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VALENCIA. "Que no nos llamen 'generación perdida', somos una generación en otro contexto a la que hay que ofrecer otras herramientas". Así lo ve José Enrique García Llop, presidente de la Asociación de Jóvenes Empresarios de Valencia (AJEV). El anuncio de la próxima puesta en marcha de una Estrategia para el Emprendimiento y el Empleo que afronte el desempleo juvenil en España, dónde supera el 50%, ha despertado esperanzas entre los agentes sociales, pero también serias reservas.

La ministra de Trabajo, Fátima Báñez, adelantó que una de las propuestas estrella es la fijación de una 'tarifa plana' de 50 euros en las cotizaciones sociales para los jóvenes que pongan en marcha iniciativas emprendedoras. Además, los hombres de hasta 30 años y las mujeres de hasta 35 que se inicien como autónomos mantendrán la reducción de sus cotizaciones de un 30% durante los dos años siguientes.

"La propuesta puede ser acertada, pero no pasa de ser un parche", advierte Lucía Sanchís, responsable de juventud de UGT-PV. Además, que se discrimine a los afectados en función de su sexo no es visto con buenos ojos por los sindicatos. En la misma línea se manifiestan desde CC OO-PV que, reconociendo que el autoempleo es una alternativa útil, esta debe ir acompaña de exenciones y reducciones fiscales, "que deberían estar indexados a los resultados en función del año vencido".

Tampoco rechaza la iniciativa García Llop, aunque considera que no tiene sentido que para emprender haya que consumir parte del capital semilla en pagar impuestos. Además, advierte que la medida puede ser tanto buena como mala, ya que algunas personas pueden emprender proyectos sin plan de negocio o de marketing con el riesgo que esta carencia implica.

LA SEDUCCIÓN DEL MÉTODO ALEMÁN

La implicación pública en la generación del autoempleo une a los representantes valencianos de los jóvenes empresarios y a los de los trabajadores, para lo que toman como referencia las medidas que se están aplicando en otros países.

Alemania, que se toma como referencia por sus bajos niveles de paro juvenil (que ronda el 8,5%), incentiva el autoempleo juvenil con ayudas mensuales de hasta 2.500 euros para estudiantes universitarios que quieran desarrollar su propio negocio. Esta cantidad tiene como objetivo la financiación de su formación específica como empresario, un práctica que se recomienda tanto desde AJEV como desde los sindicatos.

Similar es lo que se realiza en Francia, donde los jóvenes reciben 450 euros para que se costeen cursos de formación empresarial y otras ayudas a proyectos concretos que rondan los 6.000 euros. Otro tanto pasa en Suecia, donde se llega a dar una dieta mientras el joven busca un trabajo o ultima su proyecto.

"Se debe poner facilidades para que el estudiantes salga pudiendo ser emprendedores", recomienda García Llop. De hecho, propone que no sólo en la Universidad se dé formación para poner en marcha un negocio, sino también en la Educación Secundaria Obligatoria (ESO).

NO TODOS LOS JÓVENES QUIEREN EMPRENDER

Sin embargo, no todos los jóvenes parados quieren o pueden poner en marcha su propio negocio. De hecho, el presidente de la patronal autonómica Cierval, José Vicente González, advierte que el problema de la productividad valenciana viene de la excesiva atomización empresarial, que se puede resolver con una mayor colaboración entre firmas, pero que actualmente es todavía una asignatura pendiente.

En este sentido, tanto empresarios como sindicalistas vuelven a coincidir en la importancia de mirar una vez más a Alemania por su modelo de formación dual, en la que el estudiante comienza a hacer prácticas en la empresa antes de terminar su formación. De esta manera, a los conocimientos teóricos puede sumar una experiencia práctica. Actualmente, tanto Dinamarca como Suiza y Austria ya han implantado ese sistema.

Este tipo de prácticas no se debe confundir con el contrato de aprendizaje, que desde UGT-PV Lucía Sanchís considera que se debería restringir a los trabajadores sin formación que realmente aprendan con el puesto de trabajo y no servir para una precarización del empleo juvenil, como denuncia el sindicato.

Entre los cambios que también señala Sanchís está la reorientación de las ayudas públicas a la conversión de los contratos temporales en indefinidos, como ha hecho el gobierno italiano de Mario Monti, que da incentivos por un 30% del coste del trabajador para la empresa por un cambio contractual en ese sentido.

Además, desde los sindicatos se considera fundamental un mayor control de la correcta aplicación de los contratos en prácticas y seguir trabajando en el encaje entre la formación recibida y la demanda de las empresas, del mismo modo que en el aprovechamiento por parte del tejido productivo del conocimiento con el que cuenta "la generación de jóvenes mejor formada de la historia de España".

OTRAS PROPUESTAS INTERNACIONALES

En el ámbito de la Unión Europea, una de las iniciativas más repetidas es la de los minojobs alemanes, trabajos por unos 400 euros puestos en practica en 2003 por Alemania y que consisten en empleos de menos de 15 horas semanales.

Su objetivo es que la persona tenga una actividad y no pierda el contacto con el mercado de trabajo, aunque en España los sindicatos advierten del riesgo que puede traer la perpetuación en esta modalidad contractual.

Otras propuestas que están en marcha son las de las escuelas laborales, implantadas en Francia y Reino Unido, y que combinan el aprendizaje en la empresa con formación complementaria en centros financiados por el Estado.