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VALENCIA. La intervención militar de las tropas francesas en Mali ha puesto en primera página de la prensa internacional a este país centroafricano, azotado desde hace años por una guerra civil en la que los guerrilleros islamista y tuaregs controlan en norte y centro de su territorio.
La empresa valenciana de construcción Franjuán trabaja desde hace 13 años en Mauritaria con un socio local y fue con éste con quien desarrolló el proyecto de construcción de una carretera de 40 kilómetros entre las ciudades de Kita y Sesoko que incluía la construcción de un puente sobre el río Bakoke en la zona sur del país.
"El proyecto contó con el respaldo financiero de Banco Mundial y nos permitió trabajar para el Ministerio de Infraestructuras y Transporte malinés", señala Alberto Giner, director general de Franjuán a Valenciaplaza.com. "La gente de allí era estupenda y pudimos cumplir con el plazo de ejecución de 18 meses con absoluta normalidad", reconoce.
OBRAS CON ESCOLTA MILITAR
Distinto fue el segundo proyecto en el que se embarcaron en aquel país hace dos años. "Se trataba de una obra en Tombuctú, próxima a la actual zona de conflicto. Como las autoridades locales exigen que los aspirante a los proyectos visiten el lugar donde se va a construir, participamos en la visita con el resto de aspirantes a la licitación acompañados de una escolta militar", recuerda.
Aquella obra no llegó a buen puerto porque el secuestro de dos cooperantes españoles suspendió el desarrollo del proyecto. En todo caso, Giner advierte que es muy distinta la situación entre el norte del país, dominado por los rebeldes, y el sur, controlado por el Gobierno reconocido internacionalmente. "Parecen dos países distintos".
Aunque la coyuntura actual no anima a postularse en obras en aquel país, tanto Giner como fuentes de la federación de obra pública de la Comunitat Valenciana, Fecoval, advierten que la situación en el área es muy distinta según países. De hecho, además de Mauritania, hay otros destino con una estabilidad política que anima a la expansión en el África subsahariana, como Senegal o Costa de Marfil.
AFRICA, TERRITORIO DE EXPANSIÓN
"Actualmente encuentras empresas españolas en casi todas partes", reconoce Giner. Mientras las grandes compañías prefieren el mercado americano, las de mediano tamaño llevan años con presencia en el mercado africano. "Son países muy pobres, por lo que hay poca licitación, aunque se pueden encontrar proyectos interesantes con el respaldo del Banco Mundial , el Fondo de Ayuda al Desarrollo o el Banco Africano de Inversiones".
El procedimiento es idéntico al que se sigue en España. Se trata de licitaciones públicas a las que se presentan compañías de todo el mundo para infraestructuras que en otros países se pueden considerar como básicas. La participación junto a empresas locales suele ser una condición habitual, lo que permite contar con buenos contactos en el mercado de proveedores del país.
Pocas son las empresas que han tenido relaciones comerciales con Mali en los últimos años. De hecho, en la base de datos de Aduanas y las cámaras de comercio hay que bajar hasta 2010 para encontrar un intercambio comercial significativo desde la Comunitat Valenciana.
En ese ejercicio, se realizaron 226 operaciones de exportación por un valor de 2,5 millones de euros a cargo de trece empresas: Cerámica La Escandella, Crespania, Azulev, Vicente Gandía Pla, Dobata, Dimas, Zacarés Numeraciones, Valpercan, Granlux Shoes, Roda Ibérica, Cales Pascual, Kamikaze Karategui Española y Textil Casa-Moda.
La obra que realizó Franjuan tenía un presupuesto de 11 millones de euros y Giner reconoce que, si las circunstancias en aquel país se normalizaran volvería a valorar la presentación a los concursos públicos que se convocaran. Su empresa, que superó el pasado mes de mayo de la situación de concurso de acreedores, sigue luchando por salir de la crisis. "Somos una empresa familiar y aquí, hablar de la crisis, está prohibido", sentencia Giner.
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