La auditora trata de explicar su comportamiento en Bankia en un nuevo episodio de su polémica historia en España
MADRID. Deloitte está otra vez en el ojo el huracán por el caso Bankia. Las declaraciones de los ex consejeros en la Audiencia Nacional están poniendo en tela de juicio el papel de la auditora en la crisis que llevó a la nacionalización de la entidad el pasado mes de mayo. Que si firmó o no las cuentas de 2011, que si las avaló verbalmente.
Como se recordará, esas cuentas, aprobadas bajo la presidencia de Rodrigo Rato, reflejaron un beneficio de 309 millones de euros frente a las pérdidas de 2.979 millones de mayo del nuevo presidente José Ignacio Goirigolzarri, cuando éste también anunció la necesidad de pedir una millonaria ayuda pública.
Una historia de suspense a la que le quedan muchos capítulos todavía, ya que faltan en la Audiencia Nacional las declaraciones más sabrosas estos próximos días, la de José Luis Olivas y la del propio Rodrigo Rato, el próximo jueves.
La pasada semana el vicepresidente primero de CEOE, Arturo Fernández, declaró ante el juez Fernando Andreu en relación con los primeros balances que se aprobaron el pasado mes de marzo que "si Deloitte dice que están bien las cuentas, no voy a leerlas" según informaron fuentes jurídicas.
CONSEJEROS SIN DATOS
Por ello, y en la misma línea que los otros exconsejeros que ya han sido interrogados, el también presidente de la patronal madrileña insistió en que a él no se le informó como consejero que el auditor hubiera planteado discrepancias sobre las cuentas de 2011 cuando hubo que aprobarlas, en marzo de 2012.
También Alberto Ibáñez, que fue presidente del comité de auditoría, y que reconoció haber tenido contacto directo con los auditores, dijo que un día antes de que se aprobaran las cuentas de marzo, Deloitte sólo mencionó algunos temas pendientes de discusión como los créditos fiscales.
Ibáñez incidió en que la firma auditora no hizo ninguna advertencia ni puso énfasis en esos temas pendientes, aunque justificó el hecho de que no hubiera presentado su informe en el consejo de marzo por la propia complejidad de la integración de las siete cajas que componen la entidad. No obstante, en cierta forma criticó la pasividad de la auditora por ir retrasando su informe hasta que el Banco de España no aprobó el plan de recapitalización.
FG INVERSIONES
Deloitte no para de recibir sustos en nuestro país desde su integración con Arthur Andersen en 2002 cuando ésta se vio envuelta en Estados Unidos por la crisis de Enron. Por pasarle, hasta un incendio en el edificio Windsor de Madrid en el que inexplicablemente se quemaron los papeles de 1994 de la venta de FG Inversiones a Merril Lynch, que estaba investigando la Fiscalía Anticorrupción.Y ahora vuelve a estar en el ojo del huracán por el caso Bankia y las declaraciones de los ex consejeros ante la Audiencia Nacional.
La realidad es que a la auditora presidida por Fernando Ruiz le ha tocado jugar un papel muy difícil en la crisis BFA-Bankia, al no haberse perdido ninguno de los capítulos del culebrón y estar presionada desde todos los flancos desde el minuto uno de la fusión de las cajas. Por ello, poco más ha podido hacer que jugar el papel de Don Tancredo quedándose quieta sin moverse, no sea que a alguno de los toros o de los toreros se soltase una cornada o un puntillazo.
Además, como aseguran los expertos consultados por este diario, una auditoría es la certificación de un estado contable hasta una fecha determinada, pero no al día siguiente. Y realizada con la información proporcionada por la empresa auditada. De manera que sería muy aventurado decir que siempre tuvo todos los datos que necesitaba. Además, añaden las fuentes, existen las auditorías internas en las grandes compañías del Ibex, que son las que deberían haber pedido muchos de esos consejeros que ahora dicen que no sabían nada.
DESDE EL PRINCIPIO DE LA FUSIÓN
Deloitte se encontró en ese papel de Don Tancredo casi sin darse cuenta. Ya auditaba a varias de las cajas que dieron lugar en marzo de 2011 a Bankia-BFA (Caja Madrid, Bancaja, Caja de Canarias, Caja de Ávila, Caixa Laietana, Caja Segovia y Caja Rioja). Le tocó la fusión dentro de aquellos Sistemas Integrales de Protección (SIP). También auditaba al Banco de Valencia, al que se dejó caer, y para colmo fue el auditor de la salida a Bolsa de la entidad en julio de 2011, el que puso precio al grupo. Así, que allí estaba Deloitte.
