WASHINTON (EFECOM). El Fondo Monetario Internacional (FMI) reconoce en un informe que algunos de sus pronósticos subestimaron los efectos de las medidas de austeridad en el desempleo y el crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB).
El documento, firmado por el economista jefe del Fondo, Olivier Blanchard, y Daniel Leigh, concluye en uno de sus puntos: "Hemos encontrado que los que hicieron estos pronósticos subestimaron significativamente el incremento en el desempleo y la caída en el consumo privado y la inversión asociados a la consolidación fiscal".
El informe, publicado este jueves, analiza el efecto de los "multiplicadores fiscales", que estiman la capacidad de una economía en recesión para hacer recortes de gasto y subidas de impuestos en el corto plazo con la esperanza de conseguir una recuperación rápida.
Por ejemplo, se podrían dar casos en economías avanzadas, como las europeas, en las que un euro de consolidación fiscal suponga una pérdida de más de un euro en el PIB del país, cuando en algunos casos se estimó que esta pérdida sería de la mitad, lo que justificaba un fuerte ajuste para reconducir la economía.
En un comentario remitido a Efe por correo electrónico, Blanchard reconoce que el FMI hará cambios en la manera en que evalúa la necesidad de la austeridad en economías desarrolladas como las de Europa, donde algunos países en crisis no está obteniendo los resultados esperados pese a las medidas de consolidación.
"En algunos países hemos revisado nuestros pronósticos para reflejar ésta y otras investigaciones. Por ejemplo, en Portugal, hemos relajado los objetivos de déficit", indicó Blanchard.
El documento, altamente técnico, desarrolla una preocupación que ya apuntó el Fondo en su Informe de Perspectivas Económicas Globales en octubre del año pasado, en el que reconocía que el efecto multiplicador de los recortes y subidas de impuestos era más negativo de lo esperado en economías desarrolladas durante la recaída de la crisis.
Según indicó a Efe una portavoz del Fondo, el documento de trabajo señala que los pronósticos sobre el efecto de la austeridad han demostrado no ser tan fiables en el segundo estadio de la crisis económica, en comparación con los primeros estadios en 2009 y 2010.
Esto también incluye los análisis realizados por otros organismos que evalúan el impacto de las reformas, como la Comisión Europea (CE) o la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
No obstante, el FMI indica en este último informe que sus conclusiones "no implican que la consolidación fiscal no es deseable". Según el Fondo cada país debe diseñar su postura sobre el ajuste fiscal no solo pensando en el corto plazo, sino con una estrategia más compleja.
"Los efectos a corto plazo de la política fiscal en la actividad económica son solo uno de los muchos factores que se deben considerar para determinar el ritmo adecuado de consolidación fiscal en un país", concluye el documento.
"Si miramos a la crisis, los efectos (de la austeridad) son diferentes ahora en comparación con 2009 y 2010", indicó la portavoz del Fondo, que recuerda que estas conclusiones son aplicables a economías desarrolladas en apuros.
Es sorprendente la lentitud con que el FMI se da cuenta de cosas que parecen obvias incluso al profano. Da que pensar, como siempre en el caso de los que gobiernan los "grandes números", que determinados intereses de unos pocos siempre están por encima de los intereses de la mayoría. Si ahora piensan rectificar las políticas que han llevado hasta ahora, no es pensando en las personas, si no puramente en el interés de los acreedores. Esta falta inconcebible de principios espero que lleve a la propia destrucción del FMI a medio plazo. Lo siguiente en que el FMI tendrá que dar su brazo a torcer es el fracaso de las reformas laborales de liberalización: las empresas ajustan plantillas de forma global (por país) lo que hace que la demanda baje de forma geométrica (los despedidos y los que están en riesgo de despido, o sea, casi todos, dejan de consumir), lo que provoca a su vez necesidad de más despidos, en una espiral autodestructiva cuyo fin sólo se encuentra en la exportación y en la conversión de los ciudadanos en mano de obra con sueldos similares a china, y por tanto, sin consumo interior. El aumento de contrataciones que se ha dado en los últimos meses responde a este perfil. Un tipo de trabajador que no aumentará el consumo interior (solo dispondrán de fondos de subsistencia) y que de no ser destinados a un trabajo para la exportación, volverán irremisiblemente a la cola del paro en poco tiempo. Puede que España desafíe las reglas del FMI, pero en este país, sin seguridad no hay consumo, y sin consumo no hay trabajo. El gobierno todavía está a tiempo de corregir las perniciosas políticas que nos están abocando al agujero...aunque antes hay que conseguir la rebaja de los objetivos de déficit a corto plazo. Parece que el FMI va reconsiderando sus posturas. Más les vale si quieren cobrar la deuda algún día.
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