MADRID. Esperemos que, como dice el Gobierno, el año que comienza sea el de la recuperación, pero grandes compañías españolas del Ibex 35 no están precisamente en su mejor momento y deberán ajustar todavía mucho sus actuaciones para poder sobrevivir en las condiciones de inestabilidad que les está provocando la actual crisis, han asegurado a este diario numerosos analistas consultados.
La caída de los beneficios durante el pasado ejercicio, unida a la de la capitalización que lleva ya varios años efectuándose, y la inestabilidad provocada por el hecho de que muchas de estas grandes empresas industriales están todavía participadas por el desahuciado sector de las cajas de ahorros, todavía en medio de las sucesivas reformas financieras del Gobierno, componen un panorama bastante negativo.
Panorama que además se complica aún más por la todavía acuciante falta de financiación, la mayor presión fiscal y las desventajas que estas grandes empresas españolas están sufriendo en sus inversiones internacionales como consecuencia del efecto contagio de la marca España.
LOS RESULTADOS CAEN MÁS DEL 62% Y EL IBEX UN 4,6%
El beneficio de las empresas del Ibex 35 hasta septiembre cayó un 62,49% hasta los 11.010 millones, de manera que es casi seguro que 2012 haya sido el segundo año consecutivo de caída de resultados y el de más duro ajuste en la mayor parte de empresas con medidas de reducción de empleo, de salarios, no reparto de dividendos, etc.
Por lo que se refiere a la caída del Ibex 35, al final ha sido del 4,6% pero ya acumula tres años consecutivos de pérdidas tras el recorte del 13,11% en 2011 y del 17% que sufrió durante 2010, año en el que se empezó de verdad a cuestionarse la viabilidad de las cuentas públicas de España.
Planes de ajuste laboral y rebajas salariales, ventas selectivas de activos no estratégicos que no dejan de producirse, así como el cuidado al máximo de la acción y, sobre todo, la apuesta contínua por los ingresos derivados de la actividad internacional son las recetas que los analistas dan para la mayor parte de estos grandes grupos españoles en 2013.
IBERIA, ENTRE BRITISH Y EL GOBIERNO
Iberia es un ejemplo evidente. Aunque está aguantando en Bolsa, está en medio de un proceso de fusión con British Airways (BA) y sufre las consecuencias de la crisis con un grave desplome de su actividad y sus números (hasta un millón de euros diarios de pérdidas), para lo que ha puesto en marcha un plan de recorte de gastos con 4.500 despidos y busca mejoras de la productividad que rechazan la mayor parte de sus sindicatos y hasta una parte del Gobierno.
Es evidente que la ministra de Fomento, Ana Pastor, recela de los planes de Iberia y no le gusta que BA se encuentre en una mejor situación económica y pudiera optar a rutas que deje de volar Iberia, lo que las dos aerolíneas están desmintiendo cada día pero con poco éxito hasta la fecha.
Por si todo ello fuera poco, su mayor accionista con cerca del 13% del capital es BFA-Bankia, antigua caja nacionalizada a la que además Bruselas obligará a vender sus participaciones industriales, entre ellas la de Iberia. Un coctel explosivo para el equipo directivo que encabeza Antonio Vázquez, deberá resolver este año, aunque es un puzzle con demasiadas aristas.
Repsol tiene también un año difícil por delante, derivado de la expropiación de YPF por el Gobierno argentino de Cristina Fernández de Kirchner, que deja en entredicho su futura producción al haber perdido de una tacada sus mayores pozos, y lo que es peor el gran futuro que se abría para la petrolera con los yacimientos de Vaca Muerta en ese país, valorados en 22.807 millones de barriles.
BATALLAS JURÍDICAS AL ACECHO
Esta expropiación la está obligando además a emprender una batalla jurídica tanto contra el propio gobierno argentino, en demanda de una indemnización que nunca será suficiente para lo perdido, pero también contra las multinacionales de su sector a las que está animando YPF para que la ayuden a explotar los yacimientos de Vaca Muerta.
