La extrema situación económica que arrastran y que puede llevar a la quiebra de la alicantina Coepa anima a una integración de las tres provinciales en la autonómica Cierval, como ha reconocido el presidente de CEV, Salvador Navarro
VALENCIA. El sistema de organización patronal de los últimos treinta años en la Comunitat Valenciana puede llegar a su fin. Por primera vez, el presidente de una de las tres patronales provinciales ha barajado su desaparición por medio de una fusión con la autonómica Cierval.
Según ha comentado el presidente de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), Salvado Navarro, tras un encuentro protocolario con el presidente de la Diputación de Valencia, Alfonso Rus, la deriva de la actual situación económica en general y la de las cuentas de las organizaciones empresariales en particular ha hecho que sea planteable esta opción, que significaría renunciar a la autonomía que actualmente disfrutan.
Navarro ha asegurado que desde su organización estaría dispuesto a abordar con Cierval la posible integración de las patronales de la Comunitat, aunque siempre con el condicionante de que cualquier iniciativa fuera secundada también por la alicantina Coepa y por la Confederación Empresarial Castellonense (CEC).
En todo caso, la propuesta no ha sido concretada oficialmente y el presidente asegura que no se está trabajando "de momento" en ello. De cualquier modo, ha apuntado que cualquier iniciativa de las otras dos organizaciones para desarrollar la misma modalidad de gestión y ganar sinergias, "bienvenida sea".
EL MODELO CATALÁN
Predicando con el ejemplo, el propio Navarro prevé que la asamblea de su organización prevista para los meses de marzo o abril apruebe la fusión de la CEV con la Confederación Empresarial de la Pequeña y Mediana Empresa Valenciana (Cepymev) que ya comparten sede, presidente y secretario general.
La opción de aglutinar esfuerzos en una única patronal de alcance autonómico ha sido una alternativa largamente acariciada desde Valencia, donde se encuentra la sede la autonómica Cierval que ha tenido al frente a expresidentes de la CEV desde 1999, concretamente a Rafael Ferrando (1999-2011) y a José Vicente González (2011 y en la actualidad).
Esta posibilidad, que sigue el modelo de las patronales catalanas agrupadas entorno a Foment de Treball Nacional, ha contado con la oposición de las provinciales de Castellón y Alicante, aunque en distinto grado. Mientras en la castellonense CEC, presidida desde hace décadas por el veterano empresario José Roca, se prefería ceder independencia a cambio de conservar determinados puestos clave, como la presidencia de la Sociedad de Garantía Recíproca (SGR); en la alicantina Coepa, la opción se rechazaba de raíz.
Sin embargo, el eficaz equilibrio de poderes provinciales que han sabido conjugar tanto Ferrando como González, sumado a la situación económica que atraviesa Coepa (que pone en riesgo su continuidad), han hecho posible que, por primera vez, esta opción sea reconocida públicamente.
LA EXTREMA SITUACIÓN DE COEPA
Aunque todas las patronales, a excepción de la CEC, han tenido que aplicar contundentes recortes de plantilla y han reducido o eliminado su red de delegaciones después de presentar pérdidas continuadas y sufrir multimillonarios impagos de la Administración valenciana desde 2010; en Alicante la situación se acerca a la declaración de quiebra.
Tras una crisis institucional que llevó a la sucesión de tres presidentes en sólo dos meses, el pasado mes de marzo, su nuevo responsable, Moisés Jiménez, ha tenido que poner a la venta la sede de la organización, preparar dos expedientes de regulación de empleo sobre la práctica totalidad de su plantilla y plantear el cierre de sus oficinas en Elche, Orihuela y Dénia.
Aunque ya se había producido la salida pacta de 15 de sus 84 trabajadores en diciembre de 2011, la organización acordó en mayo la suspensión de empleo temporal de 32 contratos y la reducción de jornada de otros 34. Al cumplirse el periodo de aplicación del expediente el 31 de diciembre de 2012 y ante el empeoramiento de la situación económica de la entidad, la dirección está ultimando el despido definitivo de los 32 afectados por el expediente temporal, la suspensión temporal de 11 y una nueva reducción de jornada a otros 22.
De este modo, únicamente cuatro trabajadores mantendrían la situación laboral con la que contaban en noviembre de 2011. Aún así, la organización intenta evitar al declaración de concurso de acreedores por la situación a la que le ha llevado los impagos de la Generalitat (7 millones de euros) y el pago de la deuda generada por distintas iniciativas realizadas en tiempos de auge económico como el Centro de Cualificación.
Según las cuentas presentadas respecto al ejercicio de 2011, Coepa registró una pérdidas en ese ejercicio de 270.000 euros, frente a las de 246.414 euros de CEV, que sin embargo no ha experimentado una caída de ingresos tan significativa como la alicantina y no sufre la división interna que demuestra Coepa en cada asamblea.
Mucho gallo para chupar de cada vez menos subvenciones con chiringuitos de formación entre otros. Que cumplan con su función de representación y se financien con las cuotas de sus afiliados, lo mismo les digo a los sindicatos.
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