La crisis está provocando que familias enteras, inmigrantes regulares y españoles acudan al comedor social. La entidad pide ayuda urgente a ciudadanos y empresas

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VALENCIA (VP/AGENCIAS) La crisis se percibe en el parqué de las bolsas, en las entidades financieras, en las colas de los servicios de empleo, pero sobretodo en entidades benéficas que se dedican a ayudar a los que menos tienen. 

Un ejemplo de esta labor es la Casa de la Caridad de Valencia que durante el último año se tuvo que emplear a fondo para atender a todos los que acudieron a pedir algo para comer. En total, se repartieron 340.356 ayudas alimenticias, contando con los servicios del comedor, la guardería infantil y el albergue, lo que supone volver, según Antonio Casanova, presidente de la entidad, "a cifras de la posguerra".

Y como este año la cosa sigue igual, Casanova urge a la clase política a "que tomen decisiones" porque estamos ante "una emergencia nacional" y que "reduzcan el derroche y las inversiones sin sentido que no sirven para nada".

Casanova explicó que esta situación económica ha traído consigo un cambio de perfil de modo que si antes se centraba en los sin techo y personas con problemas de exclusión social, como las drogas o el alcohol, son ahora los inmigrantes en situación irregular, familias enteras y españoles los nuevos usuarios de este comedor social.

De hecho, los inmigrantes regulares representan en torno al 23% de los usuarios. Se trata de persona jóvenes, de entre 21 y 40 años, procedentes de la construcción o la hostelería que al quedarse sin empleo y su permiso de trabajo ven peligrar ahora su permiso de residencia.

No obstante, también han aumentado las atenciones a españoles, con un total de 35.221 en 2009 un 95,6% más, que "a diferencias de otras épocas son personas normalizadas, pero que no tienen recursos económicos", aclaró Casonava.

LLAMAMIENTO A CIUDADANOS Y EMPRESAS

Este año se necesitarán 6.900 euros diarios para abrir las persianas de Casa. Son 600 euros más que el año anterior, lo que supone contar con un presupuesto de 2.477.000, de los que sólo tienen garantizado un 50% gracias a las aportaciones de las empresas solidarias, que aportaron 340.000 euros, de los socios, y de las instituciones públicas, que dieron 950.000 euros en 2009.

Así, el pasado año las empresas solidarias financiaron 262 de las 365 comidas; los socios, que han crecido un 155 hasta llegar a los 2.438 y a las aportaciones de los donantes, que han aumentado un 100% hasta llegar a los 5.400 euros.

Sin embargo, Casanova mostró su preocupación por no poder conseguir el 50% de los recursos necesarios que aún no tienen garantizados y apeló a la solidaridad de los valencianos ya que hacerse socio sólo cuesta 10 euros mensuales.

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