Hasta la fecha sólo ha dado un paso al frente en este vidrioso asunto al norteamericana Chevron, que ya ha sido convenientemente apercibida por Repsol en juzgados de Nueva York y Madrid, pero no es descartable que aparezcan otras, y por supuesto grupos argentinos como Bridas, de la familia Bulgueroni, muy presionados por el gobierno peronista de la viuda de Nestor Kirchner, ya han dicho que sí a las peticiones de YPF.
CAIXABANK Y LA REORDENACIÓN BANCARIA
Pero la petrolera presidida por Antonio Brufau, a quién sus enemigos llevan años viendo al final de su mandato, tiene más frentes abiertos. Su mayor accionista, Caixabank, con el 12%, necesita liquidez para cumplir todas las exigencias de capital de las reformas y está en medio de una reordenación del mapa bancario que su presidente Isidro Faine quiere superar a toda costa para lo que ya ha adquirido Banca Cívica y Banco de Valencia. Pero todavía es un gigante con pies de barro y necesitará más adquisiciones y también un duro ajuste. Además, la entidad catalana puede verse muy afectada por el proceso secesionista de Cataluña que lidera Artur Mas y sus socios de ERC.
También la constructora Sacyr, con fuerte presencia de cajas nacionalizadas en su accionariado como Novagalicia y Bankia, es un foco de inestabilidad para Repsol. En su momento le dejó un regalo en forma del 5% de autocartera cuando la petrolera tuvo que adquirir el 10% de sus propias acciones para romper la alianza Sacyr-Pemex.
PEMEX SE LO PIENSA
Asimismo, su otro accionista importante, la empresa pública mexicana Pemex, con algo más del 9%, con la que Repsol tiene cerrado un precario pacto de no agresión, todavía no ha explicado sus planes para el grupo que preside Brufau. La alianza Sacyr-Pemex que hizo doblar su participación a la mexicana dejó heridas por todas partes. No obstante, hay que esperar a ver que deciden los nuevos gestores de Pemex surgidos tras el nuevo gobierno de Peña Nieto en el país centroamericano.
Iberdrola, por su parte, no ha podido celebrar tanto como hubiera querido que su accionista ACS haya dejado de ser su mayor problema, tras verse obligada a vender parte de sus acciones en la eléctrica que preside Ignacio Sánchez Galán para poder refinanciar los créditos con los que compró esos títulos. Ha sido una victoria poco celebrada.
La eléctrica, igual que el resto de su sector, debe afrontar este año la reforma impositiva del Gobierno para acabar con el déficit de tarifa. Pero además, seguramente para frenar a Florentino Pérez, Galán creó una base accionarial en la que están muy presentes las antiguas cajas de ahorros, que mantienen cerca del 15% del capital de Iberdrola. Al margen de la Kuxtxa con un 7%, que es un accionista histórico, Bankia tiene un 5% que tiene que vender y entre Unicaja y otras más pequeñas tienen también participaciones superiores al 2%.
VENTA DE ACTIVOS NO ESTRATÉGICOS
La Bolsa sigue sin acompañar y en pocos ejercicios Iberdrola ha visto convertida en menos de la mitad su capitalización. En 2012 no logró levantar cabeza en este sentido y sus acciones se depreciaron casi un 15%.
La eléctrica ha vendido en 2012 activos no estratégicos por importe de 850 millones, desde plantas eólicas en Grecia y Alemania hasta una parte de Medgaz, entre otras operaciones, todas ellas para cubrir su plan financiero de ingresar por estas enajenaciones unos 2.000 millones hasta 2014.
IBERDROLA ENTRA EN EL CLUB DE EXPROPIADOS
Para colmo de males, Iberdrola acaba de unirse al selecto club de expropiados en Iberoamérica, del que ya forman Repsol y Red Eléctrica Española (REE), tras la decisión del presidente boliviano Evo Morales, de nacionalizar la distribución de energía en su país.