Casi desde el principio de los tiempos había participado en todo lo relacionado con el proyecto BFA-Bankia, aplicando además los sucesivos cambios regulatorios de este y del anterior Gobierno, que han sido unos cuantos.
TEMERIDAD Y AMBICIÓN
La auditora se limitó a realizar su trabajo en medio de una tempestad política y financiera de primera magnitud y con los datos de que disponía. Tanta tempestad y tanta crisis, que hasta terminó con la carrera financiera de Rodrigo Rato por su propia temeridad y a manos de algunos de sus antiguos subordinados.
Desde el propio ministro de Economía, Luis de Guindos hasta los banqueros que aspiraban y siguen aspirando a repartirse los restos de ese naufragio financiero, sobre todo Francisco González (FG), a quien Rato situó en el BBV, y los presidentes del Santander y Caixabank, Emilio Botín e Isidro Fainé, siempre preocupados por el crecimiento de sus negocios.
¿FIRMA DE LAS CUENTAS?
Deloitte no firmó las cuentas de 2011 aunque conocía la situación, ya que estaba esperando a que se arreglasen los números, según aseguran las fuentes consultadas. Pero tampoco dijo que nos las firmaría en esas condiciones. Simplemente estaba esperando hasta que el toro la cogió por estar quieta. La auditora no las había firmado por una serie de cuestiones de BFA, pero no tenían que comunicarlo oficialmente a la CNMV por no haberse producido todavía la convocatoria de junta general.
Otra cosa es que algunos interesados en forzar la máquina, pusieran esa información "explosiva" a disposición de los medios de comunicación para que todo se precipitase como efectivamente sucedió.
TERRENO EXPLOSIVO
La auditora se vio desbordada en cientos de ocasiones en BFA-Bankia, ya que estaba en medio de un explosivo terreno de juego. Desde el anterior gobernador del Banco de España, Miguel Ángel Fernández Ordóñez, hasta el actual Gobierno de Rajoy en medio de la crisis y las presiones de Bruselas, pasando por el anterior Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero.
Además, por su propio tamaño en el sector en el que opera, a esta auditora le queda todavía mucho por penar en la crisis financiera española. No en vano además de a BFA-Bankia y Banco de Valencia audita también a Catalunya Banc y a Novagalicia de entre las entidades intervenidas y a la mayor parte de la sanas.
De manera que Deloitte lleva mucho tiempo de perfil en este asunto y así seguirá hasta que veamos en qué acaba todo, que falta mucha partida antes de que se sepa si José Ignacio Goirigolzarri puede, con las manos atadas a la espalda, salvar la entidad o si se la reparten cuando sea más pequeña alguno de los actuales interesados.
Que lástima de compañía. Pero como juegan a capitalistas y ganan mucho dinero, si cometen errores como el de Bakia lo deberían de pagar. Debería ser un nuevo caso Enrom. No vieron el agujero y perjudicaron a miles de accionistas, pues que paguen.
Buenos dias: en el año 2002 los "Arturitos" Ibéricos eran los "reyes del mambo" auditoria que había caía en sus manos y la de Bancaja y demás no dejaron de hacerlo. La unión por "absorción o por negociación de la matriz con Deloitte no cambio las cosas sino que aumento su poder. Mas de un economista valenciano finalizó trabajando en nomina para ellos así como otros.La fusión de Bancaja con Caja Madrid y el resto de "Cajita" difuminó el escándalo que hubiese significado la no aprobación de las cuentas por consiguiente las culpas y errores comenzaron a ser de BANKIA verdadera "caja de sastres" de todos los errores de las cajas fusionada por consiguiente todos los problemas quedaron "fusionados" en una sola marcas.- No estaba errado el Sr Fernandez al opinar que "si un auditor había auditado las cuentas deberían estar OK" y así debería haber sido pero,como se viene demostrando era al revés.- Estoy seguro que cualquier auditor sin tanto renombre no las hubiese firmado ni tan siquiera aceptado pero eso ya no tiene importancia.- Alejandro Pillado 2012
Lo mas vergonzoso de todo este asunto es ver como despues del supergigantesco lio armado con la ¨banca española, todavia no hya nadie en prision ni haya pedidas fianzas supermultimillonarias para los responsables de una mala gestion de estas entidades (donde estaba el Banco de España¿)y de un mal control del sistema Verguenza de pais.
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