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VALENCIA. Tanto el Gobierno valenciano que preside Alberto Fabra como el PSOE que lidera Alfredo Pérez Rubalcaba han planteado en las últimas semanas sendos grandes pacto para afrontar la crisis. Sin embargo, más allá de su contenido y ámbito geográfico, su planteamiento y la estrategia para sacarlos adelante o, al menos, para convertirlos en el centro de atención transmiten un planteamiento estratégico distinto condicionado por el posicionamiento ideológico y la estrategia de negociación.

Ya sólo desde un punto de vista formal, mientras que Rubalcaba plantea una lista de propuesta a modo de manual de instrucciones para resolver los problemas, tradicional en las formaciones progresistas, como advierte el lingüista cognitivo George Lakoff; Alberto Fabra plantea un acuerdo más de perfil afectivo, como lo son los guiños a la defensa de la identidad colectiva, ejemplificado en la insistencia a la hora de incluir como objetivo la recuperación "de la buena imagen de nuestro territorio".

Las principales diferencias en la estrategia que se está desarrollando para la puesta en marcha de la iniciativa de uno y otro se pueden agrupar en cuatro aspectos fundamentales:

#1 Tormenta de ideas frente a documento cerrado. Aunque el presidente valenciano lanzó en el discurso de año nuevo una serie de ideas marco, Alberto Fabra ha puesto a sus consellers en marcha para recoger propuestas para su posterior redacción y firma conjunta. Por contra, el PSOE ha entrado en escena directamente con un documento cerrado y dividido en dos partes con 16 medidas de aplicación a corto y otras cinco para el medio plazo.

De este modo, el pacto de Fabra se plantea de una forma abierta, aunque se señalan como piezas clave la creación de empleo, la reforma de la financiación autonómica, la ejecución del Corredor Mediterráno, la atención a "los vulnerables" y la recuperación "de la buena imagen de nuestro territorio".

Por contra, la propuesta de Rubalcaba entra en el detalle con propuestas que pasan por la creación de un Fondo Público para la Financiación de las empresas, el fomento del autoempleo y la iniciativa emprendedores; la transformación del Instituto de Crédito Oficial (ICO) en una Agencia Financiera Pública; el fortalecimiento del programa de ayudas a desempleados, Plan Prepara, y la activación de programas de Renta Activa de Inserción, entre otros.

#2 De primar a la sociedad civil al lanzamiento simultáneo a todos los agentes político sociales. Mientras que los contactos para la elaboración de acuerdo en el caso valenciano ha empezado por el acercamiento a los agentes sociales, el primero con la patronal valenciana CEV; en el caso de los socialistas se ha optado por el envío simultaneo del documento tanto a los agentes sociales como a los grupos parlamentarios.

De hecho, el propio PSOE especifica con nombre y apellidos cuáles son sus destinatarios: Cándido Méndez, como secretario general de UGT; Ignacio Fernández Toxo, de Comisiones Obreras; Joan Rosell, de la CEOE; Jesús Terciado, de CEPYME; y a los responsables de las organizaciones de autónomos Sebastián Reyna, de APTA; Lorenzo Amor, de APA; Camilo Abietar, presidente de OPA; María José Landaburu, de UATAE y Pedro Barato, de CEAT.

Para las formaciones políticas, el PSOE ha optado por los portavoces en el Congreso de los diputados Alfonso Alonso (Partido Popular), Josep Antoni Duran (CiU), Cayo Lara (Izquierda Plural), Rosa Díez (UPyD), Aitor Esteban (PNV) y Ana Oramas (Grupo Mixto). No ha planeado, sin embargo, elevar todavía el documento al Gobierno, que es quien tendría que ejecutar su contenido.

#3 Contenido general frente a aspectos concretos. Mientras que la propuesta de Fabra tiene la intención de recoger aspectos de financiación, infraestructuras o percepción subjetica de la realidad, que incidan de forma global sobre la situación económica de la Comunitat Valenciana; el documento de Rubalcaba va concretamente destinado ha repercutir en el desempleo, que califica en su título como "masivo" y problema principal del país.

Desde un punto de vista práctico, distintos expertos apuntan la mayor dificultad de llegar a un acuerdo cuanto más concretos sean los aspectos incluidos en el documento. Sin embargo, esta estructura resulta coherente con un planteamiento programático clásico que define el programa político a modo de carta de soluciones específicas para problemas concretos.

#4 Acuerdo de mínimos frente a acciones específicas. Tras los primeros contactos, la propuesta de acuerdo planteado por Fabra pasa por la redacción futura de una declaración de mínimos, recogida en un documento de pocas páginas que permita aunar las firmas de patronal, sindicatos y partidos de la oposición. Para ello, el borrador con el que se está trabajando pasa por apelaciones a la defensa de la imagen y una defensa general de aspectos sin entrar en detalles que pudieran justificar la disidencia de UGT y CC OO y de PSPV-PSOE, Compromís o Esquerra Unida.

Por contra, el documento planteado por los socialistas adolece de la flexibilidad del ofrecimiento de Fabra, ya que, además de la creación de organismos y definición de acuerdos concretos entre administraciones, la propuestas socialista señala objetivos concretos a medio plazo y decisiones específicas sobre leyes y otras medidas ya en ejecución.

Entre esos aspectos está alcanzar un objetivo de déficit del 3% en 2016; desarrollar un Estatuto de la Joven Empresa Innovadora y otro del Emprendedor Rural; la eliminación del impuesto de sociedades en pequeñas y medianas empresas que reinviertan el 100% de sus beneficios en su proyecto empresarial; incrementar el Salario Mínimo Interprofesional; crear un Contrato de Empleo/Aprendizaje (con detalles sobre su concreción); y modificación de los aspectos más criticados por la oposición de la reforma laboral de la ministra de Trabajo Fátima Báñez.

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