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VALENCIA. Guerra de patronos. La redefinición de la nueva estructura del poder empresarial mantiene las espadas en todo lo alto entre las cámaras de comercio españolas y las patronales, capitaneadas por la confederación patronal CEOE.

El fin de la cuota cameral y las reducciones de ingresos de las organizaciones empresariales (sumada en el caso valenciano de los impagos millonarios por parte de la Generalitat) ha obligado a un nuevo reparto de funciones que evite el solapamiento y las duplicidades.

Y en esta cuestión ha venido el enfrentamiento. A pesar de que la nueva Ley de cámaras ya debería haber salido adelante, fuentes conocedoras del proceso aseguran que la CEOE ha frenado su tramitación para ganar definitivamente cuota en aspectos que, en un principio iban a ser competencia exclusiva de las cámaras.

REPARTO DE FUNCIONES

La clave de la controversia está en aspectos tales como la internacionalización, la formación y la capacidad arbitral en caso de conflicto. A pesar de que el sistema cameral es el sistema reconocido en casi todos los países del mundo, la patronales quieren conservar e incrementar le poder al que accedieron en los años 70 tanto en la esfera territorial como estatal.

De hecho, una de las propuestas que está sobre la mesa es reducir la capacidad territorial de las cámaras en beneficio de las organizaciones empresariales provinciales y autonómicas, reduciendo la estructura actual de su competidor a una única Cámara de Comercio de España que simples delegaciones territoriales.

Esta propuesta, que todavía no es firme, generaría un enfrentamiento con las cámaras vascas, catalanas y navarras, contrarias a perder competencias en favor de una estructura superior en la que sus intereses quedarían reducidos al mínimo común con el resto de territoriales.

PROCESO DE ALIANZAS

En el caso de la Comunitat Valenciana, los pasos que dieron al inicio de año para fusionar comisiones y definir el reparto de competencias entre la Cámara de Comercio de Valencia, presidida por José Vicente Morata, y la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), comandada por Salvador Navarro, se ha visto frenado por distintas circunstancias.

Aunque ya fundieron las comisiones de Turismo y Comercio y se está estudiando hacer lo propio con las de Industria y la de Servicios avanzados e innovación, una de las claves fue la entrada de los respectivos presidentes de los comités ejecutivos de la entidad contraria.

A pesar de la discrepancia entre ambas entidades y sus presidentes sobre la conveniencia de la ampliación del Palacio de Congresos de Valencia, fuentes empresariales insisten en que están "condenados a entenderse", si en las circunstancias actuales quieren mantenerse de un modo saludable desde el punto de vista estructural y con capacidad institucional.

EL CASO VALENCIANO

A diferencia de lo que ocurre en el resto de España, en Valencia la discrepancia no es tal en lo que se refiere a los temas más controvertidos. De hecho, las cámaras consiguieron recientemente un acuerdo con la Generalitat para asumir esta competencia, liberando en parte de la encomienda de gestión que hasta ahora asumían las patronales, sin mayores problemas.

Los impagos de la Administración valenciana con las organizaciones empresariales a causa de las demoras en los pagos de los cursos de formación impartidos desde 2010 y que rondan los 50 millones de euros han hecho que las cuatro patronales hayan anunciado en repetidas ocasiones que su voluntad es renunciar a ella, salvo en lo estrictamente necesario en las entidades con tradición, experiencia y capacidad de autofinanciación.