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CONSTRUCtoras

El relevo de Falcones por Béjar en FCC anticipa cambios en las seis grandes

Á. LASO D'LOM / MADRID PLAZA. 11/01/2013 El desplome de obras y beneficios unido a la deuda acumulada son una tormenta perfecta muy difícil de combatir por parte de los gestores

MADRID. El inminente relevo de Baldomero Falcones por Juan Béjar como máximo ejecutivo de Fomento de Construcciones y Contratas (FCC) puede abrir un periodo de cambios en la gestión de los grandes grupos constructores nacionales, según han asegurado todos los analistas consultados a este diario.

FCC, controlada por Esther Koplowitz podría estudiar el relevo de Falcones cómo máximo ejecutivo y su sustitución por Béjar en una próxima reunión de su consejo de administración. Juan Béjar es actualmente presidente de Cementos Portland, filial cementera de FCC, y presidente de Globalvía, firma de concesiones participada por la constructora y Bankia.

El relevo en la cúpula de FCC tendría lugar cinco años después de que en diciembre de 2007 Baldomero Falcones fuera nombrado primer ejecutivo del grupo, pero muy poco después de que la dirección del grupo bajo el mando de Falcones decidiese no dar dividendos Juan Béjara sus accionistas para poder afrontar mejor la actual crisis.

OTROS CAMBIOS

El cambio de Falcones se produciría apenas un año después de la salida de Luis del Rivero de la presidencia de Sacyr, tras el plante de la mayor parte del consejo de este grupo en seguir su política sobre Repsol y la alianza firmada entonces con Pemex, a la que además en aquella ocasión se sumó sorpresivamente su hasta entonces número dos, Manuel Manrique, y fue nombrado presidente de la constructora. También Sacyr había dejado por aquel entonces de dar dividendos a sus accionistas.

En ACS parece que las aguas tampoco bajan limpias después de la fallida batalla dada por su presidente, Florentino Pérez, para hacerse con el control de Iberdrola contra el primer ejecutivo de la eléctrica, Ignacio Sánchez Galán. La constructora llegó a controlar entre participaciones directas y derivados más o menos un 20% de Iberdrola, pero esa posición se ha visto muy diluida en los últimos tiempos por la necesidad de la constructora de pagar los compromisos de su elevada deuda, 9.200 millones de euros, para lo que reducido sustancialmente su participación en la compañía eléctrica hasta prácticamente haber arrojado la toalla.

Algunos de los más importantes socios de ACS como el Grupo March y los empresarios Alberto Cortina y Alberto Alcocer, también han reducido en los últimos tiempos su participación, en algunos casos de forma traumática como el de los primos Cortina y Alcocer ya que les fueron ejecutadas por bancos acreedores. El presidente Florentino Pérez, también del club de fútbol Real Madrid, parece seguir contando por ahora con el apoyo dFlorentino Péreze sus socios, pero realmente nadie sabe hasta cuándo.

Hay más estabilidad en el resto del sector al tratarse de compañías con un origen muy familiar que sigue manteniendo el control. Los Del Pino siguen siendo hegemónicos en Ferrovial, Villar Mir y su familia son los dueños de OHL y los Entrecanales tienen la mayoría de Acciona, aunque hace ya mucho tiempo que las dos ramas familiares, los Entrecanales Domeq y los Entrecanales Franco, no opinan lo mismo sobre todos los asuntos.

La realidad es que los malos resultados económicos del sector, provocados por desplome de la contratación, unidos a la alta deuda acumulada por operaciones de diversificación fallidas, están siendo muy difíciles de combatir por parte de los gestores, que son cuestionados a cada paso en falso.

TORMENTA PERFECTA

El desplome de un 61,1% de la licitación de obra pública los primeros once meses del año, que suponen 3.000 millones menos de inversión, unido a la crisis inmobiliaria, con la paralización casi absoluta del subsector de la edificación, así como la falta de financiación derivada de la crisis financiera y el alto endeudamiento de las grandes empresas, que se produjo en los últimos años de bonanza, ha creado una especie de tormenta perfecta.

