Comparte esta noticia

• Tweet
• meneame

Otras noticias

• AitanaStar, pulseras con tecnología QR para situaciones de emergencia
• La UPV lanza un concurso para "reinventar" la Universidad
• Llega a Valencia Metricson, una firma de abogacía especializada en 'startups'

MADRID. La negociación entre la dirección de Iberia y sus sindicatos, sobre todo el Sepla, se está convirtiendo en una auténtica partida de ajedrez al máximo nivel, llena de estrategias absolutamente alambicadas por la propia marcha de la negociación y el revuelo político armado por su famoso Plan de Transformación que hizo saltar chispas en el Ejecutivo de Rajoy. Sobre todo los gestores de la aerolínea y los de la sección sindical del Sepla están jugando un juego medido en el que tratan de no dar un paso en falso pensando siempre antes los movimientos de su adversario.

Así, contra todo pronóstico, la compañía aérea presidida por Antonio Vázquez, de momento no ha recurrido el segundo laudo arbitral del catedrático Jaime Montalvo, como todo parecía indicar, mi parece que tenga intención de hacerlo. Es una bala en la recámara para la partida que queda por jugar. Y es así pese a que todo parecía indicar lo contrario, sobre todo tras la reciente carta que Iberia le envió a Montalvo cuando supo que estaba redactando el segundo laudo y en la que directamente le dijo que no le consideraba imparcial.

Es evidente que Iberia no ha querido volver a enfrentarse con la ministra de Fomento, Ana Pastor, que es la que puso a Montalvo como mediador en este conflicto laboral, y a la que la impugnación de la aerolínea al árbitro sentó muy mal y no hay más que recordar sus duras declaraciones. Así que Iberia y su socia en IAG British Airways han preferido por el momento no abrir otro frente de enfrentamiento directo con el Gobierno español.

La diferencia entre el anterior laudo y el actual es que pese a que Montalvo mantiene el escalafón único entre los pilotos de Iberia y los de su filial de bajo coste Iberia Express, propone una fuerte rebaja salarial para los pilotos nuevos que se incorporen a la aerolínea, en entorno del 40%, así como algunas mejoras de productividad para este colectivo, que tampoco le habrán parecido mal Iberia.

El Sepla, por su parte, igual que Iberia está haciendo que sus servicios jurídicos estudien el nuevo laudo arbitral y hasta la fecha tampoco se ha decidido a impugnarlo, quizás por el hecho de que esa fuerte rebaja salarial que se propone para los nuevos pilotos no afectará a los cerca de 1.500 pilotos que actualmente componen la plantilla de Iberia, y que es a los que se debe en primera instancia al ser sus afiliados.

De manera que todos siguen jugando con el laudo y mantienen la posible impugnación en suspenso por lo que pueda pasar, pero nada más. Las espadas siguen en alto. Además, Iberia ha citado por carta al Sepla para una reunión el próximo miércoles 2 de enero con el fin de sentarse a negociar el Plan de Transformación, tal y como lo está haciendo ya con los representantes del restante 93% de la plantilla.

A esta reunión acudirá el Sepla, según ha confirmado ya el sindicato de pilotos. Pero además asiste con un as en la manga que puede trastocar los planes de la dirección de Iberia. El Sepla se reunió ayer con el resto de sindicatos y les ha convencido sobre algunas de sus principales reivindicaciones para negociar y por lo que alguna vez ya han acabado sin acuerdo sus propias reuniones con Iberia. Se trata de incluir en la negociación un plan de futuro que implique dos conceptos: crecimiento y recuperar producción.

De esta manera el jefe de la sección sindical del Sepla en Iberia, Justo Peral, obtiene una unidad de acción con las restantes centrales mayoritarias como UGT y CC.OO. de cara a su próximo encuentro con la dirección de la aerolínea.

Los seis puntos que ayer le ratificaron el resto de sindicatos son: 1/ Crecimiento y consolidación de Iberia como líder entre rutas entre Europa y Latinoamérica, 2/ Recuperar producción y negocios cedidos a terceros (British Airways (BA), American, Vueling, Air Nostrum, etc), 3/ Cumplimiento de las clausulas de salvaguarda de los acuerdos de fusión, en particular los referidos a la incidencia financiera sobre IAG del déficit de los fondos de pensiones de BA y al desarrollo preferente del aeropuerto de Barajas, 4/ Cumplimiento de los compromisos del folleto elaborado por IAG con motivo de la fusión, 5/ La aplicación únicamente del ERE vigente 72/01 y finalmente, 6/ La no segregación de negocios de Iberia y la recuperación y generación de nuevos ingresos en todos ellos. En definitiva, un paquete de medidas contrarias al famoso Plan de Transformación que Iberia ya ha rechazado en más de una ocasión.

Iberia afirma en su misiva que una vez conocido el laudo arbitral, y donde el propio árbitro admite que el laudo "debe ser contemplado cómo un punto de partida más que como un final de llegada".

El propio árbitro señala que dadas las difíciles  circunstancias económicas y organizativas que afectan a la empresa y la complejidad del proceso, el plan de reconversión debe abordarse a partir de ahora en negociación con las partes implicadas. De manera, añade Iberia que el laudo no representa un impedimento para "negociar nuevas condiciones de trabajo con los tripulantes pilotos en orden, sobre todo, a obtener mejoras de productividad y abaratar los costes salariales". El laudo deja abierta la posibilidad de negociar algunas de las permanentes demandas de la dirección a los pilotos como las tripulaciones dobladas y los tiempos de incorporación a la actividad.

La aerolínea termina su misiva asegurando que en referencia al proceso de negociación en marcha con el resto de sindicatos, al que Iberia espera se sume el Sepla, el árbitro contempla también que "la adecuada valoración, judicial o administrativa, de determinadas circunstancias económicas los contenidos del laudo, materialmente negociables, son susceptibles de quedar afectados por procedimientos de inaplicación o modificación, en los términos previstos en nuestro ordenamiento". Más claro, el agua.