VALENCIA. El vicepresidente del Consell, José Císcar, se convirtió desde su llegada al cargo a principios de 2012 en el hombre encargado de solucionar problemas y, al mismo tiempo, en el escudo, no sólo del presidente de la Generalitat, Alberto Fabra, sino de todo el Gobierno valenciano.
La capacidad del portavoz del Ejecutivo le ha llevado, a instancias del jefe del Consell, a abarcar un amplio espectro de competencias: algunas justificadas por la cartera que regenta y otras forzadas por las delicadas circunstancias que ha sufrido el Gobierno valenciano.
De hecho, fuentes de la Generalitat han reconocido a este diario que cualquier persona o colectivo de entidad que quiera algo del Ejecutivo debe pasar por Císcar, lo que tiene por consecuencia que la agenda de índole privado del vicepresidente sea la más apretada y nutrida de todo el Consell de Fabra.
Una actividad que, unida a las exigentes comparecencias los viernes tras el pleno del Consell, ha comenzado a pasar cierta factura a Císcar. Al margen de la gestión, los casos sobre presunta corrupción y las imputaciones de diversos diputados han sido algunos de los aprietos a los que se está viendo sometido el vicepresidente.
Pese a que estas ruedas de prensa apuntan a seguir siendo tensas, la remodelación del Consell ha aligerado un tanto la mochila de Císcar, según señalan fuentes de la Generalitat. Principalmente el conseller de Sanidad, Manuel Llombart, y el titular de Hacienda, Juan Carlos Moragues, parecen destinados a convertirse en dos piezas básicas del Gobierno valenciano que, por el momento, ya están liberando en cierta medida al portavoz.
Por el momento, Llombart ya ha enterrado los aspectos más complicados y polémicos de la reforma sanitaria que impulsó su predecesor, Luis Rosado, y que incluía por ejemplo, la entrada de consultoras en la gestión de los hospitales. Unos cambios que el conseller ha sabido solventar por sí mismo sin que Císcar haya sido requerido apenas por esta cuestión. Atrás han quedado las comprometidas explicaciones exigidas al vicepresidente los viernes ante las incógnitas que se desprendían del modelo que Rosado debía sacar adelante.
De la misma manera, el nuevo conseller de Sanidad transmite mayor seguridad de cara al público que su predecesor, si bien es cierto que Rosado llevó el timón posiblemente en el peor momento del Gobierno valenciano en las últimas décadas. Aunque los problemas siguen existiendo, la presencia de Llombart y los cambios en la conselleria han servido para dar un viraje que está menguando los problemas para Císcar y Fabra.
Por otro lado, el titular de Hacienda, Juan Carlos Moragues, un responsable autonómico de perfil técnico conocido en Madrid, ha tomado las riendas del departamento que dejó el propio Císcar tras haberlo recogido previa dimisión de José Manuel Vela.
Moragues ha asumido competencias del conseller de Economía, Máximo Buch, en materia de búsqueda de financiación y sector público empresarial. El titular de Hacienda ya se ha pronunciado sobre el déficit o el Fondo de Liquidez Autonómica, proponiendo que se distribuya mensualmente. Además, desde su entorno se apunta a que el conseller ya busca en el calendario fecha para, en un futuro próximo, lograr que la Generalitat vuelva a emitir deuda. Unos aspectos en los que Buch, con un perfil empresarial más acentuado, se encontraba más incómodo.
Pese a su perfil puramente técnico, Moragues sorprendió en su debut el 21 de diciembre al superar con solvencia el primer examen ante los medios de comunicación en la rueda de prensa posterior al pleno del Consell junto a Císcar. Una prueba de fuego para un responsable autonómico que será requerido a menudo para lidiar con las prensa en días señalados.
MÁS APOYOS PARA CÍSCAR, QUE SIGUE ACUMULANDO CARGAS
Pese a la acertada estrategia llevada a cabo por Fabra con la remodelación del Consell hace menos de dos meses, el vicepresidente y su equipo siguen acumulando asuntos de envergadura en el Palau dels Català de Valeriola, sede neurálgica del Gobierno valenciano.
El último encargo, la Comisión Interdepartamental para la venta y externalización de bienes y activos del sector público empresarial y fundacional valenciano. Es decir: la salida para entes como Aerocas, Cacsa, Ciudad de la Luz, Circuito del Motor, entre otros, dependerá de esta comisión supervisada por Císcar en comunicación con Moragues.
Pero no es la única comisión que atiende Císcar y su equipo. A principios del pasado año, se creó desde su cartera la comisión para el seguimiento e impulso de las políticas de racionalización y austeridad en el gasto en el ámbito de la Generalitat. O lo que es lo mismo, el control desde vicepresidencia del resto de las consellerias.
No han sido las únicas cuestiones espinosas a lidiar desde este departamento. El ERE de RTVV, el futuro de la Fórmula 1 o el destino del Valencia Club de Fútbol, también discurren por la conselleria de Presidencia, Agricultura, Pesca y Alimentación, que dirige José Císcar, quien al menos parece haber encontrado algunos nuevos aliados en las incorporaciones designadas por Fabra.
Esto no es un comentario, es informacion para el diario. Desde hace una semana la GV no tiene tesorera ya que ha sido cesada por Moragues gracias a la conspiracion de lai intervención y otros altos cargos de Hacienda por culpa de la mala gestión del FLA,. Ciscar se quedó estupefacto por el cese, sobre todo por no tener un recambio. A dia de hoy no tenemos tesorero, Esta ha sido la primera gran meedura de pata de Moragues.
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