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VALENCIA. Emilio Botín volvió a sorprender a propios y extraños con el anuncio de ayer a primera hora de la mañana -ni siquiera todavía había abierto la bolsa- de la absorción de Banesto y Banif por parte del Banco Santander unificando así sus marcas comerciales en España.
"Botín ha vuelto a dejar bien claro quien lleva los galones en la banca española", apuntan desde una gestora de fondos de inversión, que consideran que los grandes beneficiados de esta operación son los accionistas minoritarios de Banesto.
El porqué no es otro que la valoración de los 3,73 euros -una prima del 24,9% y el cambio más alto desde finales de marzo pasado- y, además, "aquel que tenga las acciones por encima tendrá 'santanderes' en su cartera a unos precios muy atractivos", apuntan los gestores.
GENERACIÓN DE NEGOCIO
Sin embargo, los que sí se van a ver afectados son los trabajadores del grupo -Santander, Banesto y Banif-, dado que el acuerdo, que debe ser aprobado por los reguladores pertinentes, contempla un ajuste de plantilla y el cierre de unas 700 oficinas del grupo "sin impacto en la generación de negocio", según comunicó la entidad matriz a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV).
El ajuste "se hará de forma no traumática y progresiva mediante recolocaciones en otras unidades del grupo, bajas incentivadas y rotación natural donde los empleados de Banesto podrán tener acceso a una carrera internacional"; mientras que el tamaño óptimo de la nueva red de oficinas será de "unas 4.000 frente a las 4.664 actuales".
A LA ESPERA DE MÁS DETALLES
Sin embargo, del número de afectados por la medida no se informó todavía "porque es prematuro y habrá que esperar los detalles del plan de absorción, que puede afectar a trabajadores de Santander, Banesto y/o Banif", tal y como informaron fuentes oficiales de Banesto a este diario.
Entre los candidatos figuran los 844 empleados que sólo Banesto tiene en la Comunitat Valenciana actualmente, repartidos en 191 oficinas por las tres provincias, según informaron las mismas fuentes consultadas por Valencia Plaza.
EL 28% DE LAS SUCURSALES
Sin embargo, no disponían del desglose, que sí recogía en lo que al número de sucursales al cierre del pasado año el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF) dentro de su memoria anual.
Así, el grupo (Santander, Banesto y Banif) contaba en la Comunitat Valenciana a 31 de diciembre pasado 439 oficinas repartidas entres las 252 del Santander, 184 de Banesto y 3 de Banif, lo que equivalía el 28% del total de los bancos. Pero sin incluir aquellos bancos a través de los que las cajas de ahorros ejercen indirectamente su actividad financiera como Bankia, CaixaBank, Catalunya Banc y Banco Mare Nostrum, por citar algunos.
LA COMUNITAT, EN LA PARTE BAJA
Actualmente de las 4.664 sucursales repartidas por toda España, el 10% están ubicadas en la Comunitat Valenciana, lo que sitúa a esta región entre las más bajas por cuota de oficina de todo el territorio nacional. La Rioja (8%) junto a Baleares, Murcia, Navarra y Aragón -las cuatro compartiendo un ratio del 9%- están por debajo de la valenciana, que a su vez se sitúa a la misma altura que Cataluña (10%).
Por otro lado, la mejora de la eficiencia, a través de la reducción del número de sucursales del sistema vía cierres, fusiones e integraciones, va a tener continuidad en los próximos 3-4 años, según los cálculos del Santander.
EN BUSCA DEL 13%
Los mismos que apunta a un cierre de cerca de 9.000 oficinas dentro del sistema financiero español para rondar las 30.000 desde las 39.000 actuales.
El Santander prevé contar con una cuota de mercado del 13%, un punto porcentual por encima del que mantiene actualmente.
SINERGIAS DE COSTES
Asimismo, la reasignación de los recursos busca reforzar el negocio del grupo, las redes corporativas, pymes y clientes de rentas altas, cuyas sinergias de costes antes de impuestos se elevan hasta los 420 millones de euros en tres años, según los mismos cálculos.
Finalmente al cierre de 2015 la cuota de depósitos de lo que ya será el Santander copará en torno al 16%, mientras que las cinco primeras entidades españolas controlarán aproximadamente el 65% del mercado, según los mismos cálculos, en línea con otras economías europeas. De este modo habrá una mejora en la racionalidad de precios y en las economías de escala.
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