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La campaña por la presidencia de la patronal autonómica de las pymes, Cepimeval, enfrenta al sector disidente de Alicante con el proyecto de unidad empresarial

VALENCIA. El 'nuevo orden' patronal autonómico se enfrenta a su primer gran pulso. Después de la fría acogida dispensada desde Alicante a la propuesta de unión entre las tres patronales provinciales (la valenciana CEV, la alicantina Coepa y la castellonense CEC), la designación del nuevo presidente de la confederación autonómica de pymes, Cepymeval, ha puesto las espadas por todo lo alto.

Desde hace más de una década, la presidencia de Cepymeval ha correspondido a Alicante, quedando la de Cierval para Valencia y la de la Sociedad de Garantía Recíproca (SGR) para Castellón. Sin embargo, la oposición de Cepyme Alicante a cualquier renuncia en cuanto al poder local ha hecho que se agiten las aguas en vísperas de la designación del nuevo presidente autonómico de estas organizaciones.

El próximo 25 de febrero está prevista la asamblea electoral que designe al nuevo responsable de Cepymeval, por lo que el alicantino Cristóbal Navarro ha iniciado su campaña de captación de apoyos. Sin embargo, los resultados están siendo escasos y, en algunos casos, contrarios a sus intereses.

EL CONTRAPESO DE LAS PYMES

Desde Castellón, la patronal provincial ha anunciado su intención de presentar una candidatura alternativa y el presidente de la CEV y de Cepyme Valencia, Salvador Navarro, le transmitió al alicantino en un encuentro privado que mantuvieron el pasado jueves que su organización está por la integración y optará por la candidatura que la apoye.

La presidencia de Cepymeval no se limita a representar a las pequeñas y medianas empresas valencianas, sino que actúa como contrapeso a la organización de las grandes, Cierval, obstaculizando cualquier iniciativas que se plantee desde esta, si no ven con ella satisfechos sus intereses.

Al margen de la voluntad reivindicadora de una independencia alicantina, la rivalidad entre Cristóbal Navarro y los responsables de Cierval cuenta con más aspectos a tener en cuenta y está directamente relacionada con las tensiones que se han generado dentro de la propia Coepa, en la que actúa como cabeza de los disidentes desde hace más de diez años.

LA DISCORDIA ALICANTINA

Cepyme Alicante se ha enfrentado a todos los presidentes que ha tenido Coepa desde el nombramiento de Modesto Crespo (posteriormente presidente de Caja Mediterráno) y ha continuado hasta la designación del actual presidente, Moisés Jiménez, el pasado año.

A esta presión interna atribuyen fuentes patronales la oposición de Jiménez a ir más allá de acuerdos para optimizar la gestión de las patronales con órganos y servicios conjuntos propuesta desde Cierval. De hecho, Coepa es la que saldría más beneficiada del ahorro generado por este aprovechamiento de sinergias ya que su delicada situación económica la ha llevado al borde de la suspensión de pagos.

Que Cristóbal Navarro asumiera la presidencia de Cepimeval sería como tener "al enemigo en casa". De hecho, las relaciones del presidente de Cepyme Alicante con el secretario general de Cierval, el también alicantino Javier López Mora, son de una abierta hostilidad, según fuentes patronales.

UNA SALIDA PRAGMÁTICA

De este modo, se considera más beneficioso para la organización disponer de un presidente de Cepymeval que al menos esté dispuesto a estudiar las propuestas que surjan desde Cierval y que no venga predispuesto a un rechazo absoluto. Ante esta tesitura sólo quedaría la opción de un presidente valenciano o castellonense.

La opción del valenciano Salvador Navarro se descarta al tener concentradas las presidentes de CEV y de Cepyme Valencia, además de ser un valenciano, José Vicente González, quien preside ya Cierval. La extrema debilidad en la que ha quedado la SGR tras su rescate por parte de la Generalitat hace más factible que sea la alternativa de esta provincia la que sume los apoyos necesario, reforzados si Coepa decide plantar cara a Cepyme Alicante y apoya abierta o tácitamente al aspirante de Castellón.

Con el nuevo escenario, Valencia tendría la presidencia de Cierval, un alicantino estaría en la secretaría general (aunque ya no disponga de cargo orgánico en Coepa) y un castellonense la de las pymes. De puertas para dentro, Moises Jiménez podría negar que se haya cedido en nada en el replanteamiento de la estructura de poder e impediría el ascenso de su oponente interno Cristóbal Navarro.

Las próximas semanas se consideran cruciales para la resolución del conflicto autonómico y para una salida bajo presión de la tensión interna de Coepa, que hace tiempo que ha acabado con la paciencia de muchos empresarios alicantino que bastante tienen con luchar por sus propias empresas como para seguir embarcados en un conflicto interno del que se pueden obtener unos magros réditos.