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Benidorm es el símbolo de "los sueños de grandeza económica de España", según el Wall Street Journal

Londres Plaza / VÍCTOR JIMENEZ. 16/09/2010 La Comunitat Valenciana protagoniza hoy la portada de la edición electrónica del diario financiero Wall Street Journal con un extenso reportaje sobre el lastre inmobiliario: "una burbuja aún sin desinflar que amenaza con socavar la economía de España durante los próximos años"

LONDRES. La edición europea del Wall Street Journal no ha escatimado hoy hipérboles en su prolijo retrato del lugar que ocupa la Comunitat en la historia de la actual crisis económica española. El periódico financiero, uno de los más influyentes en los mercados del capital junto al londinense Financial Times, ha elegido la Costa Blanca como muestra del boom de la construcción y sus nefastos efectos: "La torre de Benidorm, en la región oriental de Valencia, se levanta sobre una franja de costa que en la última década pasó de ser una franja soleada de plantaciones de cítricos y tierras de cultivo a convertirse en uno de los mercados de la vivienda más especulativas en el planeta", asegura el artículo.

"La construcción a lo largo del litoral valenciano superó el auge de la construcción en otros lugares de España" se lee en las páginas del WSJ, "y representaba más del 12% de la economía de la región en 2008, más del doble que una década atrás. La industria creaba tantos puestos de trabajo que, en 2006, en el punto álgido del boom, el desempleo en la región, ahora un asombroso 24%, cayó por debajo de la media nacional. La demanda de trabajo era tal que los capataces se sabe que viajan de lugar de trabajo al sitio de trabajo al final del día, la caza furtiva de los rivales de toda la tripulación, ofreciendo un euro adicional por cada hora de los salarios."

El periodista Paulo Prada, especializado en cubrir el sector de la propiedad, afirma que "Torre Lugano es un ejemplo de la brecha entre los recientes sueños de España de la gloria económica y su realidad sombría. Unidades residenciales, alrededor de 1,5 millones de ellas sin terminar, sin vender o no deseadas, están dispersos en todo el país".

El diario cita al líder de la oposición en el parlamento autonómico para explicar la reacción de la clase política antes los cambios económicos: "¿Cómo le dices a alguien que lucha cada mañana por mantener su huerto de naranjos que se olvide de las oportunidades que se le abren ante sus ojos cuando un promotor le ofrece una fortuna de un día para el otro?", se pregunta Jorge Alarte, el líder del Partido Socialista de la región".

EL INVERSOR EXTRANJERO

Aunque sin aportar datos, el Wall Street Journal indica que "los capitalistas internacionales se han apartado del país, y los bancos españoles están sufriendo y han tenido que recurrir al Banco Central Europeo para mantener el crédito vital que fluye a través de la economía".

Según Prada, "los inversores creen que los bancos deben ser más transparentes sobre el número de préstamos incobrables y otros activos que tienen en sus libros. En lugar de revelar problemas de crédito, muchas entidades crediticias españolas han optado por refinanciar los préstamos que aún podrían quedar impagados y de esconder la cifra de propiedades embargadas o casas sin vender en los activos, a menudo sin publicar su caída de valor en el mercado. Incluso después de que muchos bancos hayan pasado este verano las pruebas de estrés, los economistas creen que tales activos siguen planteando un peligro."

El diario financiero internacional compara en el reportaje la pendiente de la economía española con la recesión experimentada en el Japón. "Durante años después del colapso económico de Japón en la década de 1990", explica Prada, "los bancos del país se aferraron a propiedades con problemas y otros activos no productivos con la esperanza de que el mercado se recuperaría. Ese capital se mantuvo encerrado en un sector convalesciente, lo que impidió financiar a los sectores más vitales de la economía. En 2002, el 8,4% de todos los préstamos en Japón fueron improductivos. En España, esta cifra ha sido del 5,4% en junio, frente a menos del 1% de hace sólo tres años".

Las implicaciones de esta situación para la zona euro también se tratan entre líneas: "España es la cuarta economía más grande que usa el euro, lo que representa aproximadamente el 11% de la producción total de la zona. Otras economías de la Europa tambaleante, como Grecia, Irlanda y Portugal, en conjunto representan aproximadamente el 6%".

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