Y la caída de obras en España seguirá agravándose además en 2013 debido a que el Gobierno mantendrá su política de austeridad presupuestaria para cumplir con los objetivos de déficit público pactados con Bruselas.

Manuel ManriqueA septiembre pasado los malos resultados de ACS y Sacyr por sus operaciones energéticas fallidas sobre Iberdrola y Repsol, ya que ambas han tenido que vender con fuertes minusvalías, se han llevado por delante los resultados del sector.

Así, Sacyr tuvo un beneficio neto atribuible negativo de 701 millones y ACS de 1.099 y los del resto de las grandes, aunque positivos, tampoco fueron excesivamente buenos. FCC registró un beneficio neto atribuible de 40 millones, Acciona de 114, Ferrovial, la mejor y que además sigue disparada en Bolsa, de 488, y OHL de 184 millones.

Y también al cierre del tercer trimestre del año, estas seis compañías acumulaban una deuda neta de 44.608 millones de euros, prácticamente el doble de su capitalización conjunta que ronda los 23.000 millones ahora que la Bolsa parece que revive. La deuda está repartida así: ACS, 9.214 millones; Ferrovial, 5.609; Acciona, 7.689; FCC, 7.241; OHL 6.034; y Sacyr, 8.821 millones.

DIVERSIFICACIÓN EN ENERGÍA

Las seis grandes cotizadas, ACS, Ferrovial, Acciona, FCC, OHL y Sacyr, llevan años apostando por dos salidas a esta crisis, además de por ventas selectivas de activos maduros y no estratégicos. Se trata de la diversificación de sus negocios y la internacionalización, ambas con resultados hasta ahora todavía inciertos.

En el primer caso debido a la que apuesta mayoritaria de las grandes compañías fue la energía en dos distintas vías y hasta ahora no está resultando. Por un lado, el control de otras cotizadas como hicieron ACS con su hasta ahora fallida operación sobre Iberdrola, y Sacyr con Repsol, que tampoco ha dado sus frutos, aunque ambos grupos siguen teniendo todavía un alto porcentaje de capital de Iberdrola y de Repsol. Y en segundo lugar por el sector de las renovables, que tampoco atraviesa su mejor momento tras la moratoria del Gobierno y las nuevas leyes recientemente aprobadas por el Parlamento.

En mayor o menor medida, todas las constructoras han entrado en este subsector energético, sobre todo Acciona que ya es casi más una empresa de energía que una constructora si se analiza su cuenta de resultados.

DIFÍCIL INTERNACIONALIZACIÓN

Respecto a la internacionalización, en la que están todos los grandes grupos además con éxito, se trata de un proceso que está saliendo bien, pero que es una apuesta de muy largo plazo y donde los resultados tardan en sentirse de verdad en las cuentas de resultados de las empresas, aseguran los analistas. Sirva como dato que hasta septiembre de este año el 81,2% de la cartera de contratos pendientes de ejecutar de las seis grandes constructoras cotizadas estaba fuera de España y sumaba la cifra récord de 72.849 millones de euros, importe que casi cuadruplica al de los contratos que ejecutarán en España, que ronda los 16.859 millones. Y que hay obras emblemáticas por todo el mundo obtenidas por grupos españoles.

FCC anunció el pasado diciembre que ganaba su primer contrato en Brasil con la construcción de una terminal en el muelle del puerto de Açu con un presupuesto de 407 millones. También ACS se ha adjudicado ese mes el Metro ligero de Ottawa (Canadá) por 1.620 millones de euros.

Sacyr, que está realizando las obras de ampliación del Canal de Panamá, se adjudicó las obras de mejora de la autopista Santiago-Oriente en Chile por 33 millones de euros, pero es que desde que Sacyr Chile comenzó su actividad en 1996 hasta la fecha ha ejecutado proyectos de obra civil e infraestructura por valor de 2.000 millones de euros y, en la actualidad, cuenta con una cartera de obra de 1.000 millones de euros. Y Ferrovial se hizo en septiembre pasado con el contrato de obras de construcción y financiación de una autopista en Virginia, en Estados Unidos, por un importe de 1.079 millones de euros. Y estos son sólo los ejemplos más recientes, pero hay muchos más.

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