VALENCIA (VP). El Centro Cultural de Bancaja, la sede de la Fundación de la caja valenciana, acoge esta tarde a las siete a los 200 asambleístas que tendrán que votar a favor o en contra del Sistema de Protección Institucional (SIP). Lo mismo harán los asambleísta de las otras seis cajas que integran la 'fusión fría', es decir, Caja Madrid, Caja Insular de Canarias, Caja de Ávila, Caja Rioja, Caja Segovia y Caixa Laietana.
Para obtener el visto bueno a la operación es necesario el respaldo de dos tercios de una asamblea que representa los intereses sociales y colectivos de actuación de la caja valenciana. De hecho, entre otras facultades que le asignan los estatutos sociales, le corresponde definir las líneas generales del plan de actuación de la entidad, aprobar la aplicación de los excedentes a los fines propios de la caja y crear y disolver las obras benéfico-sociales, aprobando sus presupuestos anuales y la gestión y liquidación de los mismos.
Actualmente, los impositores -los clientes de pasivo- representan el 33% de la asamblea con 66 miembros, la Generalitat Valenciana y las corporaciones municipales el 25% por cabeza (50), los empleados el 12% (24) y la entidad fundadora el 5% restante, o lo que es lo mismo 10 miembros.
Según fuentes consultadas por VP dentro de Bancaja, la 'fusión fría' va a recibir el visto bueno de la la mayor parte de los asambleístas incluidos los sindicatos. "Más del 85% van a refrendar el acuerdo", advierte un veterano trabajador, que sin embargo también alerta de la inquietud que se vive dentro de la plantilla de Pintor Sorolla ante la posibilidad de que más pronto que tarde se lleve a cabo un expediente de regulación de empleo (ERE).
Precisamente el sindicato mayoritario de la caja, el SATE, emitió ayer un comunicado donde advertía abiertamente de tal posibilidad. Sin embargo, dicho sindicato dejó claro que "la identificación de ERE con despidos y bajas obligatorias es una intoxicación lamentable e innecesaria".
Para el SATE, la existencia de un ERE "tiene implicaciones de ahorro en costes para la empresa y ventajas fiscales para el prejubilado, pero no debe entenderse como despidos y bajas obligatorias porque en un ERE puede constituirse sobre la base de bajas voluntarias, como será el caso de Bancaja".
Desde otro sindicato, UGT Bancaixa, su secretario general Rafael Guillem ha manifestado a este diario que "la palabra ERE no salió en ningún momento a relucir en las conversaciones del pasado viernes". Guillem recordó a VP que la mayor parte de los puntos acordados garantizan el futuro de los trabajadores/as que se quedarán en las entidades y el SIP tras el proceso de salidas de personal. "Nuestra mayor preocupación ha sido la garantía y la mejora de las condiciones de quienes se quedan".
Para Guillem a partir de mañana hay que pensar ya en la segunda parte de la negociación, "que debe estar finalizada antes del próximo 31 de diciembre".
¿ENTRA EN ESTAS NEGOCIACIONES LOS SINDICATOS DE LOS EMPLEADOS DEL BANCO DE VALENCIA?
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