En Endesa las aguas tampoco bajan precisamente calmas ya que hay un enfrentamiento muy directo entre el presidente español, Borja Prado, y el consejero delegado italiano, Andrea Brentan, sobre la forma de gestionar la mayor eléctrica española en manos de la empresa pública italiana Enel.
Hay incluso rumores de que tras segregar las actividades de renovables de la matriz así como todos los negocios en Iberoamérica en la chilena Enersis, los italianos podrían plantearse su salida de Endesa, aunque no parece probable. De momento se habla de una opa de exclusión de Bolsa dado el escaso free float de Endesa, también afectada por las medidas para reducir el déficit de tarifa.
PUGNA ENTRE PRADO Y BRENTAN
Las incógnitas sobre la compañía se despejarán según evoluciona la pugna entre Brentan y Borja Prado, que en 2013 también pensó que Repsol podría ser un buen destino para él e intentó desestabilizar a Brufau en su sillón.
En el caso de Telefónica, la empresa presidida por Cesáreo Alierta lleva haciendo los deberes desde mediados de 2012, cuando sorprendió al mercado anunciando que no quería correr riesgos financieros y decidió como medida "excepcional y puntual" suspender el dividendo y la recompra de acciones correspondientes a 2012, todo un shock de las famosas "Matildes". La operadora justificó la medida en la necesidad de reducir riesgos, dado el contexto económico y financiero de España. Telefónica no cancelaba la remuneración al accionista desde 2003 tras la crisis de las puntocom.
'SHOCK' PARA LAS MATILDES Y DESPLOME DEL MÓVIL
Y el tiempo la ha dado la razón, la telefonía móvil perdió el pasado mes de junio un total de 238.428 líneas, lo que supuso el quinto mes consecutivo de retrocesos, debido fundamentalmente a la pérdidas sufridas por Movistar y Vodafone. Desde diciembre de 2011 hasta finales de junio de 2012 un total de 1.112.308 líneas móviles han abandonado el mercado. Y en buena parte se debió a los registros de Movistar y Vodafone, que en el último mes perdieron 201.830 y 160.940 líneas, respectivamente, es decir, están en caída libre, y se trata de un negocio básico para la operadora que preside Alierta.
La caída bursátil de la compañía hay sido muy alta también este año, al acercarse al 25%, lo que la hace más apetecible para cualquiera. Asimismo, la deuda es otro de los puntos del grupo de telecomunicaciones español. Sus financieros han dicho que esperan terminar el 2012 en 50.000 millones, sobre todo por la venta o la salida a Bolsa de alguno de sus negocios en Iberoamérica, pero estas actividades no están previstas hasta 2013.
APALANCAMIENTO DE LA CONSTRUCCIÓN
Finalmente, también están en situación inestable y muy baratas de precio, algunas de las mayores constructoras españolas, aunque su alto nivel de apalancamiento las protege. Las seis grandes empresas de infraestructuras españolas, ACS, Ferrovial, Acciona, FCC, Sacyr y OHL, acumulaban a finales del tercer trimestre del año una deuda conjunta de 44.608 millones de euros.
Esta deuda, unida al desplome de la licitación, tanto pública (61% hasta septiembre), también en caída libre como los móviles, como la privada por la crisis de la edificación, así como la agónica situación de las concesionarias de autopistas, muchas de ellas ya en fase concursal, crean un coctel explosivo, que estos grupos deberán gestionar con mucho tino este 2013.
ACS y Sacyr, que este año ha perdido casi un 60% de capitalización, han dado pérdidas millonarias el tercer trimestre, 1.099 y 701 millones respectivamente, por las operaciones sobre Iberdrola y Repsol, pero FCC también acaba de suspender el dividendo a sus accionistas por mucho que haya afectado directamente a su principal accionista Esther Koplowitz.
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