

La ventaja para la continuidad de Ripoll es que su destitución generaría más revuelo que su mantenimiento en el cargo. A día de hoy, solo el vicepresidente y portavoz del Consell, José Císcar, sufre ese nombramiento cuando es inquirido en las ruedas de prensa tras el pleno del Gobierno valenciano. "Cada cosa tiene su momento y sus circunstancias", ha repetido en varias ocasiones el número dos de Alberto Fabra, sabedor de que hay pocos o ningún argumento que justifique la incoherencia en la 'transparencia Fabra' de que se mantenga en el cargo a imputados como Carlos Fabra o el propio José Joaquín Ripoll.